‘Blockchain’ frente criptoactivos: dos mundos diferentes
‘Blockchain’ es una de las nuevas tecnologías con mayor fuerza disruptiva para el sector financiero. Por el momento, su aplicación en la industria se centra principalmente en la tecnología subyacente - tecnologías DLT (Distributed Ledger Technology)- para crear aplicaciones o rediseñar procesos, no tanto en la creación de criptoactivos. ¿El motivo? Las aplicaciones de ‘blockchain’ tienen el potencial de mejorar la eficiencia, transparencia y trazabilidad de los procesos, mientras que los criptoactivos son volátiles.
Así lo ha explicado José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo responsable de economía, regulación y relaciones institucionales de BBVA, en el foro financiero Eurofi, celebrado en Viena esta semana. Aquí ha compartido mesa de debate con Harald Waiglein, ministro de Finanzas de Austria; Jakob von Weizsäcker, miembro del Parlamento Europeo; y Denis Beau, subgobernador del Banco de Francia.
La industria sigue dos grandes líneas de desarrollo para aplicaciones basadas en ‘blockchain’. La primera está relacionada con la transformación de procesos ya existentes, especialmente aquellos que son lentos e implican múltiples interacciones. En general, en estos casos se usa tecnología ‘blockchain’ en entornos privados y colaborativos, dando lugar a iniciativas como R3 o Enterprise Ethereum Alliance, de las que BBVA forma parte. Algunas aplicaciones que surgen de estos espacios se usan en segmentos como pagos transfronterizos o préstamos sindicados.
De hecho es esta línea la que más está explorando BBVA con la puesta en marcha de pilotos pioneros en el mundo como el primer préstamo corporativo basado en blockchain con Indra, la primera operación de una línea de crédito con Repsol o la primera presentación electrónica de documentos en una operación de comercio internacional entre Europa y América Latina.
La segunda línea se centra en la descentralización de los mercados y la ‘tokenización’ de los activos. José Manuel González-Páramo ha resaltado que éste es un campo para explorar, pero a día de hoy, los criptoactivos no proporcionan beneficios claros para los usuarios finales. En su mayoría, se trata de productos especulativos con una alta volatilidad de precios. El consejero de BBVA ha mencionado que algunos ‘cripto-tokens’ se crean con el propósito de convertirse en una moneda digital alternativa, pero hasta ahora ninguno de ellos cubre de manera satisfactoria las funciones del dinero.
González-Páramo ha destacado que los llamados ‘tokens de utilidad’, que otorgan ciertos derechos a sus titulares, tienen aplicaciones reales todavía limitadas para las entidades financieras. Considera que solo ciertos ‘cripto-tokens’ podrían tener interés como mecanismo de financiación para nuevas empresas en forma de ICOs (Initial Coin Offerings). Aún así, ha advertido de los riesgos que conlleva esta nueva forma de financiación, usada principalmente por ‘startups’, que ofrecen ‘tokens’ o fichas (ya sean derechos de uso de un futuro servicio, títulos de propiedad o activos) a cambio de criptomonedas.
En resumen, mientras los beneficios de los primeros son enormes, las dudas sobre el uso de criptoactivos, la falta de protocolos de protección al consumidor y los riesgos relacionados con el lavado de dinero plantean más preguntas que certezas.
José Manuel González-Páramo, consejero ejecutivo responsable de economía, regulación y relaciones institucionales de BBVA
Los desafíos para la regulación
El consejero ejecutivo de BBVA ha subrayado el trabajo realizado por las autoridades públicas que monitorean y advierten sobre las implicaciones y vulnerabilidades de los desarrollos en los mercados de criptoactivos, particularmente advirtiendo a los consumidores sobre sus riesgos.
Asimismo, ha advertido que las innovaciones no surgen de manera aislada sino que requieren un ambiente apropiado para la experimentación. De todos los elementos disuasivos de la innovación, ha mencionado la incertidumbre regulatoria como, probablemente, la más importante. En este sentido, las autoridades tienen el desafío de proporcionar un nuevo marco regulatorio que equilibre la promoción de las aplicaciones basadas en ‘blockchain’ y la protección contra los riesgos asociados, ha concluido.