Gastronomía sostenible: Apionabos y verduras cultivados en familia
El delta del Ebro y los valles que conforman el tramo final del río se confirman como una de las zonas más ricas para la producción ecológica. En uno de estos valles se encuentra la finca de Josep Mestres Suqué, una explotación familiar que cultiva hortalizas con excelencia sensorial. Y con el convencimiento de que si la naturaleza marca los tiempos, nada puede salir mal.
Josep y su esposa tienen clara la misión de su empresa: hacer accesibles a todo el mundo las excelentes hortalizas que se obtienen en el privilegiado entorno en el que se encuentran. “Soy ingeniero agrícola y a los 30 años, después de varios trabajos como empleado, decidí partiendo de cero, iniciar la actual aventura de producir hortalizas ecológicas en una finca singular”, explica Josep Mestres Suqué. Junto a su familia, vive en el centro de la finca, rodeado de los campos de hortalizas ecológicas y de los bosques que los encierran.
“El hecho de estar dentro de un valle, ‘La Vall’, rodeados de bosques, sin vecinos y con un río con árboles de ribera que cruza por el medio, nos regala un ecosistema único que nos permite mantener el equilibrio ecológico que da la biodiversidad”, afirma. Bajo la filosofía de la producción agrícola certificada, solo cultivan verduras de temporada, consiguiendo un entorno equilibrado de cultivos que han ido seleccionando por su excelente adaptación al medio y su magnífico sabor.
Las prácticas agrícolas que usan en la finca, además de ser acordes con el sistema de producción ecológico, tienen un impacto mínimo en el ambiente, consiguiendo incluso sinergias en el ecosistema: las variedades cultivadas ayudan a mantener la fauna auxiliar, el sistema de líneas florales asegura la adecuada polinización y la no aparición de plagas, y el programa de rotación de cultivos no agota los nutrientes.
Campos de cultivo de la finca ecológica de Josep Mestres Suqué - Josep Mestres Suqué
Un pensamiento diametralmente opuesto a la agricultura tradicional e intensiva, que acostumbra a romper ese equilibrio en perjuicio del sabor de las hortalizas. “Hemos apostado por cultivos muy diversificados y, en algunos casos, incluso singulares”, explica al hablar de la amplia variedad de verduras y hortalizas que comercializan. Una lista interminable (coles kale, kalesproud, melón blanco, tupinambo, pak choi, nabos, rabanitos…) entre los que se encuentra el apionabo, una hortaliza que les ha acercado a uno de los mejores restaurantes del mundo, El Celler de Can Roca.
El apionabo busca su sitio
Los hermanos Roca han seleccionado el apionabo de Josep Mestres Suqué para formar parte de su proyecto ‘Gastronomía Sostenible’. De la mano de BBVA, los de Girona apuestan por el pequeño productor y el producto de temporada con esta iniciativa. “El apionabo se puede consumir tanto crudo como formando parte de diversas recetas cocinadas. Se consume el bulbo que tiene un delicado aroma de apio, aunque también se pueden aprovechar las hojas que son más aromáticas que el tubérculo”, explica Josep.
Un alimento desconocido por muchos pero que poco a poco se hace un hueco en las cocinas comunes. “Es rico en vitaminas (K, C y B6) y minerales (fósforo, potasio, manganeso), no contiene grasas y aporta apigenina, un flavonoide al que la bibliografía le atribuye diversas propiedades saludables y anticancerígenas”, afirma este productor.
Apinonabo de la finca ecológica de Josep Mestres Suqué - Josep Mestres Suqué
“A principios de verano plantamos el apionabo y empezamos su recolección a finales de año. Se trata de un cultivo de huerta de ciclo: las plantas crecen lentamente, a su ritmo, asimilando poco a poco los nutrientes del suelo y construyendo todo su sabor”, asevera. Para esta ocasión, Joan Roca propone consumir el apinabo al horno, acompañando una receta de carrilleras de cerdo al vino tinto.
Formar parte de los productos estrella recomendados por los hermanos Roca es “un orgullo” para Josep, que ve con entusiasmo formar parte de un proyecto que ayuda “a mostrar nuevas recetas de cocina con las que mantener y potenciar las propiedades de las excelentes hortalizas que producimos”.
Un regalo que llega en un momento en el que la sociedad reclama nuevas formas de consumo. “La demanda de nuestros productos ha aumentado por la mayor concienciación de la población en consumir productos saludables y por el aumento de comidas en casa”. El valor añadido en este caso es claro: “Es fácil y excitante probar platos de productos desconocidos en un restaurante, pero saber utilizar hortalizas que están fuera de nuestra cultura culinaria en nuestra propia cocina, es una barrera que cuesta superar”, concluye.
Los productos de Josep Mestres Suqué se encuentran en tiendas ecológicas especializadas, proveen a distribuidores ecológicos y otros productores que realizan venta directa, así como a distribuidores ecológicos especializados en escuelas. El canal de conexión con clientes es a través de su perfil de Instagram.