Inclusión e innovación: cómo diseñar para todas las realidades
La diversidad no puede ser una moda pasajera, sino una manera justa de percibir el mundo a diario. Empresas y 'startups' deben diseñar sus productos y servicios sin dejar a nadie atrás, teniendo en cuenta todas las edades, cuerpos y habilidades.
Desde que nos levantamos, el diseño está presente en nuestras vidas: se encuentra detrás de objetos, servicios, interfaces, identidades gráficas corporativas, 'packagins', carteles… Los productos diseñados, resultantes de la unión de la técnica con la creatividad, no dejan de ser bienes culturales que pueden convertirse en símbolos. "El diseño crea cultura. La cultura moldea valores. Los valores determinan el futuro", afirmaba el diseñador canadiense Robert L. Peters. ¿Pueden los diseñadores ser agentes activadores del cambio?
El diseño alinea conocimiento, imaginación e innovación para dar forma al mundo que nos rodea. Los diseñadores tienen la capacidad de producir nuevos significados en la sociedad. Así, los signos transmitidos "deben dar respuestas a los problemas cotidianos, acercando el diseño a la vida común y posibilitando la participación de la gente en la visión de su futuro y de las transformaciones imaginadas de su realidad", explica un estudio de la Universidad de Palermo.
El diseño es además una de las palancas estratégicas de una organización empresarial, que sirve para reinventar procesos y generar ventajas competitivas. "Apostar por él supone rejuvenecer, obligarse a ser mejores, a comunicar mejor, a trabajar mejor, a investigar y a contar con la opinión de terceras personas que, desde fuera de la empresa, aportan una visión nueva", señala un artículo de Néctar Estudio.
El diseño es una de las palancas estratégicas de una organización empresarial, que sirve para reinventar procesos y generar ventajas competitivas
Para que el diseño esté hecho para la gente y responda a las necesidades y expectativas del cliente, la investigación es una herramienta fundamental a lo largo de todo el proceso de creación de un producto o servicio. Empresas y 'startups' deben tener en cuenta que su actividad no solo es indispensable para el crecimiento económico, sino también para la creación de bienestar social y de la inclusión.
Diseño, investigación y ciencia
Cuando la directora principal de Design Research de BBVA, Marta Salinas, que participó en el InnovaHome Festival: Investigación en Diseño e Igualdad, habla de diseño, lo hace refiriéndose al proceso que se lleva a cabo en la búsqueda de una solución. Distingue entre dos prismas diferentes: el diseño de una investigación e investigar para el diseño.
Por un lado, afirma que toda investigación tiene que basarse en la rigurosidad y consistencia metodológica, además de apoyarse en distintas ciencias, desde las matemáticas hasta la antropología. "La investigación se diseña porque es necesario ir extrayendo una serie de objetivos y de necesidades de información y dar con las técnicas adecuadas para ello", explica. Además, hay que ir conjugando las distintas variables como los 'timings' o los presupuestos.
La investigación en diseño nos ayuda a conseguir productos mejores y es esencial para tener en cuenta todas las realidades
Por el otro lado, Salinas expone que también es fundamental ir incorporando información dentro del proceso de diseño para asegurar que estamos alineados con las necesidades de las personas. En este sentido, el objetivo del 'Design Research' es recoger toda la información que sea posible de distintas fuentes, depurándola, clasificándola e integrándola en los equipos en los que se toman las decisiones. "Nos ayuda a conseguir productos mejores y, sobre todo, evita que construyamos desde nuestro propio ombligo, porque es esencial para tener en cuenta todas las realidades", afirma Salinas.
Diseñar, pero a medida de todos
Para las empresas es vital tener en cuenta todas esas realidades. El profesor de 'Design Research' de UXER School, Lucho Domínguez, entiende el diseño inclusivo como "diseñar para todos". Y es que uno de los principales retos a los que se enfrenta este ámbito es a nuestros sesgos cognitivos, cuya solución podrían ser los equipos diversos: "Cuando diseñamos un producto o servicio debemos contar con personas de distintos géneros, nacionalidades y culturas", sentencia
Domínguez ejemplifica este sesgo con lo que está sucediendo con la inteligencia artificial. Así, los equipos que entrenan a las máquinas en ese aprendizaje profundo están constituidos en su mayoría por hombres blancos en torno a los 30 años de edad. "Esta máquina estaría adoptando una perspectiva muy sesgada, por lo que corremos el riesgo de ser gobernados por visiones muy parciales de las cosas", afirma.
