España eleva el peso de las exportaciones en el PIB un 53% en cinco años
La crisis económica provocó un deterioro del comercio mundial, con especial incidencia en 2009, cuando los intercambios se redujeron en más de un 25% y en algunos países, como España, en más de un 30%. Desde entonces, España ha aumentado un 53% su cifra de exportaciones de bienes en relación con el PIB, hasta representar el 21,6%.
Se trata del mejor dato nunca registrado en España, con el que además se consigue igualar la media mundial, según el estudio de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) que se recoge en el último número de Esenciales, la colección mensual de documentos divulgativos publicada por ambas instituciones.
El grado de apertura corregido mundial —un índice que mide el peso de las exportaciones de un país teniendo en cuenta su tamaño—alcanzó su punto álgido en 2008, con un 23,2%, pero cayó más de cuatro puntos con la gran recesión de 2009. Desde entonces, se ha producido una cierta recuperación, pero no se ha vuelto a alcanzar el nivel de 2008.
En España, el grado de apertura corregido para las exportaciones también sufrió una caída en 2009, hasta quedar en un nivel del 14,2%. Sin embargo, la recuperación ha sido mucho más rápida que en el conjunto mundial. En 2014 (último dato disponible), el indicador corregido alcanzó el 21,6%, el valor más alto registrado nunca, tras crecer un 53% desde 2009. Esta evolución ha permitido igualar la media mundial y superar a países como Reino Unido, Estados Unidos y China. No obstante, aún se encuentra a gran distancia de otras economías de referencia como Alemania o Italia.
Si en exportaciones España se encuentra en torno a la media mundial, su grado de apertura corregido en importaciones —es decir, el peso de las mismas en el PIB teniendo en cuenta el tamaño del país— se sitúa por encima de la media (25,8%, frente a 22,7%). También en este caso la recuperación ha sido sobresaliente desde 2009, cuando se descendió hasta el 19,6%, afirman los autores del documento.
Relaciones comerciales concentradas en Europa
El estudio analiza también la distribución geográfica de estos flujos comerciales a través de un indicador que mide el grado de conexión de un país con todos aquellos con los que puede mantener relaciones comerciales. Según este índice, el grado de conexión mundial para las exportaciones ha variado en mucha menor medida que el de apertura, aunque se observa una alta heterogeneidad entre países.
Mientras en China o Reino Unido el grado de conexión de exportaciones supera el 70%, en otras economías como la española no alcanza el 50%, porque las relaciones comerciales están concentradas en menos economías y en un porcentaje distinto del nivel que le correspondería por el peso económico de estos países. Francia, Alemania, Italia y Reino Unido concentran más del 40% de las ventas de España a los mercados internacionales.
La combinación de los indicadores de apertura corregida y conexión permite medir el grado de integración económica internacional. Según el estudio de la Fundación BBVA y el Ivie, en España, el grado de integración se mantuvo estable hasta la ruptura de 2009, pero desde esa fecha ha mantenido una tendencia creciente hasta 2014 (31,7%) que le ha permitido recortar distancias con la media mundial (36,8%) y con los países de su entorno. No obstante, es un 14% inferior a la media mundial y se encuentra por debajo de los niveles de integración de las principales economías europeas, sobre todo de Alemania que presenta un grado de integración del 52%.
España debería intensificar las relaciones comerciales con países geográficamente más alejados
Los autores concluyen que, aunque España ha mejorado su posición en la última década, está todavía lejos de alcanzar un grado de integración internacional pleno, como consecuencia de su excesiva concentración en sus relaciones comerciales con las economías europeas, donde la recuperación económica avanza pero a menor ritmo que en otras áreas geográficas.
Recomiendan, por tanto, “redoblar los esfuerzos que conduzcan a una intensificación de las relaciones comerciales con países geográficamente más alejados y con los que puedan existir acuerdos comerciales”. En su opinión, el mayor crecimiento económico mostrado por países lejanos y con un peso notable en la economía mundial, y cuya sincronización con el ciclo económico español es menor, facilitaría no solo una mejora generalizada en los indicadores españoles de integración internacional, sino también una mayor inmunidad de la economía ante crisis económicas y financieras.