‘Blockchain’ abre una puerta a los que no tienen aún cuenta bancaria
Cerca del 40% de la población mundial, alrededor de 2.000 millones de personas, no tiene acceso a cuentas bancarias. El móvil está empezando a paliar ese problema, y 'blockchain' puede ser otro gran impulso.
En el mundo hay más de 2.000 millones de personas sin acceso a cuentas bancarias, según calcula el Fondo Monetario Internacional. En consecuencia, están forzadas a tener una economía doméstica e informal, sin acceso al crédito y la seguridad que proporciona el sistema financiero, ni a la posibilidad de utilizar instrumentos de ahorro. La banca móvil es una alternativa creciente para estas personas —es muy llamativo el éxito de M-Pesa, un sistema de envío de dinero por móvil lanzado en 2007 en África—, pero ‘blockchain’ puede suponer un cambio aún mayor.
Los ‘desbancarizados’ son el 39% de la población mundial, aunque ese porcentaje aumenta al 47% si el análisis se centra en los países del tercer mundo o en vías de desarrollo. Normalmente viven en zonas rurales, donde la red bancaria no llega. Y además, tienen un serio problema como hipotéticos clientes de un banco: su identidad en ocasiones no está claramente registrada, y las entidades han de seguir unas estrictas políticas de KYC/AML (por ‘Know Your Customer’ y ‘Anti Money Laundering’): la regulación les obliga a tener perfectamente identificados quiénes son sus clientes para evitar el lavado de dinero y otros delitos financieros. En consecuencia, el proceso es engorroso, requiere mucha documentación y exige que el futuro cliente tenga que desplazarse (decenas o centenas de kilómetros, y tal vez no una sola vez) para culminar el proceso.
En definitiva, la actual estructura del sistema bancario, fuertemente regulado, no encaja con el tejido socioeconómico de muchas economías del mundo. ¿Sería diferente con una adopción generalizada de ‘blockchain’?
A priori, la tecnología de la cadena de bloques puede aportar mucho a la inclusión financiera: es sencilla, reduce costes y evita fraudes. Con un registro compartido asentado en 'blockchain', una persona puede certificar de una vez su identidad, sus posesiones y su historial de crédito, de forma transparente y para todos los participantes de la red. En países como España, Alemania y Reino Unido, que superan el 97% de población bancarizada, estas ventajas llaman poco la atención, pero en otros lugares pueden ser todo un mundo.
Ya hay varias ‘fintech’ que se han lanzado al negocio de la inclusión financiera a través de 'blockchain' —como WeTrust y Humaniq—pero aún quedan escollos por solucionar. Y en un coloquio de la conferencia internacional Money 2020, Kosta Peric, responsable de los programas de inclusión financiera de la Fundación Bill y Melinda Gates, planteó algunas dudas interesantes.
En su opinión, las 'blockchain' públicas no sirven para las transacciones financieras domésticas, porque no pueden gestionar tanto volumen de transacciones, que cifró en más de 1.000 por segundo. Sí que “puede tener todo el sentido”, dijo, el uso de blockchain para el envío de remesas internacionales.
Algo más optimista se mostró en el mismo coloquio Arjuna Costa, socio de Omidyat Network, un vehículo de inversión del creador de eBay, Pierre Omidyar, especializado en proyectos con impacto social. Costa señaló que 'blockchain' puede ser un gran vehículo para la inclusión financiera por su capacidad de mejorar la gestión de los pequeños negocios (más transparencia y mejor registro de pagos y facturas) y de certificar las propiedades inmobiliarias y, en consecuencia, permitir que se pueden alquilar o utilizar como aval en préstamos financieros.
Con sus pros y contras, 'blockchain' registra, certifica y da transparencia, tres acciones básicas para un sistema financiero sano. Combinado con el teléfono móvil, la oportunidad para la bancarización de 2.000 millones de personas es inmejorable.