Este sesgo es especialmente peligroso cuando afecta al diseño en el ámbito de la salud. Por ejemplo, la probabilidad de que las mujeres sufran lesiones mortales en un accidente de tráfico es un 73% mayor, ya que los maniquíes de pruebas de los choques se basan en las medidas corporales de un hombre medio.
Según la líder europea de experiencia del paciente y diseño de soluciones de Amgen, Marta Lago, tradicionalmente en la investigación médica solo se han incluido los cuerpos de varones. Los motivos son diversos. El cuerpo de las mujeres se consideraba más complejo, como una especie de "variación" del normativo masculino y no se consideraba tan digno de estudio. Lago insiste en que las consecuencias de esta negligencia histórica son de gran envergadura y afectan negativamente a las mujeres a lo largo de su experiencia como pacientes. Por ejemplo, en España una mujer tiene un riesgo de muerte 18% mayor que un varón tras un infarto de miocardio.
Las causas tienen que ver con el menor conocimiento de los síntomas, que son diferentes a los de los hombres (estudiados durante siglos), y en la menor inclinación del personal sanitario a prescribir a mujeres tratamientos basados en la evidencia, explica Lago. Aunque aclara que con "voluntad y trabajo" se pueden compensar las lagunas de conocimiento y los sesgos de percepción, conociéndolos primero y, después, protegiéndonos de ellos.
Nuevas maneras de pensar
Las empresas y las 'startups' pueden formar parte activa de esta transformación cultural, digital y social inclusiva, que sea a la vez bandera de la innovación. Y es que la innovación no solo hace referencia a las últimas tecnologías, sino también al diseño de experiencias y servicios inteligentes. Estos tres expertos coinciden en que los encargados del diseño en las compañías pueden ser agentes activadores del cambio.
"Los diseñadores debemos ser conscientes de nuestro potencial transformador", afirma Lucho Domínguez. En su opinión, lo que convierte al diseño en un agente activador es que se nutre del pensamiento convergente y divergente. "Los diseñadores no trabajamos mediante el esquema problema-solución, sino que vamos a buscar múltiples puntos de vista alternativos para entender al ser humano", aclara. De este modo, un diseñador buscará múltiples soluciones, para después converger y elegir aquella que encaje mejor y aporte mayor valor a las personas a las que se dirige.
"Los diseñadores debemos ser conscientes de nuestro potencial transformador"
Por su parte, Marta Lago explica que el diseño está siempre orientado a "mejorar una situación o abordar una necesidad real". Además, esta diseñadora reivindica sobre todo el 'Humanity Centered Design', un enfoque que trasciende el foco exclusivo en la persona individual y lo extiende a lo relacional, colectivo y sistémico: "Tenemos que pensar que estamos haciendo una intervención en el entorno que afecta a las relaciones entre los seres humanos, por lo que se debe buscar la sostenibilidad a nivel social, económico y medioambiental". Para pensar en colectivo, la innovación abierta y la colaboración son claves.
Por último, según Marta Salinas, como los diseñadores son agentes activadores del cambio, es importante que no solo tengan en cuenta al cliente final, ya que es una actividad que afecta en diversos ámbitos. "Cuando se diseñaron 'apps' como Uber, Cabify o Glovo no se sabía que tendrían un fuerte impacto en la legislación", explica.
El principal objetivo del diseño inclusivo es crear una sociedad más justa, accesible e igualitaria. Incorporarlo a una empresa o 'startup' aportará diferenciación, nuevas perspectivas y una mejora en la experiencia del cliente y del usuario. El diseño no es solo la apariencia externa de un producto, sino dotarlo de intención y propósito.