Emoción gastronómica: ¿en qué se basa el placer de comer bien?
Disfrutar de un brunch en el Hotel Arts frente a las playas de Barcelona, vivir una experiencia única de alta cocina en El Celler de Can Roca, el Arzak o el Sant Pau de Carme Ruscalleda, sentir esa emoción, percibir ese trazo de creatividad o vivir del arte en la mesa y fuera de ella.
¿Es algo con lo que se nace, o se hace?
La emoción gastronómica es un concepto totalmente vinculado a la cocina gourmet; basada en sensaciones, gustos e incluso estados de ánimo, demuestra que se trata de un concepto profundamente enraizado a la vida misma. ¿Pero sabemos realmente disfrutar de una experiencia gastronómica? ¿Cómo alcanzar esa forma de ver arte en la comida? ¿Es algo con lo que se nace, o se hace?
Dorando a fuego lento la emoción gastronómica
Como casi todo, hay quien nace con estrella. Sin embargo, la emoción por la buena cocina es un placer que se puede cultivar y mejorar con el tiempo. Lo importante es empezar con una buena predisposición, dejar los condicionantes en la recepción del restaurant y acoger la experiencia como algo único, atractivo y, por qué no, también muy divertido.
1. Deja atrás los condicionantes
Si crees que la emoción gastronómica puede encontrarse como una revelación tangible y universal, te equivocas. Por ello, lo mejor es que centres la experiencia en tus gustos y en las nuevas vías que el chef te planteará; prueba nuevas combinaciones de vinos propuestos por el sumiller, degusta el menú o profundiza en aquellos platos que más despiertan tu interés. Y, ante todo, no dejes que lo que sabes o has aprendido de gastronomía hasta la fecha (sea poco o sea mucho) afecte a la emoción por la buena cocina.
2. Pásatelo en grande
Uno de los problemas más comunes a los que nos enfrentamos es la idea perenne de que la comida es algo serio, solemne y exclusivo; la cocina freestyle de El Celler intenta rehuir este concepto por ejemplo, y muchos otros grandes cocineros de otros puntos de España llevan años en esta misma línea.
Ten presente que lo importante es disfrutar de la comida y de la experiencia, y sentir.
Te recomendamos el respeto por la emoción gastronómica y por la experiencia de los demás: en la tuya, mandas únicamente tú. Ten presente que lo importante es disfrutar de la comida y de la experiencia, y sentir.
3. Es comida, ¡y es arte!
Durante las últimas décadas hemos asistido a una conversión y democratización de la comida en arte. Hoy, cada vez somos más personas quienes disfrutamos de una experiencia gastronómica más allá de la necesidad; más allá de nutrirnos, hay un sentir que nos empuja a convertirlo en arte que admirar y probar con los cinco sentidos.
La gastronomía y la buena comida nos permiten encontrar matices, abrir un diálogo silencioso con el chef, vincular la emoción y el sentido y, como todo buen arte, también interactuar con la propuesta, ofrecer nuestro punto de vista y leer lo que allí se refleja.
Hoy, el placer por la buena comida triunfa en el mundo entero, y quizá la clave sea esta perspectiva artística, que no solo nos lleva hacia nuevas propuestas de alta cocina, sino que también nos permite conocernos mejor a nosotros mismos.
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