Educación financiera, una asignatura pendiente
Los últimos informes y cifras disponibles dejan en evidencia que la educación financiera es una asignatura pendiente en Chile. Según el estudio sobre el comportamiento y conocimiento de los jóvenes en materia de educación financiera, elaborado por la consultora Adimark por encargo del Servicio Nacional del Consumidor, tres de cada cuatro jóvenes chilenos que estudian en Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales (74,3%) no conocen lo que es un producto financiero.
De igual forma, un 80% de los encuestados dio una respuesta errada al ser consultado sobre endeudamiento y un 75,3% hizo lo mismo al referirse a la tasa de interés. El ahorro, por el contrario, logró un 82,5% de referencias correctas.
Un dato para tener en cuenta es que del 25,7% de los jóvenes que sí conoce lo que es un producto financiero, la mitad afirma haber participado en algún programa de educación financiera.
A nivel público y privado existe consenso respecto que la educación financiera es fundamental para que la población en general y, en especial, los jóvenes que se están integrando al mercado laboral puedan tomar decisiones más informadas y responsables relacionadas con las tarjetas de crédito, las deudas hipotecarias y de consumo, el ahorro y las inversiones, entre otras.
Y aunque en los últimos años la educación financiera ha ido ganando protagonismo en la agenda –sumando actores públicos como el Banco Central, el ministerio de Economía, el Instituto Nacional de la Juventud y el Servicio Nacional del Consumidor, y también privados, como es el caso de BBVA Chile–, aún queda bastante camino por recorrer.
BBVA Chile cuenta con diversos programas de educación financiera. En las fotografías, el capitán de la selección chilena de fútbol Claudio Bravo participa en una charla sobre buenos hábitos financieros, orientada a estudiantes de educación básica y media, junto al superintendente de Bancos, Eric Parrado (izquierda), y el gerente general de BBVA Chile, Manuel Olivares (derecha). - BBVA
Para el Superintendente de Bancos e Instituciones Financiera (SBIF), Eric Parrado, los clientes y la sociedad en general están demandando mayor credibilidad y grados de confianza de los actores financieros, y una de las formas de construir en este sentido es a través de la educación financiera. "Como regulador queremos que las personas estén más informadas y que aprovechen los beneficios del sistema, y que no sientan que el sistema se aprovecha de ellos", afirma.
"Como regulador queremos que las personas estén más informadas y que aprovechen los beneficios del sistema, y que no sientan que el sistema se aprovecha de ellos
El 'Primer Informe de la Educación Financiera en Chile: Diagnóstico y Desafíos', elaborado por la SBIF concluye que las principales iniciativas que las entidades públicas y privadas están realizando en materia de educación financiera abordan las temáticas de mayor urgencia y relevancia a nivel local, en línea con recomendaciones OCDE.
Entre éstas destacan programas orientados al ahorro, el endeudamiento y el buen uso del crédito, y la utilización de los productos financieros. Los canales más utilizados para la implementación de estas iniciativas son charlas, sitios web y talleres, dirigidos fundamentalmente a trabajadores, estudiantes de educación media y superior, población de menores ingresos y microempresarias. Llama la atención que –hasta ahora– las pymes concentran sólo un 5% del total de este tipo de cursos.
El estudio de la SBIF menciona entre los desafíos pendientes incorporar más iniciativas dirigidas a estudiantes de educación preescolar y básica; a las mujeres, dada su cada vez mayor participación en el sistema financiero y a las brechas de género que aún existen; y a los adultos mayores, que presentan altos niveles de endeudamiento y mora y menores ingresos que el promedio de la población.
Más de 15.000 estudiantes entre 14 y 17 años han participado en las últimas dos versiones de la Liga de Educación Financiera BBVA. - BBVA
El activo rol de BBVA Chile
El sector privado y la banca en particular están asumiendo el reto de educar a las personas a tomar decisiones financieras informadas, de manera complementaria a los responsables de las políticas educativas, los reguladores y los supervisores financieros.
Uno de los bancos que ha jugado un rol activo en este ámbito es BBVA Chile, que a la fecha ha beneficiado a más de 25.000 personas –entre trabajadores de empresas, pequeños y medianos empresarios y estudiantes de colegios– con sus diversas iniciativas de educación financiera.
Tal y como recomiendan organismos como la OCDE y la Unicef en relación a que la educación financiera es necesaria en todas las etapas de la vida, BBVA Chile ha implementado programas para adultos, pero también para jóvenes y pymes:
Liga de Educación Financiera BBVA: programa online que enseña conceptos fundamentales de ahorro, gasto responsable y finanzas personales a estudiantes entre 14 y 17 años, y que cuenta con el apoyo del embajador de marca de BBVA Chile, Claudio Bravo.
Educación Financiera para trabajadores de empresas: talleres presenciales y on line para trabajadores de empresas. Su objetivo es contribuir a una toma de decisiones más informada y responsable, a la vez de favorecer la salud crediticia de los empleados de las compañías.
Educación Financiera para pymes: A través de su programa Camino al Éxito, BBVA Chile entrega a pequeños y medianos empresarios herramientas de gestión fundamentales para dirigir con éxito sus negocios.
Educación Financiera para la sociedad: BBVA Chile cuenta con un sitio exclusivo de educación financiera, que agrupa todas las acciones que imparte la institución en este ámbito y que además cuenta con consejos prácticos de ahorro, salud financiera y utilización eficiente de los productos bancarios. De manera complementaria, se difunden a través de las redes sociales (twitter, youtube y facebook) mensajes educativos relacionados con la educación financiera.
En BBVA estamos convencidos que la educación financiera es una cuestión transversal con un relevante impacto para todos y con enorme potencial de generar valor compartido: para las personas que necesitan ser cada vez más conscientes y responsables de sus decisiones; para las entidades financieras que precisan de clientes cada vez más formados, porque les facilita enormemente la gestión prudente de su negocio; y para la sociedad en su conjunto, al fortalecer el sistema financiero y su sostenibilidad.