Embajadores BBVA: En el presente, con la mirada en el futuro
Antonio Herráiz cree firmemente en la innovación. Pero en la innovación enfocada a resultados y, sobre todo, a generar un impacto positivo en los demás. Gracias a él, más de siete mil empleados del Banco en todo el mundo han pasado por la Academia de Procesos de BBVA.
Antonio es innovador por vocación y por formación. Antes de incorporarse a BBVA, montó su propia empresa tecnológica. La aventura no obtuvo los resultados que esperaba, pero le sirvió para adquirir una experiencia que ahora lleva cada día a su trabajo. Y asegura que, en muchas ocasiones, es más importante que lo aprendido en un aula. “Soy ingeniero informático superior con especialidad en inteligencia artificial. Aunque realmente lo que más me ha aportado fue crear mi propia empresa, mi propia tecnología. Porque cuando te equivocas y luego tienes que volver a resolver el mismo problema, te da flexibilidad y firmeza a la hora de tomar decisiones”, explica.
“La gente no innova porque no sabe; nosotros, que sabemos, hagámoslo y pongámoslo en valor”
Esa experiencia fue la base para la creación de la Academia de Procesos de BBVA. Un proyecto a priori complicado porque, como reconocen sus propios impulsores, “es una materia árida y no muy sencilla”. Aun así, ha generado entusiasmo entre los participantes. “Lo hemos hecho con pocos recursos y rápido, fruto de ser innovadores y de haberlo hecho con muchísima ilusión”, cuenta Fernando Bellón, director de Transformación y Desarrollo, que lidera el equipo al que pertenece Antonio.
Seriedad e innovación
“Es muy serio, muy trabajador y muy responsable. No sabes la cantidad de cosas y de ideas que se le ocurren al cabo del día”, explica Fernando con una sonrisa. “Antonio siempre dice que la gente no innova porque no sabe; nosotros, que sabemos, hagámoslo y pongámoslo en valor. Y es verdad que nos anima a hacer muchas cosas distintas, nuevas, que rompen moldes y que generan un impacto muchísimo mayor que otras iniciativas clásicas o tradicionales”.
“Hace cinco años, desde una hoja en blanco, diseñamos el primer ecosistema académico del mundo financiero”
Para Antonio, la clave está en compartir el conocimiento y las ideas, para que todos los implicados ganen. “Hace cinco años, desde una hoja en blanco, diseñamos el primer ecosistema académico del mundo financiero, con el objetivo de dar a las personas la formación que necesitan para rediseñar el futuro de nuestro sector”. Su nuevo reto ha sido crear un programa, en este caso junto al Instituto de Empresa -una de las escuelas de negocios con mayor prestigio internacional-, en el que tendrán voz todos los actores del sector: tecnológicas, bancos y startups de FinTech, con esa misma meta: identificar las claves de nuestro negocio para los próximos años. “Y cuando, hablamos de negocio nos referimos también a las personas y a la tecnología”.
La innovación, clave
A su juicio, sin duda, la innovación es clave: “Juega un papel fundamental en el entorno de incertidumbre en el que nos encontramos. El hecho de que con una pequeña idea puedas generar un gran impacto hace que la búsqueda de innovación sea crítica. Y no solo a nivel personal, sino también de las empresas”.
“Me di cuenta de que la innovación en el sector financiero era BBVA y por eso decidí entrar en el Banco”
Antonio lleva en las venas la pasión por la innovación. Pero siempre, orientada a mejorar la vida de las personas. Ese fue el motivo que lo impulsó a incorporarse a BBVA: “Llegué al Banco a través de una consultora, hace siete años. Estuve un año y pedí una excedencia para hacer el MBA del IE, curiosamente. Me di cuenta de que la innovación en el sector financiero era BBVA y por eso decidí entrar en el Banco”.
Desde su llegada, ha sido testigo de muchos cambios. “Estamos en un entorno de transformación. La cultura es diferente, la aproximación entre la tecnología y el negocio también. Y hemos pasado de distribuir productos y servicios de forma física a hacerlo también de forma digital”.
Y precisamente esa evolución constante es lo que más valora de su trabajo. “BBVA es un entorno apasionante en el que nos tenemos que adaptar a los cambios cada día y tenemos una cultura que no es solo generar oportunidades para los demás, sino también para los que formamos parte del equipo”.
Antonio sigue buscando cada día la manera de aprovechar al máximo lo que nos ofrece el presente, pero con la mirada siempre en el futuro.