Historias de mujeres que cambian el mundo y un premio que anima a seguir contándolas
Cinco mujeres, cinco historias y cinco ejemplos de que todo se puede cuando se tiene una oportunidad. Ellas son Jessica Hernández, Noelia Zora, Norma Ordóñez, Sonia Ortiz y Yamile Salazar, protagonistas de la iniciativa “Nosotros con ellas”, de la entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA en Colombia, Bancamía, para reconocer y hacer visible la valentía de estas mujeres que no tienen miedo a soñar ni a perseguir sus metas a pesar de las dificultades. Los IX Premios Corresponsables en Iberoamérica acaban de reconocer el valor de contar estas historias con el galardón a la Mejor Iniciativa en la categoría Premios Corresponsables Comunicación Responsable.
“No hay nada que la mujer no sea capaz de hacer. Lo único que necesita son oportunidades para conseguirlo”, afirma María Emma Mejía, como Representante Permanente de Colombia ante Naciones Unidas inspirada por la historia de Jessica Hernández, que dio la vuelta al mundo tras hablar en la sede de la ONU en un acto de la Fundación Microfinanzas BBVA. “500.000 pesos [unos 140 euros] cambiaron la vida de esta emprendedora: le permitieron estudiar y soñar con que iba a sacar a sus hijos adelante, y así fue”, continúa.
Aspirar a más y no conformarse con menos fueron decisivos para emprender: “Hay que ser terco, a pesar de que te digan que no puedes, si tú estás convencida, nadie puede impedírtelo”, dijo Jessica, ante los principales actores de desarrollo en la sala del ECOSOC, la más emblemática de Naciones Unidas. Y el mundo la escuchó, porque mujeres como ella tienen en su mano la llave del progreso ya que según Banco Mundial, la productividad de América Latina podría aumentar un 25% si se impulsara la capacidad emprendedora de las mujeres.
Y ese es precisamente uno de los objetivos de la iniciativa de Bancamía, premiada por la Fundación Corresponsables por contar historias “que hacen del mundo un lugar mejor”. Desde Colombia, el responsable de Comunicación de la entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, Christian Quiroga, explica que “esta iniciativa nace para dar visibilidad a las historias de las mujeres a las que atendemos, e inspirar a otras a poner en marcha sus habilidades y capacidades para emprender, buscando que cada vez más los medios de comunicación en nuestro país y en el mundo muestren mayor interés por sus historias de vida”.
Como Jessica, Noelia Zora también tuvo que reinventarse cuando, de la noche a la mañana, se vio sin ninguna fuente de ingresos y con dos hijos a su cargo. En cuestión de horas, obligada por la violencia del conflicto armado, tuvo que dejar su casa y empezar de nuevo. Encontró en un puesto de arepas la independencia económica y el sustento que necesitaba: primero, para sobrevivir y con el tiempo, para que sus hijos pudieran estudiar. Lo que se propuso, lo consiguió, y sus hijas ven en ella una “superheroína” y una valiente, adjetivo al que Colombia le quiso dar otro nombre: “berraca”, una cualidad que comparten el medio millón de mujeres a las que atiende la Fundación en el país.
Noelia Zora, emprendedora colombiana de la Fundación Microfinanzas BBVA, con sus hijas - Fundación Microfinanzas BBVA
Una de ellas, Sonia Ortiz, que ni la lucha armada consiguió echarla de su casa, que tanto esfuerzo le costó construir, y donde ha criado a sus cuatro hijos que hoy son profesionales. Con el apoyo de la Fundación Microfinanzas BBVA, vive de los aguacates que cultiva. El director de la misión de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en Colombia, Larry Sacks, que tuvo la oportunidad de visitar a esta emprendedora en su finca, destaca que “el acceso a los servicios financieros ha generado esperanza en la vida de Doña Sonia. El desarrollo rural y el del país dependen de la inclusión y las mujeres son un factor fundamental para lograrlo”.
El desarrollo rural y el del país dependen de la inclusión y las mujeres son un factor fundamental para lograrlo
Según la representante de ONU Mujeres en Colombia, Ana Güezmes, “invertir en las mujeres es desarrollo y paz para Colombia”. Ella vio en Norma una emprendedora que solo necesitaba una oportunidad para cambiar las cosas. Hoy tiene una guardería en Soacha, uno de los municipios más conflictivos de Colombia, priorizado por el Gobierno en la transición hacia la paz. “Que las manos no nos sirvan para pedir, sino para trabajar”, reclama esta mujer, que añade que su jardín de infancia, un refugio para la generación del mañana, es la pasión de su vida.
Y Yamile, propietaria de un taller de costura, concluye: “No hay límites si uno quiere salir adelante”. Ella, Norma, Sonia, Noelia y Jessica son un ejemplo de que no hay barreras que las oportunidades no puedan derribar. Ellas son protagonistas del cambio y nosotros queremos serlo con ellas.