El desempleo de larga duración alcanza a casi la mitad de los parados españoles
El porcentaje de españoles en situación de desempleo durante más de un año se situó en 44,3% en 2019, es decir, 1,5 millones de personas. Pese a su disminución desde la crisis económica, cuando se rozó el 61,8%, “todavía queda mucho margen de mejora”, según indica el nuevo documento Esenciales de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). La tasa de desempleo española del 14,1%, que duplica la del conjunto de países de la UE, o el aumento de las diferencias regionales según el desempleo de larga duración son algunas de las razones para seguir combatiendo la lacra social que supone el desempleo.
Este análisis, parte de la serie de documentos divulgativos sobre temas de actualidad que ambas entidades elaboran conjuntamente, pone el acento en las consecuencias negativas de permanecer en una situación de desempleo de larga duración (aquellos que llevan buscando empleo más de un año). A nivel económico, la excesiva duración de desempleo propicia la obsolescencia del capital humano que ve disminuidas sus habilidades y competencias, y debilita el mercado de trabajo. Además desde el punto de vista social, permanecer en paro por un periodo largo de tiempo empeora el estado anímico de la persona y aumenta el riesgo de entrada en la pobreza y de exclusión social.
Pese a continuar en niveles altos (44,3%), el porcentaje de parados de larga duración ha disminuido desde 2013 a 2019. Sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con las diferencias regionales, que aumentaron en este mismo periodo de tiempo. Mientras que en 2013, en plena crisis económica, la diferencia se situaba en 15,9 puntos porcentuales, en 2019 esta ascendió a los 28,4 puntos. En este último año, Baleares alcanzó el 26,3% de población en paro de larga duración, una cifra baja si la comparamos con los datos de Asturias o Extremadura, 54,7% y 52,2%, respectivamente.
Por edades, el grupo más vulnerable ante este tipo de desempleo es el de los mayores de 50 años. Los datos muestran que en esta etapa de la vida, el porcentaje de personas paradas durante más de un año asciende a 60,4% mientras que para el grupo poblacional más joven (16-30 años) este se reduce a 29,3 puntos.
Asimismo, la variable de la cualificación es clave para entender mejor el desempleo que se alarga durante más de un año. Como cabe esperar, la correlación entre el nivel de estudios y la duración de desempleo es positiva. Los datos de 2019 indican que la cantidad de personas con estudios superiores y universitarios afectadas por el desempleo de larga duración representa el 39,5%, un dato inferior al del grupo poblacional con estudios únicamente secundarios obligatorios (47,6%).
A modo de conclusión, este número de Esenciales propone soluciones para atajar la excesiva duración del desempleo. En concreto, urge a las autoridades públicas a tomar medidas que propicien su reinserción laboral, y la reorientación de sus competencias y habilidades hacia ocupaciones con mayor demanda en el mercado.