Estudiar y trabajar: si quieres, puedes
No todo el mundo puede primero estudiar y luego trabajar. Me refiero a una carrera universitaria, pero también puede aplicarse a preparar una oposición o completar formación de postgrado, es decir, un máster.
En el caso de los estudios universitarios hay mucha gente que necesita trabajar ya sea para independizarse o simplemente para aportar ingresos extras a la unidad familiar. Muchos de estos estudiantes deciden no entrar a la universidad y empezar a trabajar, pero también hay quien se anima y se atreve con las dos cosas.
Tras finalizar una carrera también tenemos este escenario: gente que tiene que trabajar para empezar un nuevo proyecto vital como puede ser el matrimonio, o por generar ahorros para una vivienda, o para pagar un préstamo concedido para poder realizar sus estudios.
Es aquí el momento de decidir si buscar un trabajo y olvidarse de los estudios, o si plantearse una oposición o un máster. Este segundo supuesto es más oneroso y nos lleva a la posibilidad de compaginar esfuerzos.
Sea cual sea el escenario, el caso es que no es fácil realizar las dos cosas eficientemente. Lo normal es que la presiones temporales en una actividad se noten en la otra. Es decir, en épocas de exámenes será más difícil rendir bien en el trabajo y viceversa. Lo malo es que el esquema de exámenes en Febrero, Junio y Septiembre suele repetirse malévolamente con calendarios similares de entregas de proyectos. El resultado suele ser el retraso o incluso el abadono de los estudios.
Algunas claves para lograr el éxito son:
- Administrar el tiempo: es obvio que tienes que planificar tu jornada día a día, por semanas o meses. Eso de dejar los estudios para el día antes del exámen es un lujo que no te puedes permitir nunca, pero mucho menos compatibilizando trabajo y estudio.
- Buscar un trabajo de media jornada o máximo unas 6 horas por día: no es fácil, pero es una alternativa más llevadera que trabajar un horario normal y acudir al centro de estudios en horario nocturno. Tampoco es llevadero a la larga trabajar en fin de semana y estudiar entre semana, aunque es siempre cuestión del encaje personal que se logre.
- Buscar un trabajo o cerca del domicilio o cerca de la universidad para reducir los tiempos muertos de desplazamiento y el cansancio que provocan.
- Según vayas terminando, intenta cambiarte a un trabajo más relacionado con los estudios. Irás obteniendo ya experiencia profesional relevante, aparte de las prácticas que debas hacer para completar los estudios, que incluso te puedes llevarpuestas, por así decirlo.
- Ten claros tus objetivos para no caer en la desmotivación que hará que dejes de asistir a las clases.
- Intenta pedir días de permiso antes de los exámenes con anticipación para poder organizar el trabajo sin tu presencia y para acudir mejor preparado a cada convocatoria.
- Aprovecha todo rato perdido que puedas: una pausa de sobremesa en el trabajo para repasar algo, un desplazamiento, tiempos entre distintas clases.
- Preguntar si tu empresa otorga becas de estudio que te ayuden a pagar matrícula y libros.
Como vemos no es fácil, pero la recompensa merece la pena. Cuando te decidas a buscar un nuevo trabajo para desarrollar esa profesión para la que te has formado, se valorará muy positivamente en los procesos de selección el haber conseguido la carrera trabajando. Deja a las claras que eres organizado, comprometido y con enorme capacidad de esfuerzo.