El impacto de la orientación de la vivienda en el ahorro energético
Comprarse una casa está lleno de momentos complejos que hacen pasar a los potenciales clientes por la toma de numerosas y diversas decisiones. Uno de los más relevantes es el de la visita a la vivienda que se desea comprar. Y uno de los aspectos más importantes que hay que tener en cuenta es la orientación del inmueble ¿Norte, sur, este, oeste?
En una coyuntura del sector en el que la construcción de los edificios tiene como uno de sus pilares fundamentales la sostenibilidad, la orientación es vital.
“Como principio general, una de las fórmulas idóneas es combinar la orientación este -oeste para evitar el efecto de fachada Fría (Norte) / Fachada Caliente (Sur), que hace muy difícil mantener el equilibrio térmico de la vivienda y, por lo tanto, la sensación de confort, además de otros efectos colaterales como la condensación etc. Dicho de otra manera, no puedes tener la casa a la misma temperatura, (en la fachada norte tendrás mas frío y humedad que en la fachada sur por lo que tiendes a subir la calefacción en invierno, lo que implica más calor en la zona sur; y en verano más aire acondicionado en la fachada sur, lo que implica más frío en la zona norte”, explica el arquitecto Alfredo Bernad, del estudio catalán BAC Arquitectura.
"La elección adecuada nos puede llevar a ahorrar hasta el 80% del consumo energético
La orientación sur, implica que el sol está presente en la vivienda todo el día: es ideal para los climas fríos y húmedos y ayudará a reducir el consumo de la calefacción. De cara a los veranos, periodo en el que sólo da en las horas centrales del día, sí hay que tener en cuenta que la vivienda será más calurosa y habrá más gasto en aire acondicionado.
Cuando nuestra casa está en una zona de clima más templado, o que tiene periodos de verano más largos, quizás haya que contemplar que al menos alguna de las estancias tenga orientación norte, que se caracteriza porque el sol no llega de forma directa, sino que sólo recibe el calor del sol a primera y última hora durante los meses de verano.
Si la futura vivienda dá al este, es una buena alternativa ya que implica que la luz del sol incide en la casa desde que sale hasta el mediodía, lo que permite acumular calor durante toda la mañana que se libera paulatinamente por la tarde. Es una buena opción para los climas más fríos.
Hay que tratar de elegir la orientación en función de las estancias que más se usen y en qué horas del día
Por último, la orientación oeste implica que astro rey mira hacia la vivienda desde las horas del mediodía hasta el anochecer.
Así, aunque el lugar hacia donde mire nuestra vivienda pueda ayudar a ahorrar energía, también hay que velar por el confort y tratar de elegir la orientación en función de las estancias que más se usen y en qué horas del día.
Existen además otros factores a tener en cuenta como la ubicación en la que se encuentra la vivienda, si está rodeada de otros edificios, o de una zona llana o montañosa. También el tamaño de las ventanas y todo aquello que tiene que ver con las estructura y los materiales con que está hecha la edificación y los revestimientos de la vivienda.
“Es necesario un correcto aislamiento continuo de las fachadas cuyo diseño evite los puentes térmicos, (puntos donde se condensa el agua, lo que deteriora con el tiempo los materiales y da origen a una humedad permanente que facilita el crecimiento de bacterias y malos olores)”; además contribuye a un ahorro energético en la vivienda que aumenta la sostenibilidad, alarga la vida útil de los materiales y el edificio así como al bolsillo del propietario”, añade Alfredo Bernad.
En definitiva, la sostenibilidad aumenta porque se gastan menos recursos naturales alargando la vida útil de los materiales y ahorrando en los consumos tanto energético como de agua. “Si ahorramos en los consumos de una vivienda incrementamos directamente su rentabilidad para el propietario y/o el inquilino”, concluye Bernad.