El freno de la expansión económica china y sus efectos en Latinoamérica
La desaceleración de China ya está pasando factura a las economías latinoamericanas, que acusan el descenso de la demanda de materias primas del gigante asiático.
En el transcurso de las últimas décadas China se ha convertido en un actor económico global de primera magnitud hasta el punto de que a día de hoy es la segunda economía mundial en tamaño, solo por detrás de Estados Unidos. El producto interior bruto (PIB) de China ha crecido en estos últimos lustros a ritmos de dos dígitos, gracias a un modelo económico orientado hacia la inversión y las exportaciones. Y ello ha generado una creciente demanda de materias primas de la que se han beneficiado las economías de América Latina.
BBVA Research: La economía china sacude los mercados de materias primas
Sin embargo, el gigante asiático ha entrado en un proceso de desaceleración progresiva que le ha llevado de crecer a tasas superiores al 9% entre 2008 y 2011 a tasas por debajo del 7% en el tercer trimestre de 2015 en tasa interanual. Esta desaceleración explica el descenso acusado que sufren los precios de las materias primas. “El principal factor tras la moderación del precio de las materias primas es la disminución del ritmo de crecimiento de China y la reorientación de su economía hacia el consumo y los servicios, que es menos intensivo en materias primas, principalmente en las metálicas y en las energéticas, en detrimento de la inversión y la producción industrial”, confirma BBVA Research en la publicación Situación Latinoamérica del cuarto trimestre de 2015.
Los países latinoamericanos, exportadores netos de materias primas, siguen muy de cerca la evolución de la economía China, especialmente tras el shock del pasado verano
Los países latinoamericanos, exportadores netos de materias primas, siguen muy de cerca la evolución de la economía China, pero con más preocupación en los últimos meses, especialmente tras el shock que sufrieron los mercados financieros del gigante asiático el pasado verano. “La fuerte corrección de su mercado bursátil el pasado mes de agosto alertó de los riesgos derivados de un shock financiero en el país con capacidad para comprometer el crecimiento de su gasto doméstico”, explica BBVA Research. “La magnitud de las salidas de capitales y del repunte de la volatilidad financiera derivó en una amplia batería de medidas de política monetaria encaminadas a suavizar el deterioro de las condiciones de liquidez y su potencial impacto sobre la financiación del sector empresarial, altamente endeudado”.
Los problemas de China han impactado directamente en los mercados de materias primas, generando caídas de precios, pero también en los mercados financieros de América Latina, debido a la importancia de la economía asiática para las economías de la región. Toda esta incertidumbre y volatilidad han generado descensos acusados en los activos financieros latinoamericanos, con caídas promedio del 20% en los mercados de renta fija desde julio y del 10% en los de renta variable. Los tipos de cambio de la región se han depreciado una media del 8% en el mismo periodo.
América Latina, crecimiento a dos velocidades
BBVA Research vaticina en su último informe que la economía de América Latina se mantendrá estancada en 2015 y 2016, si bien observa una evolución a dos velocidades en la región. De un lado, los países de la Alianza del Pacífico crecerán al 2,4%, mientras que Brasil sufrirá una fuerte recesión en los dos años. Tras estas previsiones, el servicio de estudios encuentra la debilidad del consumo y la inversión privados en los países, lastrados por el deterioro de la confianza de hogares y empresas –un factor de desaceleración cíclico propio de la región- pero también un entorno exterior menos favorable, donde el impacto de la desaceleración de China juega un papel primordial.
En su publicación Situación Latinoamérica, BBVA Research destaca que una brusca desaceleración en China es uno de los principales escenarios de riesgo para Latinoamérica. Aunque es un escenario muy poco probable, una desaceleración de China al 4% tendría un fuerte impacto en la región a través de dos canales, la caída del precio de las materias primas y el aumento de la aversión al riesgo.