Garbiñe Muguruza: "Planifico mi vida en el largo plazo porque la carrera deportiva de un tenista es muy corta"
Todo comenzó con apenas 3 años. Con dos hermanos mayores aficionados al tenis, Garbiñe Muguruza pasó su infancia rodeada de raquetas. Pronto empuñaría una para no soltarla nunca más. Una pasión que la llevó a ganar su primer torneo importante con 15 años, a debutar en el circuito profesional con 18 y a ganar su primer Grand Slam con 22. Unos números que la sitúan en la lucha por el número 1 del ranking WTA en la temporada que comienza en enero.
“No fue un día en particular… me di cuenta que quería ser profesional cuando empecé a destacar en mis categorías de infantil, de cadete, de junior”, comenta Muguruza. De una forma natural, Garbiñe siguió los pasos de sus hermanos y se apuntó al club donde ellos entrenaban. Cuando Garbiñe contaba con 6 años, la familia se desplazó desde Caracas hasta Barcelona donde los hermanos Muguruza ingresarían en la Academia de Sergi Bruguera.
Fue en Barcelona donde ella y su entorno empezaron a vislumbrar a una futura profesional. “Empecé a darme cuenta que era buena comparada con mis compañeras, que podía ganarles, que podía ganar torneos. Eso despertó en mí el interés de creer que algún día podía ser una jugadora top”, afirma.
Mi primer sueldo
Con el apoyo de sus entrenadores y de su familia, la caraqueña pronto volcaría todos sus esfuerzos en su carrera como tenista. “Me acuerdo cuando gané mi primer sueldo. Fue alrededor de los 15 años y lo primero que me compré fue un mp3 de música para que me acompañara en los viajes”, recuerda. Viajes que empezaron en torneos por España pero que darían el salto alrededor del mundo con un duro trabajo y dedicación.
Garbiñe es consciente de sus posibilidades pero también de la corta vida profesional de un tenista: “Me considero una persona que piensa a largo plazo porque, sobre todo mi caso, la vida del deportista es una vida corta. Solo dispones de unos cuantos años en los que físicamente estás en las condiciones de jugar profesionalmente y tienes que pensar en tu futuro”.
Un hándicap que obliga al deportista a organizarse para un futuro en el que ella espera seguir vinculada al mundo del tenis. “La verdad es que no sé qué haré cuando deje de jugar al tenis. Lo que sí estoy segura que haré algo relacionado con el deporte, específicamente con el tenis. Algo que me implique viajar, que me mantenga viva y alegre y que implique algo físico porque me gustaría seguir en forma”, comenta.
Todavía es pronto para pensar en esto. Con los pies en la tierra, Garbiñe Muguruza tiene por delante un presente prometedor y un futuro planificado para evitar sorpresas.