El teletrabajo se multiplicó por siete en España en 2020
La pandemia ha acelerado la transformación digital tanto en el último año como en un lustro en condiciones normales, según el informe ‘La Sociedad Digital en España 2020-2021: El año en que todo cambió’. En 2020 el empleo en remoto creció del 5% al 37%; uno de cada dos trabajadores en remoto usó la nube y el 81% de los usuarios navegó por internet varias veces al día.
Si por algo se caracterizó el año 2020, fue por ser un año atípico. La expansión global del coronavirus confinó en sus casas a millones de personas de todo el mundo. Muchos hogares pasaron así a convertirse en pequeñas oficinas. Los trabajadores que vieron cómo su oficina se trasladaba a su casa pasó del 5% al 37% de la noche a la mañana, según recoge el informe ‘La Sociedad Digital en España 2020-2021: El año en que todo cambió’ de la Fundación Telefónica. Para muchas compañías, los resultados resultaron prometedores: el 66% de las empresas españolas opina que el trabajo en remoto ha mejorado la productividad corporativa. Un 16% no ha notado cambios y, para un 18%, ha disminuido.
España ha sido uno de los países más afectados por la crisis sanitaria. La economía del país ha cerrado el año con una caída del 11,6 % en el valor de producción de bienes y servicios respecto del año anterior, según recoge el informe. Para los autores, “la economía digital es una palanca necesaria para llevar a cabo la recuperación de esta crisis económica sin parangón”. De hecho, la aportación de la actividad digital a la economía española se aproxima al 19 % del PIB, una cifra por encima de la media de los países de las Naciones Unidas. Más de la mitad de las empresas creen que la ciberseguridad les ayudará en su cuenta de resultados, lo que resulta lógico si tenemos en cuenta la expansión del teletrabajo. La automatización, el cloud y, en menor medida, Internet de las cosas, son otras de las tecnologías que más interés suscitan.
En las primeras semanas de confinamiento, avanzamos en el uso de la tecnología el equivalente a un lustro en condiciones normales
La pandemia ha acelerado el crecimiento digital como motor económico. Entre otras cosas, ha impulsado las ambiciones de compañías de todo el mundo de subirse al ‘cloud’. Durante el confinamiento, el 54,2% de los teletrabajadores en España utilizaron herramientas de almacenamiento en la nube, según el informe. Casi una tercera parte del tejido productivo hace uso de algún tipo de servicio en la nube. Especialmente las empresas de mayor tamaño: un 64% de las que tienen más de 250 empleados, y casi el 44% de las de entre 50 y 250. Dentro del amplio espectro que es la nube, las herramientas más utilizadas por los trabajadores españoles durante la pandemia fueron Microsoft Teams (38,1%), Skype (38,1 %), herramientas de gestión del conocimiento específicas de sus empresas (32,1 %) y Zoom (24,3 %).
La pandemia también ha acelerado la digitalización de los hogares españoles. Los usuarios que utilizan internet varias veces al día han pasado del 74,9% en 2019 al 81% en 2020. El porcentaje de la población que accede a la red al menos cinco días a la semana también ha crecido notablemente (5,5 puntos) hasta alcanzar el 83,1%. “En las primeras semanas de confinamiento, avanzamos en el uso de la tecnología el equivalente a un lustro en condiciones normales”, afirma en el informe José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica.
La inteligencia artificial y ‘blockchain’ como valores de futuro
“La crisis sanitaria global que hemos sufrido ha puesto en evidencia el papel trascendental que puede desempeñar la inteligencia artificial para frenar una pandemia”, subrayan los autores del informe. Esta tecnología podría resultar útil para evitar la expansión de la enfermedad o investigar en nuevos fármacos eficaces contra el virus. Por ejemplo, 17 operadores de telecomunicaciones de Europa han compartido con la Comisión Europea datos anonimizados y agregados de movilidad de la población para estudiar la relación entre los desplazamientos de los europeos y los casos de COVID-19. También se han desarrollado modelos para detectar a través de radiografías de tórax si una persona está contagiada o para predecir la evolución de pacientes con coronavirus.
Pero esta tecnología permea todos los ámbitos empresariales. En la actualidad el 40% de las empresas españolas usa por lo menos una aplicación de la inteligencia artificial (frente al 42% de la media europea). El 22%, dos o más (frente al 25% del conjunto europeo), según el informe. Para los autores, “el problema surge cuando miramos hacia el futuro”. Casi el 60% de las empresas no hacen todavía ningún uso de la inteligencia artificial, y el 40% ni siquiera tiene pensado implantarla en los próximos dos años. Entre los obstáculos para usar esta tecnología, las empresas mencionan la gran cantidad de datos necesaria para entrenar los algoritmos de ‘machine learning’, las pocas ayudas públicas para acometer inversiones, la necesidad de disponer de un marco legal adecuado o la falta de personal formado.
