¿En qué se gastará el presupuesto de la UE?
Por cada 100 euros que gana un ciudadano europeo, paga de media 50 en impuestos y cotizaciones. Pues bien, de esta cantidad, tan solo 1 euro se dedica a financiar el presupuesto de la Unión Europea. Así, en total, Europa gestiona un presupuesto que equivale al 1% de la renta nacional bruta de sus Estados miembros. Sin embargo, en qué se invierte este dinero repercute directamente en la vida de los europeos.
El momento de cambios dentro y fuera de Europa ha llevado a la Comisión a reflexionar sobre el futuro de sus cuentas públicas. En el documento ‘El Futuro de las finanzas de la UE’, la institución europea analiza la configuración actual del presupuesto y sus opciones en el futuro. Este documento se engloba en una serie de reflexiones iniciadas por el Libro Blanco sobre el Futuro de Europa, donde se recogen los retos y escenarios para la UE de aquí a 2025.
El presupuesto actual de la UE asciende a 155.000 millones de euros anuales. Ahora, la CE reconoce que el ‘brexit’ supone la pérdida de un contribuidor (Reino Unido) a la financiación de las políticas y programas de la UE. Pero también una oportunidad para modernizarlas.
¿Para qué debería servir el presupuesto comunitario?
La Comisión tiene claro las líneas básicas a las que se debería dedicar el dinero de los contribuyentes europeos. En primer lugar, a seguridad y protección para los ciudadanos de la UE. En segundo lugar, a aumentar la fortaleza económica, la sostenibilidad y solidaridad de las finanzas europeas a través de la inversión en bienes públicos como el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas o el ‘Plan Juncker’, o bien en proyectos como la red de satélites Galileo. También incluye en este capítulo los fondos para aumentar la cohesión y la agricultura sostenible. La tercera prioridad es la migración.
¿Cuáles son las opciones para el futuro de las finanzas europeas?
La Comisión considera fundamental que el presupuesto comunitario dé respuesta a las tendencias y los retos actuales, como la migración y los refugiados, el control de las fronteras, la ciberseguridad, la lucha contra el terrorismo y la defensa común. Asimismo, cree necesario reducir las divergencias económicas entre países y avanzar en investigación y desarrollo. Otras de sus preocupaciones son el medio ambiente, la política exterior, y la reforma de la política agraria común y de la política de cohesión.
En resumen, busca más eficiencia, simplificación y modernización de las cuentas europeas. Con este objetivo, plantea cinco posibles escenarios para el futuro de sus finanzas:
1. Seguir igual, y que la Europa de los Veintisiete siga cumpliendo su programa actual de reformas positivas. Se reduciría el porcentaje dedicado a cohesión y agricultura, que en la actualidad aglutina el 70% del gasto presupuestario. Se añadirían nuevas prioridades como seguridad, migración y defensa. Casi no se variaría el sistema de ingresos, aunque se contempla añadir otras fuentes a las actuales.
2. Hacer menos en común en todos los ámbitos, con una reducción significativa del presupuesto, especialmente de los fondos destinados a agricultura y cohesión y mayor uso de instrumentos financieros y garantías. Se mantendría el programa de mercado único y se suspenderían otros, como el Erasmus y otras iniciativas de salud, cultura o investigación e innovación. Se mantendrían las fuentes actuales de ingresos.
3. Que algunos países hagan más en ámbitos específicos. Se incrementaría el presupuesto sustancialmente, para cubrir los nuevos ámbitos de actuación conjunta. Se incluiría la cooperación reforzada en materia de gasto y una financiación más allá del presupuesto de la UE. En cuanto a los ingresos, las nuevas políticas serían financiadas solo por los países participantes.
4. Un cambio radical en el que la UE a 27 redoble esfuerzos en algunos ámbitos, pero haga menos en otros. Contempla una reducción del gasto en política agraria común y cohesión y el refuerzo de las nuevas prioridades como seguridad y defensa, y otras ya existentes como transporte, energía, investigación y desarrollo. Se simplificaría el sistema de ingresos y parte de la financiación vendría de recursos propios, con una contribución ligada a la consecución de objetivos políticos.
5. Hacer mucho más en común en todos los ámbitos políticos, con un incremento significativo del presupuesto y la financiación adicional de nuevas prioridades y acción exterior. También aumentaría el gasto en política agraria. Se crearía un fondo de capital riesgo. La reforma de los ingresos va más allá de la propuesta en el escenario anterior, con nuevos recursos propios para financiar un gran porcentaje del presupuesto de la UE y otras fuentes de ingresos.