Impresoras 3D, ¿la próxima revolución industrial?
Hemos visto muchas áreas de innovación en distintos ámbitos de la empresa, desde la revolución de las comunicaciones móviles y los teléfonos que nos permiten estar siempre conectados a Internet, hasta las famosas Google Glass, que constantemente están en los medios de comunicación y prometen cambiar nuestra forma de relacionarnos con el entorno.
Hoy queremos hablar de algo más concreto, una evolución de la tecnología existente como la impresión de documentos, que ahora da un paso más con la innovación que llega de la mano de las impresoras 3D.
Se trata de una tecnología que quizás puede dar lugar a malentendidos. Por impresión se entiende un texto, un gráfico o una imagen en un soporte de papel. Pero con la impresión en 3D lo que realmente estamos haciendo es fabricar objetos, es decir, creamos en tres dimensiones un modelo de lo que queremos imprimir. Y esta tecnología es muy importante, sobre todo en el mundo de las empresas de fabricación a la hora de crear prototipos, pero también para la fabricación de objetos y la investigación en nuevos materiales.
¿Cómo funcionan las impresoras en 3D?
Las impresoras 3D crean objetos a través de un archivo que introduce todos los datos que necesitan para su fabricación. En lugar de tinta, necesitan un cartucho de material plástico para imprimir, para modelar los objetos que les hemos mandado imprimir. De esta forma se modela el objeto en función de las instrucciones que le hemos proporcionado.
A nivel básico, el proceso funciona de la siguiente manera: un trozo de plástico especial se derrite y es dispensado por una boquilla. Mientras unos engranajes guían la boquilla arriba, abajo y alrededor de una plataforma, el plástico se deposita en capas que se endurecen y va tomando la forma de un objeto tridimensional.
Su principal limitación para el mercado de consumo se centra en la precisión que son capaces de alcanzar, pero también en el tamaño de los objetos que pueden fabricar, bastante limitado. Sin embargo, realmente podemos conseguir dar cierta utilidad a estas impresoras, más que como mera curiosidad. Un ejemplo son los repuestos de los pequeños objetos cotidianos que se degradan con el uso. Como, por ejemplo, el asa de abrir la nevera o la tapa de las pilas del mando a distancia.
¿Compraría una impresora en 3D sólo para esto? La respuesta es no, pero lo que si haría es ir a una tienda de impresión especializada para que me lo fabricaran. Aquí las empresas tendrían que facilitar los archivos que nos permitieran fabricar dichos objetos como parte del soporte que nos ofrecen.
¿Qué ventajas tienen para las empresas las impresoras en 3D?
Para las empresas de fabricación significa abaratar costes y poder fabricar bajo demanda. Para muchos la impresión en 3D supondrá la próxima revolución industrial. Porque las impresoras de gama alta no sólo fabrican en plástico, sino que utilizan materiales como la cerámica, el acero inoxidable o la plata, por poner varios ejemplos.
Pensamos que es una tecnología muy cara, pero lo cierto es que tenemos impresoras en 3D en el orden de los 1200 €, una inversión que para una empresa es perfectamente asumible, sobre todo si tenemos en cuenta el ahorro que nos puede representar para algunas cuestiones. Pero está claro que la calidad de los objetos que vamos a conseguir con estas impresoras, más enfocadas hacia un mercado más casero, no es tan bueno como el que podemos conseguir con las impresoras en 3D profesionales, que tienen precios en torno a los 60.000€
Son impresoras que además se especializan en otros sectores, como la microimpresión de alta precisión, muy interesante para industrias como la electrónica, la médica, por citar algunos ejemplos, que podrían abaratar los costes de producción de forma considerable.
Hablamos de impresoras capaces de imprimir circuitos integrados pero también capaces de imprimir por capas de diferentes materiales, creando productos terminados y no sólo los componentes de dichos productos. Por todas estas posibilidades de futuro es por lo que muchos hablan de esa próxima revolución industrial en la fabricación que antes comentábamos.