¿Cómo se fija el límite de la tarjeta de crédito?
El límite de una tarjeta de crédito establece la cantidad máxima que una persona puede retirar o gastar con ella de una sola vez. Por lo tanto, si se quiere hacer una compra o sacar una cantidad de efectivo que sobrepase dicho límite, la operación puede ser denegada. Pero, ¿cómo se fija esta cantidad y a qué factores se debe?
Las tarjetas de crédito están asentándose y ganando terreno como medio de pago. El número de plásticos en circulación, según los datos ofrecidos por el Banco de España, se ha disparado en el primer trimestre de este año hasta 49,88 millones. En la Unión Europea ya hay más de 300 millones de unidades en toda Europa con un volumen anual de transacciones superior a los 18.000 millones de euros. No cabe la menor duda, de que estas tarjetas se han convertido en uno de los más importantes instrumentos de pago al por menor para los ciudadanos europeos.
Sin embargo, aunque este tipo de plásticos tiene sus atractivos, ya que permiten gastar más dinero del que hay en la cuenta en ese momento, no hay que olvidar que se trata de un medio de financiación. Por lo tanto, está sujeto a condiciones y cuenta con un límite de crédito que establece la entidad bancaria.
¿Cuál es tu perfil?
Es lo primero que mirará el banco para establecer el límite de la tarjeta de crédito. Para ello, analizará aspectos como el nivel de ingresos y las características del cliente, con el objetivo de medir la solvencia y asegurarse de que, en caso de uso del crédito, este se devuelva sin incidencias. Cada banco tiene su política de riesgos por lo que el límite también puede verse afectado por las normas de cada entidad, a las que se une el del tipo de tarjeta que se contrate (“oro”, “plata”, “normal”, etc.).
Una vez fijado el límite, ¿se puede cambiar?
Sí, se puede cambiar, tanto para establecer un límite más bajo como para subirlo. En el primer caso, no hay ningún problema pero, en el segundo, es probable que haya que pedir autorización al banco para que realice el cambio. Estas variaciones del límite se pueden hacer de manera temporal, para afrontar un gasto determinado o de forma definitiva. En todos los casos, nunca se debe tirar de tarjeta de crédito, sin tener la seguridad de que se va a poder devolver el dinero. Si no es así, es mejor buscar otra vía de financiación, ya que los retrasos en las cuotas generan intereses y aumentan la deuda adquirida.
Aún así, ¿qué ocurre si me paso?
En ese caso, se puede acordar con la entidad bancaria una ampliación del límite, preferiblemente temporal hasta que se pueda pagar la deuda y un ajuste de los plazos para poder ir devolviendo el dinero. Estas operaciones deben hacerse antes de que llegue la fecha de vencimiento del pago y, aunque conllevan intereses, por lo menos evitan problemas graves de endeudamiento siempre que se devuelva el dinero puntualmente.
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