El fintech, camino a la madurez
El sector financiero se transforma, se ajusta a las nuevas condiciones del mercado, a las exigencias de la regulación e intenta dejar atrás la crisis económica de los últimos años. La sociedad también está cambiando como lo reflejan las expectativas y hábitos de consumo de las personas. Y la tecnología se erige en la gran baza para que las entidades financieras puedan atender a esos “nuevos” clientes y no se queden fuera de juego.
Pero no solo la banca, las startups fintech también cuentan con ella (la tecnología) para extraer negocio. Y después de casi una década “dando guerra”, el sector se acerca hacia la madurez, ajustándose a la nueva realidad que hasta ahora solo afectaba a la banca tradicional.
De la mano de los dispositivos móviles, los millennials pisan cada vez más fuerte y sus percepciones sobre la banca son poco halagüeñas. Según Scratch, un 71% de los encuestados en EE.UU. prefiere ir al dentista antes que escuchar a un banquero. El hecho de que un 68% crea que en cinco años cambiará la manera de acceder al dinero o que nombres como Google, Amazon, Apple o PayPal se les vengan a la mente antes que el nombre de su banco actual, son un buen indicativo de la evolución de los servicios financieros. ¿Qué tienen estos gigantes tecnológicos y otros más pequeños que los ha convertido en imprescindibles?
Una reciente investigación de McKinsey apunta a una serie de causas que han llevado al estado actual del sector fintech. En cuestión de pocos años, las startups supieron aprovechar las áreas “laterales” de la banca para explorar -en algunos casos con mucho éxito- áreas como pagos y transferencia. Pero ahora el rango de productos y servicios se está expandiendo rápidamente y abarca más de 30 áreas. Las nuevas ofertas incluyen desde nuevos servicios financieros (finanzas personales), administración de patrimonio (robo-advisors), servicios para pymes (gestión y control), banca corporativa, y hasta seguros.
Pero esta incursión también ha sido un revulsivo para la banca tradicional. Las entidades financieras tradicionales se han adentrado más en el terreno de la tecnología, difuminando las barreras que tradicionalmente la han caracterizado. Por ende, una de las principales causas de la maduración del fintech es la colaboración, ya que cada vez más las empresas tradicionales están comprendiendo la necesidad de transformarse, y cooperar con aquellas startups que han revolucionado el ecosistema.
Las alianzas entre corporaciones es uno de estos motivos. Las instituciones financieras tradicionales buscan la experiencia digital de las fintech, ya que en muchas ocasiones las startups llevan la delantera con nuevos productos, experiencia de usuario más desarrollada, servicios ágiles, transparentes y sencillos.
La burbuja de las inversiones se estabiliza
Otro indicio de que el sector fintech avanza hacia la madurez es que a nivel global, la burbuja de las inversiones y el exceso de liquidez va estabilizándose: los inversores ahora favorecen a las empresas con éxitos probados. El estudio de McKinsey analizó 44 empresas fintechs con valoraciones de más de mil millones de dólares, y concluyó con la desaceleración del crecimiento. Entre 2014 y 2015, las valoraciones de estas empresas crecieron en promedio un 77%, y luego se desaceleraron en un 9% entre 2015 y 2016.
Esta tendencia también es notable en las tendencias de inversión. Una investigación de KPMG y CB Insights analizó las 30 mayores inversiones de fintech realizadas por los fondos de capital riesgo, en los primeros meses de 2016, y encontró que los inversores están más interesados en empresas con modelos de negocio probados, más que en empresas en sus primeras etapas de vida.
Evolución de la regulación
Habitualmente, la evolución de cualquier sector conlleva la actualización de la regulación. Aunque un poco tarde en algunos casos, los reguladores comienzan a desempeñar un papel muy proactivo en la supervisión de la industria financiera, lo que fomenta su desarrollo. Un ejemplo de ello es la estandarización de los llamados sandbox, plataformas que permiten a las fintech probar nuevos modelos de negocio innovadores, sin que afecte al resto del sistema financiero.
En el Reino Unido, por ejemplo, la Autoridad de Conducta Financiera ha puesto en marcha el Proyecto Innova, un programa que orienta a startups tecnológicas sobre la legislación vigente y las ayuda a insertarse en las necesidades del sistema actual. Dentro de este panorama resalta el término regtech, concepto que clasifica el conjunto de compañías que, apoyándose en el cloud, big data o blockchain crean soluciones para ayudar a las empresas de todos los sectores a cumplir los requerimientos regulatorios.
La batalla entre las grandes corporaciones y las startups parece haber firmado una tregua. Los que antes parecían enemigos han pasado a ser aliados en el terreno de lo digital. El compromiso con el usuario y la cadena de valor se ha visto fortalecido con el paso del tiempo. ¿Hemos llegado a la consolidación del fintech? Puede ser, aunque el tiempo dirá.