'Backcasting' para 'startups', un puente estratégico desde el futuro al presente
No podemos predecir con seguridad el futuro, pero sí podemos construirlo. Los estudios de futuro o investigaciones de futurología son una de las mejores herramientas tanto para encaminar nuestros proyectos y anhelos personales, como para diseñar la estrategia para los próximos años de nuestra empresa o 'startup' y acertar así con la innovación.
¿Se podría haber pronosticado la pandemia? ¿Podría una empresa haber tenido una estrategia innovadora lista para ello? ¿Puede una 'startup' anticiparse a lo que demandará el mercado y a sus cambios?
Idear nuestro futuro según nuestros objetivos es algo que todos tenemos en mente, también las compañías, pero ¿cómo podemos saber qué pasos nos llevarán hasta un mañana lo más parecido posible al que queremos? La futurología es una disciplina académica consolidada desde la década de 1970, que nada tiene que ver con la astrología o las bolas de cristal, y que consiste en el análisis sistemático de futuros posibles, probables y preferibles, desde un punto de vista escéptico y divergente. Explorarlos puede suponer todo un reto: como nuestro objeto de estudio todavía no ha sucedido, no contamos con documentos históricos, ni restos arqueológicos.
"El futuro lo creamos todos y hay que invertir en intentar proyectar distintas posibilidades"
El 'backcasting' o retrospectiva desde el futuro es la técnica que nos permite ir "dejando miguitas de pan" desde ese escenario deseado que proyectamos en nuestra mente hasta el presente, con la idea de que, potencialmente, acabe teniendo lugar. Y es que, en ocasiones, la planificación tradicional, aquella que parte del momento actual, nos limita y nos priva de explorar nuevas alternativas. Veamos cómo abrir la mirada hacia el futuro; especialmente, para orientar mejor nuestro negocio, detectar oportunidades y ser innovadores.
Diseñar escenarios
Para comenzar nuestro 'backcasting', ya sea en un entorno personal o empresarial, debemos seguir los siguientes pasos:
- Visualizar el escenario deseado en nuestra mente.
- Volver atrás desde esa visión hasta el presente.
- Avanzar paso a paso hacia ella.
Puede sonar demasiado general; concreticémoslo. La filósofa y confundadora de 'The Futures Factory', Isabel Fernández Peñuelas, que participó en el evento 'online' de BBVA Open Talks sobre 'backcasting' el pasado 7 de julio, señala que, a diferencia del 'design thinking', más orientado al corto o medio plazo, el diseño de futuros se enfoca en el largo plazo. "El 'design thinking' busca diseñar una solución para un problema de hoy, mientras que el diseño de futuros busca encontrar los posibles problemas y soluciones del mañana", explica.
¿Cómo estudiar el futuro si no podemos emplear un método empírico? Fernández Peñuelas explica que lo importante es ser capaces de ligar la visión deseada a la estrategia y expone que, para navegar la incertidumbre de los posibles escenarios, se suelen utilizar las siguientes técnicas.
- El cono de futuros, que permite situar y diferenciar los futuros probables, plausibles y posibles.
- El análisis de escenarios, una matriz que cruza en dos ejes de incertidumbre las distintas posibilidades.
- Las curvas 'S', muy relevantes a nivel cuantitativo, y cuyo objetivo final es determinar cuál va a ser el momento en el que se constituya una determinada tendencia.
- Los 'prediction markets' (mercados predictivos), que se basan en la inteligencia colectiva para la realización de apuestas sobre eventos futuros.
- Las narrativas predictivas como el 'causal layered analysis' (análisis causal en capas), una herramienta dentro de la prospectiva narrativa, que permite analizar las causas profundas de por qué contamos con una determinada visión de futuro, analizando qué metáforas y cosmovisiones la sustentan.
¿Futuro o futuros? Atento a las señales
Si el abanico de posibilidades es tan amplio, ¿podemos hablar de futuro en singular? El director de Innovación de Innuba, David Alayón, quien también participó en el evento de BBVA Open Talks, propone hablar de futuros más que de futuro: cuando se habla en singular, el término adquiere connotaciones deterministas, mientras que, en plural, abre la puerta a diferentes posibilidades.
