Garbiñe Muguruza: así es la vida del deportista de élite
La élite del deporte exige capacidad de entrega, trabajo y esfuerzo para un buen desarrollo del rendimiento deportivo. El principal objetivo de un deportista es el resultado, o lo que es lo mismo, la victoria o los títulos. Para alcanzar estas metas es importante tener en cuenta no sólo las condiciones de trabajo, físico y técnico-táctico, sino también las condiciones de vida.
Saber comer, descansar y divertirse. Eso influye en la forma física y psíquica y, por tanto, en el rendimiento deportivo. Y es que la práctica de un deporte conlleva no sólo el sacrificio que suponen los entrenamientos diarios y la competición, sino que requiere también una estabilidad emocional para poder afrontar los continuos desplazamientos y cambios horarios para disputar los diferentes torneos.
La vida del deportista no es sólo gloria o fracaso. Para llegar a un punto u otro entran en juego muchos conceptos que a veces se tienen, a veces se trabajan. Lucha, compromiso, intensidad, vocación, sacrificio, ilusión, generosidad, responsabilidad, motivación, método, alma, esfuerzo, entrega, dedicación, convicción, afán de superación, coraje. Componentes psicológicos que unidos a una genética privilegiada y el apoyo de un entorno equilibrado dan forma a un campeón.
Aquí entra en juego el cuerpo técnico de un deportista. El entrenador es una pieza clave en su camino hacia la excelencia. Son los encargados de estimularles para sacar lo mejor de ellos y motivarles para que desarrollen un estado mental de alerta durante la competición para conseguir resultados positivos.
Garbiñe Muguruza levanta el trofeo que la acredita como campeona de Roland Garros 2016. Foto: EFE
El día a día de una tenista
El día a día de un deportista de élite conlleva, como hemos citado anteriormente, una buena y variada alimentación, en la que la ingesta de hidratos de carbono (pan, arroz, pasta o patatas) sea siempre precedida de un entrenamiento intenso. Garbiñe Muguruza cuenta que siempre desayuno fuerte "para tener energía el resto del día”.
Normalmente los entrenamientos duran entre 5 y 6 horas al día, divididos en sesiones de mañana y tarde. En el caso de la tenista española, realiza tanto preparación física como trabajo específico de tenis. “Son mis entrenadores los que deciden en función del momento si hay que reforzar el trabajo físico o dedicarle más tiempo a la parte técnico-táctica en la pista”, cuenta Garbiñe.
Según el torneo que vaya a disputar, Muguruza suele comenzar a entrenar a media mañana con el objetivo de amoldarse a los horarios de competición (los torneos suelen comenzar a las 11:00 horas). La mejor tenista española del momento también busca tiempo en su día a día, especialmente tras los partidos, haya obtenido una victoria o una derrota, para visualizar vídeos y analizar el lenguaje corporal desarrollado en la pista, los puntos ganados o fallados, o los golpes ejecutados. Porque “verte te abre mucho los ojos”, afirma Garbiñe.
Pero el trabajo de un deportista de élite va más allá. A los entrenamientos y competiciones, hay que sumarles las numerosas horas de viaje, los eventos de cada torneo o externos, los compromisos publicitarios y la atención a los medios de comunicación. Un sacrificio que merece la pena, un privilegio poder hacer lo que más le gusta.
Entrenando duro, no hay otra! Trainning hard, there's no other way! #HayQueSeguir pic.twitter.com/OXstLHIp5J
— Garbiñe Muguruza (@GarbiMuguruza) 16 de junio de 2016
Y todo ello para alcanzar la gloria en el torneo de tenis más prestigioso sobre tierra batida y convertirse en campeona de Roland Garros 2016, la primera en conseguirlo desde Arantxa Sánchez Vicario en 1998 y la tercera española ganadora de un Grand Slam.