Biotecnología y banca: el reconocimiento dactilar y facial hoy por hoy
Desde hace años el reconocimiento biométrico se viene utilizando en las empresas. La biotecnología nos ayuda a establecer sistemas seguros de identificación, pero tradicionalmente se han venido aplicando sobre todo en el control de accesos a determinados espacios reservados dentro de la empresa. También para establecer un sistema de fichaje para el control de la presencia en la empresa. Vamos a dar un repaso al sector de la biotecnología y la banca, centrándonos en el reconocimiento dactilar y facial hoy por hoy.
Para tratar de definir la biometría, se trata de un sistema que nos identifica de forma fehaciente en función de nuestras características físicas. Lo más conocido es nuestra huella dactilar, pero también puede ser la forma de la cara, nuestro iris, reconocimiento de voz o la presión que aplicamos a la hora de firmar son sólo algunos de ellos. La clave en la seguridad de estos sistemas está en la cantidad de puntos que pueden identificar. También en la cantidad de huellas que pueden almacenar, como sería el caso de las dactilares o del iris.
La biometría en la identificación de accesos
A mayor cantidad de puntos mayor precisión. Esta es una de las razones por las que los lectores de huellas digitales que se han implementado desde hace unos años en los ordenadores portátiles, o el reconocimiento a través de una imagen de nuestra cara no resulta tan seguro como nos gustaría. El número de puntos que consideran estos sistemas es insuficiente, por lo que no son tan seguros como deberían. Una huella dactilar identificada por tres puntos será menos segura que una con cinco.
Sin embargo, la llegada de los lectores de huellas a smartphones como el iPhone o la gama Galaxy de Samsung hace que la banca se plantee la utilización de este sistema para el pago mediante las carteras digitales. Hablamos en este caso de la huella dactilar como un medio de verificar y autorizar una operación de pago.
También se han incorporado estos sistemas para la identificación de los clientes en las sucursales bancarias, concretamente mediante el reconocimiento facial. De este modo una cámara es capaz de identificar a nuestro cliente, a través de los puntos que marcan su fisionomía facial.
La autorización de pagos mediante sistemas biométricos es algo que posiblemente veamos desarrollarse en los próximos años. De momento tiene que saltar diferentes barreras. Por un lado llegar a la mayoría de los terminales móviles, que hoy en día sólo está disponible en la gama alta.
Por otro lado, como toda tecnología novedosa tiene que ganarse la confianza del consumidor. Hasta ahora el uso del PIN resulta cómodo y seguro. Puede que el uso de la huella dactilar sea más rápido, pero ¿es necesario cambiar?
Pero quizás antes de su aplicación masiva en la banca hay que resolver algunas incógnitas. Empezando por la aplicación de unos estándares técnicos de manera conjunta que permitan la interoperabilidad, la protección de datos, la certificación insuficiente de muchos proveedores, etc. Quizás falta un paso más pero parece que la implantación definitiva cada día está más cercana.