Gracias a ello, aunque no sepamos con certeza cuál será ese futuro, podemos anticipar distintos escenarios y tener una visión más abierta. "No debemos pensar que el futuro es algo único que hay que adivinar, sino todo lo contrario: el futuro lo creamos todos y hay que invertir en intentar proyectar distintas posibilidades", insiste Alayón. Una vez tengamos los distintos escenarios en mente, debemos valorar cuáles son aquellos que nos gustaría que fueran viables o preferibles, y actuar en consecuencia para que se materialicen.
"El 'backcasting' también es ideal para apoyar la realización de innovaciones, ya que puede mejorar la búsqueda de oportunidades"
Alayón añade que hay numerosas maneras de anticipar estos futuros y que cada vez contamos con más datos para ello. El 'big data' también ha llegado al mañana. Para ello, explica que existen dos conjuntos de datos diferentes a los que se debe poner atención.
- Las señales de cambio. Son indicios que nos dan pistas de que algo está cambiando en el presente y, por tanto, puede cambiar en el futuro. Muchas de ellas están potenciadas por la tecnología, pero otras no, como los cambios sociales o demográficos. Durante la charla de BBVA Open Talks, Alayón se preguntó si podríamos haber anticipado la pandemia, ya que "contábamos con varias señales de cambio como el caso de otros virus SARS o el MERS".
- Las tendencias. Surgen de proyectar un conjunto de señales de cambio en el futuro y hay que darles un vector de dirección, es decir, predecir cómo se va a comportar determinado elemento; por ejemplo, si va a crecer o decrecer. Una de las tendencias actuales son las megaciudades, que intentan aglutinar al mayor número de población y servicios en centros neurálgicos, y existen proyecciones de futuro de que se encontrarán principalmente en Asia y en África.
Este tipo de mirada basada en datos se adopta con frecuencia en el ámbito medioambiental, ya que es un campo que cuenta con un alto componente científico y de 'data'. Así son, como Alayón ejemplifica, las previsiones que suelen hacerse sobre el calentamiento global. Sin embargo, añade, en contextos sociales es más complicado llevar a cabo esta serie de predicciones. ¿Qué sucede si lo aplicamos a un contexto de negocio?
Previsión estratégica para 'startups'
En el caso específico de las 'startups' y las empresas, el 'backcasting' es un método efectivo para explorar posibles futuros en la toma de decisiones estratégicas. Por ejemplo, un emprendedor o empresario podría preguntarse cómo se vería un determinado entorno empresarial si hubiera un cambio radical en algunos elementos, cómo puede ser la tecnología del mañana o cuáles serán las necesidades de un cliente, expone un artículo de la Escuela de Transformación Empresarial (ESTREM).
La filósofa y confundadora de 'The Futures Factory' explica que "una 'startup' tiene que saber a dónde va, y los estudios de futuro tratan eso precisamente". De este modo, si las empresas no realizan un ejercicio de anticipación no acertarán con las innovaciones que propongan. Además, los análisis de señales de cambio son esenciales de cara a la valoración de riesgos en los procesos de emprendimiento. "A veces la presión por el retorno de la inversión fuerza un pensamiento demasiado enfocado el corto-medio plazo. Hay que enfocarse en conseguir resultados pero siempre con una estrategia de largo plazo", señala.
"Una 'startup' tiene que saber a dónde va, y los estudios de futuro tratan eso precisamente"
Por otro lado, para el director de Innovación de Innuba, la técnica del 'backcasting' es ideal para empresas y 'startups', ya que cuando se proyectan distintos escenarios se suelen elaborar informes detallados que pueden avistar posibles riesgos o fortalezas, pero sin dar lugar a una hoja de ruta detallada que los tenga en cuenta, algo que sí se hace con la futurología. "Es ahí donde entra en juego el 'backcasting', ya que permite ir mucho más allá del lanzamiento de un informe, proporcionándonos esa hoja de ruta y estableciendo diferentes hitos que realmente nos lleven al lugar que deseamos", explica. Por tanto, el 'backcasting' también es ideal para apoyar la realización de innovaciones, ya que puede mejorar la búsqueda de oportunidades y, sobre todo, la posibilidad de hacer tangible esa visión futura a través de planes y proyectos.
Todos miramos al futuro, pero cada uno con una estrategia distinta: algunas personas y empresas emplean el 'backcasting' para intentar evitar futuros no favorables, reduciendo los riesgos; otras, para trabajar proactivamente en la creación de los escenarios deseados. Al final, en todos los escenarios futuros hay que tener la mirada puesta en la innovación y, como sentencia Alayón, "se trata de pensar en grande, empezar en pequeño y moverse rápido".