Ideas sencillas, grandes logros
Es lógico pensar que, para cambiar la vida de miles de personas, hace falta una gran infraestructura empresarial, un organigrama complejo o una inversión potente. Los emprendedores de BBVA Momentum están demostrando que no tiene por qué ser así y que, con un poco de imaginación y buenas dosis de perseverancia, se puede mejorar (y mucho) el mundo.
Miguel Neiva es un diseñador portugués cuya gran pasión es el color. Tanta es su sensibilidad en este campo que, de niño, vivía con el miedo de perder la percepción de las tonalidades. Por ese motivo, decidió enfocar sus esfuerzos en ayudar a aquellos que se veían privados del disfrute del color: los daltónicos. Su idea para mejorar la vida de estas personas es el paradigma de la sencillez: establecer un código de símbolos para identificar los colores. El resultado se llama ColorADD y consiste en identificar los tres colores primarios con una forma geométrica: una línea diagonal para el amarillo, un triángulo para el rojo y otro triángulo invertido para el azul. Estos tres tonos, combinados entre ellos, permiten interpretar cualquier color a partir de los símbolos. En la actualidad, este código está presente en la señalización de los hospitales portugueses, en las banderas de seguridad de las playas, en las etiquetas de la ropa o en juegos de cartas.
Muchas veces, los problemas que parecen insalvables pueden solucionarse con ideas brillantes y muy sencillas. Los emprendedores de la nueva edición de BBVA Momentum, el programa de apoyo a las empresas sociales de BBVA, también son un buen ejemplo de ello.
3D para todos
3Dörtgen es una empresa turca, afincada en Estambul, que está acercando el mundo de las impresoras en 3D a todos los públicos, a través de un concepto muy sencillo: una cafetería con un servicio de impresión. “Somos la primera tienda de impresoras 3D del mundo que cuenta con un espacio de entretenimiento, fácil de usar, en el que cualquier persona que puede hacer su propia producción”, explican sus responsables. El local está concebido para que los clientes desarrollen sus proyectos en un ambiente acogedor, mientras toman un café y socializan.
La impresión en 3D deja de ser algo elitista, a la que solo unos pocos pueden acceder y permite que estudiantes y profesionales impriman sus prototipos y proyectos. La empresa también diseña soluciones personalizadas para todo tipo clientes: agencias, organizaciones, particulares, etc. y organiza clases y talleres para fomentar la adopción de esta nueva tecnología.
© 3Dörtgen
Abrazos que marcan la diferencia
Donar abrazos para mejorar la vida de las personas que lo necesitan. En principio, la idea suena utópica, pero en manos de la empresa social colombiana Hugger Island, especializada en generar desarrollo humano a través del diseño, el concepto cobra otro sentido. Su producto estrella son los 'abrazadores': muñecos de trapo con los brazos largos y unos pesos, que simulan la sensación de un abrazo y vienen acompañados por un libro que cuenta su historia. “Esta es nuestra primera herramienta, pero tenemos más de 17 prototipos de objetos mágicos que apuntan al bienestar emocional, con el amor como concepto movilizador para el aprendizaje”, cuenta su fundadora Viviana Otálvaro.
Los sencillos juguetes de Hugger Island son herramientas que ayudan a superar carencias de todo tipo y fomentar el bienestar emocional. Además, dan empleo a mujeres que son cabeza de familia, ofreciéndoles un trabajo, a jornada completa, digno y en buenas condiciones.
© Hugger Island
Capuchas para superar adversidades
La vida de Allison Yacht cambió radicalmente cuando a su hija Meredith, de cinco años, le diagnosticaron un cáncer. Aquella noticia le obligó a dejarlo todo, centrarse en el tratamiento de la pequeña y acompañarla en aquel doloroso trance. Meredith se enfrentó con coraje al tratamiento y los efectos secundarios de la quimioterapia, pero había una cosa que le preocupaba especialmente: su calvicie, que atraía las miradas de niños y adultos. Tras intentar sin éxito que la pequeña usara pelucas y sombreros que le resultaban incómodos, Allison probó con una prenda confortable que protegiera a la niña del sol, el frío y la lluvia: una sudadera con capucha… y dio en el clavo.
Hoy en día, las sudaderas y camisetas con capuchas y mensajes positivos de Brave Hoods, la empresa que fundó Allison a raíz de esta experiencia, es todo un éxito. Por cada Brave Hood que se vende, la empresa dona otra a un niño que esté pasando por un tratamiento contra el cáncer, así se consigue que los pequeños se vean reforzados a través de una prenda que les conecta con otros niños en su misma situación. Tal y como cuenta Allison: “Las sudaderas comenzaron como simples complementos para la cabeza, pero rápidamente nos dimos cuenta de que tenían el poder de fomentar un espíritu de ‘equipo de apoyo’”.
© Brave Hoods
La nueva edición de BBVA Momentum está impulsando a estas empresas y al resto de las participantes con un completo programa que les ayudará a crecer y llevar su impacto mucho más lejos. Ellas son el mejor ejemplo de que, con una idea muy sencilla, se pueden cambiar muchas vidas.