Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

Cerrar panel

Asuntos sociales Act. 17 sep 2019

El pulso de Europa: los valores y actitudes de los europeos en la esfera pública

La nueva edición del Estudio Europeo de Valores de la Fundación BBVA toma el pulso a los ciudadanos europeos con respecto a sus valores y actitudes en la esfera pública y democrática. Pese a las diferencias que presentan los ciudadanos procedentes de los cinco países europeos estudiados (Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España), el informe revela que los europeos comparten más afinidades que discrepancias con respecto a los asuntos de interés público.

La mayoría de los ciudadanos europeos coinciden en que el terrorismo, los ciberataques, la inmigración y el cambio climático son los retos sociales y medioambientales más preocupantes en la actualidad. Estos y el resto de desafíos que enfrenta la sociedad europea acontecen en el marco democrático comunitario garantizado por el Estado de Derecho y legitimado por los ciudadanos europeos legitiman, según señala el informe.

Además, el estudio afirma que los alemanes, italianos, franceses, españoles y británicos se sienten identificados con los valores y símbolos de sus naciones, y se enorgullecen de ellos. Este sentimiento de pertenencia se extiende al marco de la Unión Europea, algo que los europeos consideran beneficioso sin exceptuar, por sorprendente que parezca, a los ciudadanos británicos. De hecho, los resultados revelan que más del 40% de los encuestados opina que la salida del Reino Unido debilitaría la posición de la UE en el mundo.

El sentimiento de pertenencia al Estado-nación es alto, a diferencia del nivel de participación en la vida democrática y de seguimiento de la actualidad política, que resulta menor. La actitud poco activa de los europeos en la esfera pública contrasta, a su vez, con las altas expectativas que tienen los ciudadanos en cuanto al papel proactivo del Estado en los asuntos tanto sociales como económicos.

Los resultados específicos sobre España indican que los españoles se desmarcan levemente de la media europea al mostrar menos interés en el seguimiento de la actualidad y en la participación activa en la esfera pública, mientras que esperan de la administración pública un mayor grado de intervención tanto en el Estado de Bienestar como en el mercado. En cuanto a las preocupaciones de los españoles, el cambio climático se sitúa como la principal inquietud (8,64 sobre 10), seguido del terrorismo (7,93), el ciberataque (7,43) y la inmigración (6,68).

Principales-preocupaciones-de-los-europeos

Los europeos confían más en las instituciones que en los políticos

Pese a la confianza que ponen los ciudadanos europeos en el papel interventor y ejecutor del Estado, muestran una desafección notable hacia los dirigentes políticos. La desconfianza en la clase política está intrínsecamente relacionada con los niveles altos de corrupción que perciben de la misma; unos niveles especialmente altos en España e Italia, y menos acusados en Alemania.

Un análisis más detallado de las críticas que hacen los ciudadanos sobre la clase política, revela distinciones entre los partidos tradicionales y nuevos. Mientras los primeros son percibidos negativamente porque han dejado de representarlos adecuadamente, los partidos nuevos tienen una mejor imagen al respecto.

Sin embargo, resulta revelador que, cuando se trata de ir a votar, los ciudadanos toman una actitud más condescendiente hacia los dirigentes políticos. En lugar de fijar la atención en sus competencias profesionales, la ponen en el programa y en la ideología del partido al que lideran.

Ahora bien, a diferencia de la desafección hacia la élite política, hay una confianza generalizada en los colectivos profesionales de la administración pública como jueces, policías o militares.

Por último, se puede afirmar que los europeos se decantan aún por los medios de comunicación convencionales frente a los digitales para informarse de los asuntos de interés público. A excepción del grupo social de 18-24 años, el resto otorga mayor credibilidad a los medios tradicionales que a las redes sociales, a las que responsabilizan de la desinformación y la difusión de noticias falsas.