Francisco González: "La transformación de la banca impulsará el crecimiento económico y reducirá la desigualdad"
Francisco González, presidente de BBVA, ha presentado en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) el libro El próximo paso: La vida exponencial. Esta obra recoge las reflexiones de veinte autores de referencia en sus respectivos campos que analizan las inmensas oportunidades que las llamadas “tecnologías exponenciales” ofrecen a la humanidad, pero también los riesgos e incógnitas que plantean.
El próximo paso: La vida exponencial es el noveno libro de la colección anual que BBVA publica en el marco de su proyecto OpenMind, una comunidad digital de conocimiento que facilita el libre acceso tanto al contenido de los libros, como a otros artículos, entrevistas, vídeos e infografías dedicados a un público cada vez más amplio. El próximo paso se puede descargar gratuitamente en español e inglés y en diferentes formatos electrónicos.
Durante la presentación del libro en el MIT, el presidente de BBVA ha destacado que cerca de 250 autores participan ya en esta plataforma colaborativa puesta en marcha por BBVA para generar y difundir conocimiento en beneficio de la sociedad y “poner al alcance de todo el mundo la era de las oportunidades”.
El desarrollo de las biociencias, la robótica, la inteligencia artificial o el Internet de las cosas “están cambiando ya nuestra forma de vivir, trabajar y relacionarnos, pero también lo que parecían constantes fundamentales de la naturaleza humana: hoy parece posible mejorar drásticamente la memoria de las personas, sus procesos cognitivos, sus capacidades físicas e intelectuales y aumentar la longitud de la vida hasta extremos que pueden cambiar nuestro concepto de mortalidad”, ha destacado Francisco González.
Francisco González, presidente de BBVA, durante la presentación del libro de BBVA OpenMind en el MIT - BBVA
Muchas de estas “tecnologías exponenciales” están llegando ya a la banca e impulsando una transformación que “va a generar unos enormes beneficios para los clientes, en términos de calidad, variedad y precio de los productos. Y permitirá acceder a los servicios financieros a muchos millones de personas de menor renta en todo el mundo, mejorando su calidad de vida y sus oportunidades para prosperar”, ha asegurado el presidente de BBVA. En términos macroeconómicos, “esto supone una profunda reforma estructural que va a impulsar el crecimiento y a reducir la pobreza y la marginalidad”.
“Nos dirigimos hacia una nueva y mejor industria financiera –ha concluido Francisco González– pero no sabemos exactamente cómo va a ser; ni siquiera si los bancos van a ocupar un lugar en ella”.
Junto al presidente de BBVA, han participado en la presentación Joseph Paradiso, director del Responsive Environments Group en el Media Lab del MIT; Jonhathan Rossiter, catedrático de Robótica en la Universidad de Bristol; Stephen M. Lipkin, director de la Adult and Cancer Genetics Clinic de la Facultad de Medicina de Cornell; y Séan Ó hÉigeartaigh, director del Centro para Estudios del Riesgo Existencial de Cambridge.
Joseph Paradiso, director del Responsive Environments Group en el Media Lab del MIT
Joseph Paradiso ha explicado cómo el internet de las cosas, con sus sensores conectados en red, terminará por convertirse en “un sistema nervioso electrónico continuo, que cubrirá todo el planeta”. El director del Responsive Environments Group ha detallado algunos de los experimentos que se están llevando a cabo en su laboratorio y que incluyen, por ejemplo, la ropa electrónica. En su opinión, el impacto de estas prendas inteligentes va a ir mucho más allá de la moda o el deporte. Van a revolucionar también otros campos como la medicina.
En el futuro se podrán tejer músculos artificiales en el interior de las telas, un desarrollo que permitiría devolver la movilidad a personas discapacitadas. O dar lugar a lo que Paradiso llama pieles inteligentes –es decir, una segunda piel robótica capaz de interactuar con el tejido humano– que se podría usar para fabricar vendas inteligentes para facilitar la curación de las heridas. Combinando esta tecnología con la robótica, “podríamos fabricar dispositivos médicos implantables capaces de restaurar la funcionalidad de órganos y estructuras enfermos o dañados”. Esta robótica blanda biointegrada “se encuentra en fase de desarrollo y se espera que llegue al ámbito clínico en los próximos diez a quince años”, asegura Paradiso.
Jonhathan Rossiter, catedrático de Robótica en la Universidad de Bristol
Los robots blandos son precisamente el área en el que trabaja Jonathan Rossiter, que ha coincidido con Paradiso en que en el futuro “ni en nuestra sociedad ni en nuestras vidas habrá nada ajeno a la influencia de la robótica. Desde robots que puedan supervisar y reparar el entorno natural hasta nanorrobots para controlar y eliminar el cáncer; desde robots que liderarán la colonización de planetas hasta robots de compañía que nos salvarán de la soledad en la edad avanzada”. Y estos robots serán biodegradables y ecológicos: vivirán, morirán y desaparecerán sin causar daño al medio ambiente.
Stephen M. Lipkin, director de la Adult and Cancer Genetics Clinic de la Facultad de Medicina de Cornell
La secuenciación del genoma es otra de las cuestiones que se abordan en el libro. En la presentación celebrada en el MIT, Stephen M. Lipkin ha analizado las implicaciones legales y éticas de esta tecnología. El cribado de los 76 genes que intervienen en la mayoría de los diagnósticos “revelará que uno de cada veinte pacientes es portador de una mutación que tendrá consecuencias en su atención sanitaria”, afirma este especialista en enfermedades autoinmunes.
“Los estudios genómicos permitirán detectar enfermedades en los pacientes antes de que aparezcan los síntomas o se produzcan consecuencias catastróficas. Se desarrollarán nuevas pruebas y medicamentos para tratar trastornos genéticos y el mejor conocimiento de la genómica probablemente reducirá los costes de la atención sanitaria”, asegura. Pero es necesaria una legislación que proteja a los ciudadanos de la discriminación genética que, en opinión de Lipkin, “es ya un hecho en todo el mundo”.
Séan Ó hÉigeartaigh, director del Centro para Estudios del Riesgo Existencial de Cambridge
Los riesgos derivados de los avances en la secuenciación del genoma y de la ingeniería genética son dos de las amenazas que más preocupan a Séan Ó hÉigeartaigh. “La humanidad se ha enfrentado siempre a amenazas a su supervivencia global, tales como impactos de asteroides y supervolcanes” –advierte el director del Centro para Estudios del Riesgo Existencial de Cambridge–. Y, sin embargo, es posible que los riesgos más graves a los que nos enfrentamos sean el resultado de nuestro progreso científico y como civilización. Estamos desarrollando tecnologías de poder sin precedentes, como las armas nucleares o la ingeniería genética. También estamos erradicando especies, cambiando el clima y agotando los recursos del planeta a un ritmo insostenible a medida que crece la población mundial”. Pese a todo, Ó hÉigeartaigh confía en que “los avances del siglo que viene en ciencia y tecnología también proporcionarán soluciones a muchos de estos grandes retos”.