Financiación, tecnología, sostenibilidad y datos para reducir la brecha de género
2020 es un año clave para mujeres y niñas de todo el mundo. Se cumplen 25 años de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, en la que se adoptó la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, y cinco desde la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por eso, la 64ª Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), que se celebra todos los años en Naciones Unidas, iba a ser una oportunidad para conmemorar y reafirmar estos mandatos, porque si de verdad queremos cumplir la Agenda 2030, debemos acelerar un ritmo que hasta ahora ha sido lento.
Sin embargo, con el avance de la pandemia del COVID-19, la CSW, que suele durar dos semanas, se redujo a una única reunión y se cancelaron el debate general, las sesiones interactivas y los eventos paralelos de entidades sin ánimo de lucro, como es la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA).
De hecho, como en los últimos tres años, la FMBBVA, que desde 2016 cuenta con el estatus consultivo del Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC), iba a participar en la discusión general y en cuatro de estas sesiones interactivas. En concreto, en ámbitos como el financiamiento para la igualdad de género, la tecnología, los datos de género y el cambio climático, para reafirmar, una vez más, su compromiso de promover el empoderamiento económico de la mujer con programas e iniciativas dirigidas a cubrir las necesidades financieras de las emprendedoras de bajos ingresos en América Latina, que representan el 57% de los 2,2 millones de personas vulnerables a las que atiende en la región. La página oficial de la CSW recoge una declaración escrita de la FMBBVA resumida en estos puntos:
Financiación para la igualdad de género
Según el Banco Mundial, el mundo pierde riqueza por valor de 160 billones de dólares (seis veces el PIB de Estados Unidos y China juntos) debido a las diferencias entre los ingresos que las mujeres perciben durante toda su vida en comparación con los hombres. La experiencia de la FMBBVA, avalada por su sistema de medición, señala que invertir en las mujeres tiene un impacto positivo en el desarrollo sostenible y en la reducción de la pobreza. Las mujeres acumulan activos, y ventas y excedentes a tasas superiores a la de los hombres (25,6% y 20%, respectivamente). Además, cuatro de cada diez salen de la pobreza en su segundo año con la Fundación, y son ellas las que invierten en ámbitos tan importantes como la educación, la salud y el bienestar de sus familias.
Tecnología e innovación para cerrar las brechas
La tecnología contribuye, entre otras cosas, al logro de la igualdad de género, mejorando la calidad de vida de las mujeres y sus oportunidades laborales gracias a la formación. Así lo ha constatado la FMBBVA que la utiliza para mejorar el acceso a los servicios financieros en áreas remotas a través de una aplicación móvil. Los emprendedores pueden, de esta forma, ver sus estados financieros, transferir dinero y hacer seguimiento de los pagos, sin tener que desplazarse a una oficina. Esto se traduce en un ahorro de tiempo y de dinero que además contribuye a cerrar la brecha digital.
Género en la era del cambio climático
La FMBBVA reconoce el papel de las mujeres en la acción climática y les ofrece programas sostenibles con el medio ambiente, como el de Microfinanzas para la Adaptación basada en Ecosistemas (MEbA), implementado con ONU Medio Ambiente en Colombia y República Dominicana, donde la Fundación también cuenta con productos específicos para ellas como Agromujer.
Indicadores de medición para avanzar más rápido
Con los indicadores adecuados, se pueden monitorizar los avances en el tratado de Beijing. Una labor con la que la Fundación está comprometida, ya que lleva años midiendo y mejorando la recopilación y el análisis cuantitativo y cualitativo de su impacto social. De esta forma, puede observar el progreso de los emprendedores a los que atiende, y diseñar y aplicar políticas de manera más eficiente, además de comprobar que los hogares encabezados por mujeres son más vulnerables y más limitados en su desempeño comercial en comparación con los de los hombres en la misma situación.
El 25 aniversario del Acuerdo de Beijing llega en un momento en el que ningún país ha logrado la igualdad de género. A pesar de la emergencia sanitaria que estamos viviendo con el COVID-19, no hay que perder el impulso de la CSW64. Según el Foro Económico Mundial, si no aceleramos los avances, tendremos que esperar 257 años antes de que la paridad económica de género sea una realidad.