Un estudio de BBVA Research usa técnicas de ‘big data’ para monitorizar la información en medios de comunicación sobre el COVID-19 en todo el mundo. Analizando noticias de más de 80.000 publicaciones ‘online’ en más de 100 idiomas, concluye que tanto el sentimiento de las noticias como su cobertura ofrecen información valiosa sobre el desarrollo de la pandemia y el grado en el que afecta a la economía o la política. Además se observa que, en general, el estrés mediático (más noticias y/o más negativas) aumenta con el número de contagios.
Este informe mide el ‘Media stress index’, es decir, el estrés mediático entorno al COVID-19, a través de dos parámetros: la cantidad de noticias generadas y el sentimiento o tono de estas noticias. Para ello, tiene en cuenta todas las noticias ‘online’ que hablan sobre el coronavirus en medios a escala mundial, en más de 170 países, analizando la semántica de cada artículo identificado.
Este índice muestra una clara correlación con el número de nuevas personas infectadas. La preocupación y cobertura mediática aumentan a medida que la pandemia se ha ido extendiendo globalmente: en los países donde mayor es la epidemia hay más cobertura y más negatividad. Igualmente, el índice muestra cómo el tono informativo es más optimista según el número de contagios va disminuyendo.
Así, los datos muestran cómo EE. UU. ha tomado el relevo a China como principal foco de la pandemia, también a nivel informativo. En el sur de Europa, destacan los países más afectados por la crisis sanitaria: Italia, España y Francia, con el mayor número de noticias negativas pero, donde a pesar de todo, el tono de la prensa pasa a ser más neutro en las últimas semanas, al tiempo que se va conteniendo la pandemia. En América Latina, Brasil es el país más afectado por el coronavirus, y también el que presenta mayor negatividad en las informaciones, seguido de Perú y México.
Respecto a los temas más relevantes en los medios relacionados con el COVID-19, se distinguen principalmente tres: salud, economía y política. Estos temas, se concretan a su vez, en el comportamiento de los índices bursátiles o el mercado de trabajo. Por países, emergen intereses o preocupaciones locales como el petróleo en México, el turismo en España o el desempleo en EE.UU, tras los datos de las últimas semanas.
Sector automotriz, consumo, finanzas… los efectos económicos de el COVID-19
El estrés informativo sobre los distintos sectores económicos exhibe una respuesta diferente dependiendo de su naturaleza. El principal ‘boom’ de noticias, a nivel global, se registra a partir de la segunda semana de marzo, cuando pasa de epidemia en China a considerarse una pandemia, al saltar a Europa. Es aquí cuando vemos un marcado impacto en varios sectores como el transporte (aerolíneas) o la industria automotriz, dadas su fuerte dependencia de las cadenas de producción globales en el caso de la industria del automóvil.
En México, por ejemplo, cobra especial interés el estrés asociado al sector automotriz. A nivel global, se observa cómo este estrés en los medios va dibujando las interconexiones en las cadenas de valor (China-México-Estados Unidos), al margen de la secuencia de contagio de la pandemia. La mayor sincronización en la presión informativa coincide con el anuncio masivo del cierre de la producción de vehículos.
En el consumo se observan mayores niveles de estrés a nivel global a partir de la segunda semana de marzo, pero también en el último tramo de abril. La evolución de los niveles de estrés va en línea con el desarrollo de la enfermedad. En China este nivel de estrés empezó en febrero y más tarde se propagó a España, EE. UU. y posteriormente a México. China y EE.UU. presentan un patrón bastante similar probablemente por su fuerte interrelación económica, especialmente en el sector textil. En España, el mayor estrés lo encontramos a partir de la implementación del estado de alarma, cuando se registraron fuertes caídas del consumo.
El sector financiero presenta una estrecha interconexión global: la sincronización en los episodios de estrés es casi perfecta, reflejando el alto grado de conexión en los mercados financieros. El índice de estrés mediático refleja eventos como el ‘black Monday’ de los mercados del 9 de marzo o las tensiones entre Rusia y la OPEP asociadas con el petróleo.
Los bancos centrales emergen como actores relevantes a la hora de implementar medidas para paliar los efectos de la crisis, lo cual tiene su reflejo en la cobertura informativa. Mientras el Banco Central Europeo y la Reserva Federal muestran respuestas acompasadas, el Banco Popular de China, actuó antes, tal y como era de esperar, y muestra una clara “V” con una rápida recuperación en el tono informativo.
Menor estrés mediático a medida que se levanta el bloqueo
La política está en el centro del debate debido a su impacto en la salud y la economía. El estrés mediático asociado con las cuestiones estrictamente políticas disminuye conforme los países comienzan a levantar las medidas de bloqueo y la infección muestra signos de contención. A medida que el virus avanza, la política cobra especial importancia (32% de los temas que se comentan en los artículos están relacionados con política; salud 31% y por último la economía, con un 19%). El indicador de política por país también muestra diferencias: donde más estresado está el indicador ha sido en EE. UU., donde menos, en China.
Respecto a la evolución del indicador de estrés político, antes y después del confinamiento, se observan marcadas diferencias entre países. Los países asiáticos, los primeros en sufrir la pandemia, no muestran signos de estrés asociado a la política previos a las medidas de confinamiento y, sin embargo, dicho estrés aflora justo después de tomar las medidas. Ocurre lo contrario con países europeos como Alemania, Italia, España o Reino Unido donde se observa estrés ya en los días previos al confinamiento. Destaca la ausencia de dicho estrés en Estados Unidos en los días previos al confinamiento, junto con el elevado grado de estrés observado en los países de América Latina.
A medida que los países van encarando las fases desconfinamiento, se observa cómo comienza a mejorar el tono de las noticias asociadas con las medidas llevadas a cabo por los gobiernos. Este tono más optimista podría no estar únicamente vinculado a la valoración de la medidas tomada sino también a una evolución favorable de la enfermedad.
Finalmente, se analiza el sentimiento de la prensa nacional versus la extranjera en cada país. En el caso de España, el tono es más negativo en la prensa internacional que en la nacional, en lo que se refiere a la información sobre las medidas gubernamentales. En líneas generales, en Italia, España y México la prensa nacional ha tratado el tema de una forma menos negativa que la internacional. En EE.UU. se da el caso contrario, la percepción hacia la acción del gobierno es más negativa dentro de la prensa nacional que en la internacional.