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Azlo ultima el lanzamiento de su comunidad empresarial de pymes

Tras dos años de fuerte crecimiento, Azlo quiere construir una comunidad de emprendedores potente impulsada por el efecto red.

En menos de dos años desde su lanzamiento en 2017, Azlo ha conseguido un gran crecimiento captando a decenas de miles de clientes y  acaba de anunciar un nuevo objetivo estratégico. La entidad especializada en servicios de banca 'online' para emprendedores, que forma parte de la cartera de inversiones de BBVA New Digital Businesses, quiere ofrecer más valor a sus clientes con un nuevo acercamiento a los servicios financieros para pymes, marcado por lo que llaman “efecto red”.

Además de ofrecer toda la operativa que una pequeña empresa puede necesitar para crecer y prosperar, Azlo ha fundado una comunidad para fomentar la interacción, así como la puesta en común ideas, mejores prácticas y consejos entre sus clientes.

Con esta nueva comunidad de emprendedores, Azlo quiere poner a disposición de sus clientes una alternativa, no sólo para acelerar de manera tangible su éxito empresarial, sino para combatir la sensación de aislamiento, puesto que suelen ser personas que trabajan por cuenta propia o como parte de equipos con muy pocos miembros.

“Si nos guiamos por las decenas de miles de clientes a los que hemos conseguido convencer, todo parece indicar que estamos cada vez más cerca de encontrar una solución capaz de ofrecer una solución con un encaje perfecto producto-mercado”, ha comentado, Leo Shapiro, responsable de crecimiento de Azlo. “Nuestros clientes nos aportan un gran volumen de información y de datos sobre lo que demanda el mercado – y sobre cómo cubrir mejor sus necesidades”.

Buscando un nicho

Para Azlo, que ofrece servicios bancarios gratuitos para PYMEs dentro de los EE.UU., una parte fundamental en su trayectoria hasta llegar a este punto ha consistido en dar con la definición del perfil ideal de cliente para la empresa: “nuevos negocios digitales”.

Se trata de pequeñas empresas que suelen operar exclusivamente a través de internet y raras veces utilizan efectivo en sus transacciones, lo cual encaja perfectamente con la plataforma bancaria de Azlo, que es totalmente digital. Estos proyectos suelen estar liderados por jóvenes nativos digitales, que gestionan la operativa diaria valiéndose de la tecnología a su disposición. Azlo se ha propuesto encontrar nuevas maneras para atender mejor a las necesidades de aquellos clientes que encajan con este perfil.

“De media, nuestros clientes utilizan 7,7 'apps' para gestionar sus empresas — pero estas aplicaciones siguen sin estar interconectadas, y a nuestros clientes les supone un problema encontrar una plataforma centralizada para gestionar sus negocios”, destaca Shapiro.

Para Shapiro, la clave pasa por convertir las cuentas bancarias de Azlo en “un libro de registro conectado”, un recurso centralizado que, aparte de recopilar datos sobre las entradas y salidas de fondos, permita ejecutar una amplia operativa, incluidas transacciones, pagos, emisión de facturas...

“Queremos convertirnos en una plataforma que ayude a estas nuevas empresas digitales a llevar a cabo su actividad, operar y tomar decisiones”, ha comentado.

Más allá de los servicios bancarios

Pero, como ya hemos visto, la empresa tiene un objetivo mayor en mente: crear una comunidad conectada de usuarios.

“Las empresas que llegan al punto de hipercrecimiento suelen hacerlo gracias al “efecto red”, esto es, un punto a partir del cual el producto mejora conforme más gente comienza a utilizarlo”, explica Shapiro. Para alcanzar este efecto red, Azlo está buscando como ayudar a que los fundadores y las PYMEs experimenten una sensación de bienestar más plena.

“Los pequeños empresarios y los autónomos comparten varios rasgos, entre los que destacan las sensaciones de ansiedad y aislamiento, así como una tendencia a sacrificar su propio bienestar por el éxito de la empresa”, asegura Nick Angel, responsable de marca y diseño de Azlo.

Para aliviar estos sentimientos, Azlo no sólo quiere ayudar a sus usuarios a mantener su situación financiera en orden, sino también ofrecerles maneras para seguir mejorando sus habilidades de gestión y aprender mejores prácticas, y más oportunidades – tanto digitales como cara a cara – para interactuar con otros emprendedores que puedan estar enfrentándose en su día a día a los mismos retos que ellos.

“Cuando te haces autónomo, lo primero que piensas es ‘ahora estoy sólo’. Es difícil relacionarse con otra gente”, comenta Angel. “Quiero que la gente se una a Azlo por nuestra comunidad”.

Para Shapiro, la nobleza de este planteamiento es un factor importante en el crecimiento de Azlo.

“Es fácil meterse en una rueda en la que lo único que haces es correr y correr para tratar de mantenerte a flote”, asegura. “Los bancos tradicionales ofrecer todo tipo de servicios para todo tipo de cliente, pero nosotros no aspiramos a esto. Creemos que el mundo del trabajo va a evolucionar en esa dirección. Creemos que el mundo del trabajo va a evolucionar en esa dirección".

Buscando maneras innovadoras de ampliar su oferta

Finalmente, Azlo también está tratando de ampliar su oferta de productos y servicios para dar respuesta a las necesidades de su creciente cartera de clientes. A medida que continúa creciendo, la entidad está tratando de acotar el interés entre sus clientes por nuevos productos como líneas de crédito y préstamos, más lucrativos.

“Un cliente no es un cliente hasta que comienza a pagarte por un servicio – creemos que la monetización se produce cuando generas valor y a aportarles un valor añadido a tus clientes", concluye. “Y nuestros clientes nos están diciendo que vamos por el buen camino”.