Francisco González: "El tándem Carlos-Onur va a lograr cosas extraordinarias"

Francisco González ha participado en la presentación de un caso de BBVA en Nueva York sobre gobierno corporativo, elaborado por el profesor Krishna Palepu, de Harvard Business School, y el profesor Jordi Canals, de IESE. La metodología de este caso, muy dinámica y práctica, es una de las principales metodologías de la enseñanza en IESE. Consiste en pedir a los estudiantes que se pongan en los zapatos de los directivos.

Durante el encuentro, Francisco González explicó que el Consejo de Administración es crítico para el Grupo y una de sus misiones más importantes es designar y seleccionar el mejor talento posible.

El 28 de noviembre, el Consejo de Administración aprobó el plan de sucesión del consejero delegado y designó a Onur Genç —actual CEO de BBVA Compass y ‘country manager’ de BBVA en Estados Unidos— como sucesor de Carlos Torres Vila, una vez que este último reemplace a Francisco González como presidente de la entidad. Está previsto que los cambios tengan lugar el 31 de diciembre.

“BBVA está mirando al futuro”

Las decisiones del Consejo demuestran que “BBVA está mirando al futuro”, afirmó. “Onur está muy bien posicionado para hacer un trabajo increíble”.

Para que el Consejo establezca un buen gobierno corporativo, Francisco González considera clave cuatro premisas: una composición del Consejo robusta, con una mayoría de consejeros independientes y perfiles diversos; una visión a largo plazo; ausencia de conflictos de intereses de los consejeros; y unos valores y principios éticos sólidos. El Consejo ha sido fundamental para el proyecto de transformación de BBVA, señaló.

BBVA comenzó su ‘viaje digital’ hace más de una década con el fin de prepararse para la revolución tecnológica que está acometiendo profundos cambios en todas las industrias. Entre estos cambios, se encuentran las expectativas de los clientes, en permanente transformación; la difusión de fronteras entre sectores y mercados; y la aparición de nuevos jugadores, incluyendo a los gigantes de Internet y una infinidad de ‘startups’, que conforman un contexto competitivo en constante evolución. Los cambios actuales exigen una nueva arquitectura legal que asegure que la enorme riqueza que puede crear esta revolución beneficie al conjunto de la sociedad. “Me gustan los reguladores”, afirmó. “Son los únicos que pueden poner un poco de orden en este mundo nuevo”.