El impacto del COVID-19 en los planes de transición energética
El sector de las energías renovables está llamado a erigirse en un actor clave en la reconstrucción económica post pandemia. Tanto en España como en el conjunto de Europa cada vez son más voces las que abogan por apostar que la recuperación tenga como uno de sus pilares a la energía verde.
La pandemia, junto a la cuarentena y el confinamiento que se ha llevado a cabo en muchos países, ha hecho saltar muchas alarmas en diferentes sectores de la economía, desde el turístico a la construcción o el energético. En los últimos meses hemos visto cómo caía la demanda de petróleo y su precio a mínimos históricos. Al mismo tiempo, la demanda de electricidad en España descendía un 3,4% en el mes de marzo respecto a 2019.
El sector energético, pieza importante de cualquier economía, se encuentra en la actualidad en plena expansión gracias al peso de las energías renovables y a los planes de descarbonización que se demandan desde hace años en las principales potencias mundiales. Desde que la pandemia del COVID-19 se hizo presente, las energías renovables han sido señaladas desde Europa y España como un sector que va a tomar mucho protagonismo en los planes de reconstrucción europeos.
Pero mientras se debate la salida de la crisis, el sector de las renovables sigue preocupado por el devenir de los próximos meses. Desde la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables) señalan que su actividad no ha sufrido un parón tan drástico como el de otros sectores, aunque algunos proyectos de construcción en energía solar sí se han visto afectados por el parón general de la economía. "Como cualquier otro sector afrontamos con preocupación el futuro. Es difícil saber cómo la economía se va a recuperar", apunta José María González Moya, director general de APPA Renovables.
El sector de las renovables en España ha vivido una cierta paradoja durante los dos meses de confinamiento: mientras la demanda y los precios de la electricidad descendían (el precio del MW/h en España cayó hasta los 17 euros en abril mientras la proyección era de 50 euros, según la APPA) la penetración de las renovables en el parque eléctrico español se afianzaba: durante los meses de marzo y abril el 50% de la producción de electricidad en España vino de la mano de las renovables, sobre todo de la eólica y fotovoltaica.
Son datos que demuestran que el sector es fuerte y que está preparado para garantizar el suministro que se le demande. "Tenemos un sistema energético robusto, con alta penetración renovable que funciona y debemos apostar por ello. Si lo hacemos bien y con planificación, la entrada masiva de renovables hará que nuestro recibo energético y recibo eléctrico sea mucho más competitivo y más barato", señala González Moya.
El momento de las renovables es ascendente, aunque no falto de alguna incertidumbre, como el descenso de la inversión en proyectos a nivel global para 2020, a raíz de la pandemia. Una inversión que se recuperará con creces en 2021, según apunta la Agencia Internacional de la Energía (IEA). Y es por esta resiliencia del sector de las energías renovables por la que se apuesta desde la UE para iniciar una recuperación económica en Europa, de color verde y alineada con los objetivos de lucha contra el cambio climático.
Así lo han reclamado varios países de la UE, entre ellos España, Francia y Alemania, que han pedido en las últimas semanas que la reconstrucción económica europea tenga como eje central la lucha contra el cambio climático y favorezca todas aquellas actividades económicas sostenibles. Le piden a la Comisión Europea que no abandone el Pacto Verde (‘European Green Deal’) firmado a finales de 2019 en el que se establecía como objetivo "transformar la Unión en una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva". Para poder cumplir con las emisiones cero de CO2 en la UE para el año 2050, la estrategia europea se debe centrar en los siguientes ejes:
- Invertir en tecnologías respetuosas con el medio ambiente
- Apoyar a la industria para que innove
- Desplegar sistemas de transporte público y privado más limpios, más baratos y más sanos
- Descarbonizar el sector de la energía
- Garantizar que los edificios sean más eficientes desde el punto de vista energético
- Colaborar con socios internacionales para mejorar las normas medioambientales mundiales.
En el mismo sentido ha movido ficha en las últimas semanas el Gobierno de España. El anteproyecto de Ley de cambio climático y transición energética que ha presentado establece, entre otros objetivos, que para el año 2050 España sea un país neutro en emisiones de CO2 y que el 100% de la producción de electricidad sea de origen sostenible y limpio. Asimismo, la ley establece las bases legales y regulatorias para que se realicen las inversiones que necesita el sector para alcanzar esos objetivos.
"Valoramos positivamente el papel de la Comisión Europea y del Gobierno de España, que ha anunciado una ley con objetivos renovables ambiciosos y un compromiso de que la salida de la crisis sea verde", analiza González Moya, quien opina que el impacto de las renovables en la economía española será aún mayor de lo previsto. “Creemos que acelerando el plan se podrían superar las cifras del gobierno y alcanzar los 300.000 empleos de calidad”.
BBVA, comprometido con una Europa verde
La lucha contra el cambio climático debe estar en el centro de la economía europea para salir de la crisis del COVID-19. Es una de las tesis de la Alianza para una recuperación verde promovida por el presidente de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, Pascal Canfin. La alianza suma ya 270 miembros, que incluyen eurodiputados de 17 países de la UE, ministros europeos, ONGs y asociaciones empresariales y sindicales. Asimismo, 50 presidentes o consejeros delegados de grandes multinacionales europeas han suscrito esta declaración. Entre ellos se encuentra el presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, quien ha recordado que los retos sobre cambio climático están igual de vigentes y que, en todo caso, la pandemia ha dado mayor importancia a la agenda de sostenibilidad.
El banco está alineado con un futuro sostenible. Ha lanzado iniciativas como el empleo de analítica de datos para calcular la huella de carbono de las empresas y se ha comprometido a ser neutro en emisiones de CO2 en 2020. La meta para 2025 es reducir un 68% sus emisiones de CO2 con respecto a 2015 y que el 70% de la energía contratada por BBVA en todo el mundo sea renovable. Unos objetivos enmarcados en su Compromiso 2025, lanzado por la entidad para avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y del Acuerdo de París sobre cambio climático.
Para ello, BBVA sitúa como prioridad la eficiencia energética de sus edificios y red de oficinas en los países donde tiene presencia. 27 edificios de la entidad han sido reconocidos con los prestigiosos sellos LEED, y 23 de ellos han obtenido la categoría Oro y Platino por ser construcciones sostenibles, eficientes y respetuosas con el entorno. Esta apuesta por las energías renovables ha llevado al banco a alcanzar un acuerdo con Endesa de PPA (Power Purchase Agreement) para contar con su propio parque eólico en España, que ya suministra 108 GWh de energía eólica anuales a la entidad.