Solo una de cada diez empresas tiene proyectos en este campo
Otra de las tecnologías que se anticipan como herramientas para paliar los efectos de una próxima pandemia es ‘blockchain’. Un sistema de información seguro y con garantías de privacidad, basado en esta tecnología de cadenas de bloques, podría fluir los datos de los distintos sistemas sanitarios de cada país para evaluar de forma más certera la gravedad de la situación. Uno de los grandes problemas de esta crisis ha sido la gestión de la información, algo que con ‘blockchain’ podría mejorar.
A nivel general, en España la tecnología avanza a paso lento pero firme. Solo una de cada diez empresas tiene proyectos en este campo, pero se espera que entre 2020 y 2023 se supere a la media europea. La consultora consultora PwC establece que para 2030 esta tecnología habrá producido un aumento del PIB español de 24.000 millones de dólares y habrá creado un total de 227.000 puestos de trabajo.
La explosión de las finanzas digitales
El informe destaca también que el uso de la banca electrónica creció de forma notable en 2020. Según el INE, se produjo un incremento de 7,2 puntos en el porcentaje de individuos entre 16 y 74 años que realizaron alguna operación bancaria a través de Internet, que llegó al 62,1%. Además, el cierre casi completo de los establecimientos comerciales supuso un golpe para las transacciones monetarias en general. BBVA Research, utilizando tecnología de big data que analizó transacciones realizadas con tarjeta, calculó una caída del consumo medio de hasta un 49% en los primeros meses 2020.
De esta forma, la pandemia ha supuesto un impulso para que las empresas implanten nuevos canales de pago, con el fin de ofrecer mayor flexibilidad a sus clientes. Uno de los síntomas de esta tendencia a una creciente adopción de nuevos métodos de pago es el volumen económico de las transacciones digitales gestionadas por empresas ‘fintech’, que creció un 11% en la primera mitad de 2020. En cuanto a los pagos electrónicos, las ‘fintech’ gestionaron un volumen económico un 21% superior a 2019 en el primer semestre del pasado ejercicio.
El rostro humano de la transformación digital
Pese a que en los últimos meses se ha disparado el tráfico de datos, los autores del documento aseguran que no se han producido problemas con la red. Las infraestructuras han podido hacer frente a un aumento de la demanda de ancho de banda, del tráfico móvil de datos y de la voz móvil. Mientras que entre 2015 y 2019 el tráfico de voz móvil aumentó únicamente un 10%, en 2020 se produjo un crecimiento interanual del 20 %. El pico se alcanzó el 13 de marzo, el día que comenzó el confinamiento. En años anteriores normalmente se producía en el mes de julio, “un mes de fuerte actividad económica previa al periodo vacacional”.
“Hemos sido capaces de soportar este tráfico porque se lleva años invirtiendo en lo que ahora es la red de fibra más extensa de Europa, es una de las más avanzadas de las comunicaciones móviles”, comentan los autores del informe. Si el despliegue del 5G en España despegó en 2019 gracias a Vodafone, en 2020 compañías como Telefónica, Orange y MásMóvil lanzaron también sus primeros servicios comerciales con esta tecnología. El 5G promete impulsar tecnologías como la inteligencia artificial, el ‘big data’ o la nube y servicios como el internet de las cosas, el coche autónomo, la realidad virtual y aumentada o las ciudades inteligentes.
Todos ellos son elementos de la llamada cuarta revolución industrial. Un proceso destinado a crear nuevo valor económico, probablemente nuevos hábitos de consumo y que se espera que despegue definitivamente al finalizar la pandemia. Pero esta transformación digital necesita superar ciertos retos en lo que respecta a su relación con las personas. La ola de automatización que llegará debe ser respetuosa con la privacidad y los derechos individuales de los ciudadanos. De la misma forma, la adopción de la tecnología no puede contribuir a ampliar las brechas digitales existentes actualmente sino a estrecharlas.
La necesidad de fijar la responsabilidad en el diseño de tecnologías que operan sin intervención humana es otro de los retos. No solo a nivel técnico sino también de forma legal. Sin olvidar la problemática que suponen las ciberamenazas. La expansión del mundo digital acrecentará la superficie de ataque potencial, con lo que la imposición de medios de protección se hará cada vez más necesaria.