Garbiñe Muguruza, una tenista sin secretos
Vive sola, le encantan los coches, dormir rodeada de almohadas para sentirse confortable y cantaría con Djokovic en un karaoke. Son algunos de los secretos que Garbiñe Muguruza nos ha contado en su aplicación oficial para smartphones y tablets. La tenista española nos sumerge en su vida, la de una chica normal, simpática, activa y con mucho carácter y en su mundo, el del tenis: su profesión y gran pasión.
Cercana y divertida, Garbiñe se ha puesto frente a la cámara para hablar con sus fans. Son una parte muy importante en su vida. Le encanta sentirse arropada por ellos, jugar en las abarrotadas pistas centrales para ganar, pero también para que sus seguidores disfruten de un buen partido de tenis.
Con este chat-entrevista hemos conocido un poco más a una de las tenistas con mayor proyección del circuito WTA. Su vida es la típica de un deportista de élite, pero en el ámbito personal Garbiñe es original y sincera. Le gustaría tener superpoderes para volar, saber qué está pensando el resto de la gente o ser invisible.
En los idiomas podríamos decir que los tiene. Habla español como lengua materna, pero también inglés y catalán a la perfección. En ellos se expresa mientras recorre el mundo de torneo en torneo. No podría elegir una ciudad como favorita, pero se siente especial en Barcelona, donde se formó como tenista, Miami, Roma o París. Por algo será.
Garbiñe no esconde secretos. Es sencilla. Le encanta ir a la playa y al cine, las series (es una gran seguidora de ‘Juego de Tronos’), escuchar música le ayuda a motivarse, ir de compras, y cocinar. Es una especialista en postres e incluso es capaz de preparar una tarta de queso ¡sin queso!.
Coqueta y femenina, le gusta jugar con faldas o vestidos, también por comodidad. No tiene supersticiones, considera que influyen negativamente en las personas. Para la actual número tres del mundo, la clave está en confiar en sí misma.
Y nació la Garbiñe tenista
Su primera raqueta era casi de su tamaño. Creció y empezó a ganar sus primeros torneos. Fueron los que le dieron la pista, se le daba bien el tenis. Ahora trata de encontrar la fórmula de la constancia que busca cualquier deportista, para con esfuerzo y sacrificio disfrutar del tenis el máximo tiempo posible, triunfar en esta su pasión y cuando cuelgue la raqueta sentirse realizada.
Por ello lanza un consejo: “Si quieres ser jugador de tenis profesional tienes que desearlo realmente porque sólo unos pocos llegan a lo más alto”. Para Garbiñe son claves la motivación y la ambición. Es la motivación la que te empuja a ser más fuerte y la ambición por ganar en cuanto entras en la pista te da esa fortaleza mental tan necesaria.
Aspectos que demostró de sobra en Roland Garros. Atrás queda ya su primer título de Grand Slam pero la felicidad se mantiene en el tiempo. Imposible borrar del recuerdo el momento en el que levantó el trofeo. El esfuerzo mereció la pena, es un sueño hecho realidad. Y todo cambia, el ambiente que le rodea, la gente requiere más su atención y en más ocasiones. Algo nuevo a lo que adaptarse.
En el mismo año en que disputará sus primeros Juegos Olímpicos, de momento en dos de las tres modalidades, individuales y dobles (con Carla Suárez). Aunque nos gustaría verla en mixtos junto a Rafa Nadal, Garbiñe piensa únicamente en vivir la experiencia y jugar bien para volver con la medalla de oro a casa.