Apolo 13: Houston, tenemos un problema
Su supervivencia fue uno de los mayores hitos de los vuelos americanos del siglo XX, lo han llamado el “fracaso espacial más exitoso de la historia”. La misión espacial Apolo 13 se lanzó al espacio un día como hoy, 11 de abril de 1970, lo que no sabían sus tripulantes era su destino, los peligros que corrían, ni cuan famosa se haría su frase -erróneamente- traducida y difundida en el mundo entero. Tiene hasta película la historia.
“Houston, hemos tenido un problema aquí” -y no tenemos- decía un desesperado John Swigert, uno de los astronautas integrantes del Apolo 13, en una misión que pretendía alunizar por tercera vez en la historia. Unos días después de abandonar la Tierra, tuvieron un percance que casi les cuesta la vida: la explosión de los tanques de oxígeno, junto con la acumulación de dióxido de carbono por fallos en el sistema. De no ser por la pericia de los propios tripulantes, Lovell -comandante de la misión-, Swigert y Haise, además de la intervención de Gene Kranz, que desde su puesto en la Sala de Control de Misión en Houston consiguió indicarles las posibles soluciones, no hubieran conseguido sobrevivir.
Desde luego, James Lovell, sabe bien lo que es trabajar bajo presión. En su piel se puso Tom Hanks en la adaptación cinematográfica Apolo 13 (Ron Howard, 1995), película que se llevó dos Oscar y que dejó sin respiración a más de uno en las butacas del cine.
Pese a todos los problemas que la tripulación tuvo que hacer frente, finalmente pudieron aterrizar cerca del Océano Pacífico, a bordo del Aquarius, su particular bote salvavidas. El Aquarius era un módulo lunar nada preparado para lo que le venía: cabían dos personas -eran tres los integrantes-, para un posible viaje de 45 horas -no 90, como fue al final-. Además las condiciones no eran demasiado óptimas: los suministros de luz y electricidad estaban en mal estado, llegaron a estar a 3 grados, y no tenían agua caliente, difícilmente pudieron cocinar los alimentos deshidratados. Otro tema, vital para la supervivencia fue el de la extracción de dióxido de carbono, que solventaron con un invento de última hora, un hack espacial en toda regla, un adaptador improvisado con todo aquello que tenían -desde manuales de vuelo hasta calcetines-.
Final feliz para la tripulación del Apolo 13, que posan con el presidente Nixon - NASA
En todo momento mantuvieron la cabeza fría, y supieron reaccionar rápido, cada segundo contaba, es más, fue clave el cronómetro de la marca Omega que usó Swigert para medir los 14 segundos que debían durar las igniciones. La marca de relojería fue galardonada con el Silver Snoopy Award de la NASA, un premio que como bien indica su nombre lleva impreso el característico personaje, cedido por su creador Charles M. Schulz, gran entusiasta de los programas espaciales. La condecoración especial quiere premiar logros que hayan contribuido a la mejora de la seguAridad y éxito de las misiones.
Houston, tenemos un problema, se ha convertido para más de uno en una frase comodín que ha trascendido hasta el punto de convertirse en un dicho popular, en todo el mundo.