Eduardo Ávila: “El regulador nos pone como ejemplo de banco con las ideas claras”
Eduardo Ávila pertenece a esa estirpe de cordobeses sin acento perceptible... hasta que el AVE alcanza la estación de la ciudad califal. Nos sentamos frente a él con los oídos listos para escuchar a alguien que conoce al dedillo el proceloso mundo de la regulación bancaria y ya desde un primer momento se le entrevé un fino sentido del humor.
Alumno de CUNEF y máster de finanzas y contabilidad por la Universidad de Reading (Reino Unido), lleva en BBVA desde 1992, cuando entró como becario en Argentaria. Desde aquel entonces, ha salido de España para seguir creciendo profesionalmente dentro de BBVA en Portugal, Perú y México. Ahora, es el responsable del área de Global Supervisory Relations de BBVA.
Casado y padre de tres hijos, disfruta de la familia y con la bicicleta. Amante de la lectura, comprueba cómo se le acumulan los libros en la mesilla por causa de “la cantidad de legajos que hay que revisar últimamente para estar al día”.
Sus vacaciones miran al sur y discurren en la Córdoba de su niñez, salvo algunos días de verano que emplea para hacer parada y fonda en la gaditana Rota.
Repasamos con él cómo ha cambiado la regulación en el sector financiero en los últimos años y cómo afronta BBVA estos cambios, cómo se organiza el banco para cumplir con regulaciones tan distintas en tantos países.
P: Desde la crisis de 2007, la regulación ha cambiado mucho, pero sobre todo la crisis nos enseñó que la supervisión y la regulación en ese momento no eran, quizá, lo suficientemente estrictas. ¿Crees que se ha aprendido la lección o crees que se volverán a repetir los mismos errores?
R: Se ha aprendido, lo que pasa es que hemos tardado en aprender. Desde que empieza la crisis en 2007 - 2008, Estados Unidos va mucho más rápido en aprender y yo creo que España y Europa tardaron más. No fue hasta 2012 cuando se toma la decisión firme de hacer la unión bancaria en Europa, que era la respuesta ya más política a la situación de crisis. Y los mecanismos de la unión bancaria no empezaron a funcionar hasta 2014. O sea, lo que es la regulación avanzó con Basilea III, que sí que es fruto de la crisis y sí que es más o menos acompasada en todos los países del mundo. Pero se retrasaron medidas más profundas como la unión bancaria en Europa, con el Mecanismo Único de Resolución, y el Fondo de Garantía de Depósitos, que todavía está pendiente. El Mecanismo Único de Supervisión nos afecta muchísimo, ya no es simplemente un cambio de regulación, sino que es un cambio de quién es nuestro supervisor. Es decir, quién toma las decisiones que afectan directamente a una entidad, como el nivel de capital mínimo para operar, el que hace las inspecciones, pone medidas a seguir y puede sancionar. En 2013 se diseña el mecanismo y, el 4 de noviembre de 2014, después de un año de formar un equipo, el Banco Central Europeo (BCE) asume la supervisión bancaria.
A partir de ese día, ya llevamos casi un año y medio, el Banco de España cede por reglamento europeo los poderes de supervisión a Frankfurt, al igual que sucede en Italia, Francia, Holanda… y en todos los países de la zona euro. Es un paso fundamental. Y ahora que llevamos año y medio, está todavía en periodo de rodaje. Dicho eso, es un proyecto enorme. Incluso más difícil de lo que fue la constitución del euro en sí como divisa. El BCE no era un supervisor, sino una institución de política monetaria, que tuvo que crear el mecanismo de supervisión, el SSM (Single Supervisory Mechanism) de la nada, contratar a la gente, generar cultura de supervisión, un manual y unos protocolos, formar los equipos, distribuir la supervisión de los bancos… Generó todo de la nada, y lo hizo en un tiempo récord.
La supervisión única europea es un proyecto enorme, incluso más difícil que la constitución del euro como divisa
P: ¿Qué ha supuesto esto para las entidades?
R: Los bancos nos hemos tenido que adaptar a las nuevas exigencias supervisoras. Quizás más que a la entrada de Basilea III en Europa y a las directivas CRD-IV y CRR, el 1 de enero de 2014, a los otros dos mecanismos: el de supervisión (del 4 de noviembre de 2014) y el de resolución, que entró en vigor el 1 de enero de este año. Eso nos ha llevado a los bancos a prepararnos y a anticiparnos, para ser capaces de responder ante estas nuevas exigencias supervisoras.
P: ¿Qué diferencias hay para los bancos españoles, por ejemplo, entre la supervisión europea y la anterior del Banco de España?
R: La nueva supervisión tiene una orientación forward looking, es decir, qué te va a pasar, cuál es tu modelo de negocio y hacia dónde vas. También supervisa en temas de gestión y gobierno corporativo que el Banco de España tenía menos en cuenta. Ahora hemos pasado a una visión del supervisor europeo que combina las mejores prácticas de Europa: mantiene parte de la visión del Banco de España pero de repente pone foco en situaciones nuevas.
Los profesionales del Banco de España forman parte ahora de los equipos de supervisión conjunta: Joint Supervisory Teams, dirigidos por Frankfurt, pero obviamente con una presencia de la autoridad nacional competente que en este caso es el Banco de España Entonces, se han unido las dos mejores prácticas: la que traen de otros países, que son prácticas que vienen también de EE.UU., con las prácticas del Banco de España. Además, se utiliza una nueva herramienta: el Pillar II. Esta herramienta determina el nivel de capital mínimo que se exige a una entidad para operar. El Banco de España nunca llegó a activar esa palanca, aunque la tenía dentro de sus herramientas de supervisión. El supervisor europeo exige niveles de capital por encima de los mínimos regulatorios, en función del perfil de riesgos y de la valoración que ellos hacen después de un análisis conocido como Supervisory Review Examination Process (SREP). Durante un año entero, examinan todos los aspectos de riesgo de la casa: el capital, la liquidez, el gobierno corporativo y el modelo de negocio. Estos son los cuatro grandes pilares del SREP.
P: ¿Cómo ha hecho frente BBVA a este cambio?
R: Decidimos crear una unidad específica: Global Supervisory Relations, para centralizar la relación con el supervisor. Por eso en esta unidad somos el punto de entrada del supervisor, que quiere hablar con toda la organización: Riesgos, IT, negocio, con las franquicias... Nosotros canalizamos las reuniones, las coordinamos, nos aseguramos de que estén presentes los interlocutores cualificados para poder interactuar con el supervisor de la manera más transparente.
BBVA decidió crear la unidad de Global Supervisory Relations para centralizar la relación con el supervisor
P: Es decir, hacéis un poco de correa de transmisión entre ellos y todas las partes del Grupo.
R: Sí. Nosotros intentamos que el supervisor encuentre un mensaje coherente desde todas las áreas a nivel global.
P: Eso te iba a preguntar. El BBVA responde a la supervisión del BCE, pero está en otras geografías, ¿cómo se organiza la supervisión de las distintas franquicias?
R: Lo cierto es que nosotros tenemos presencia en muchos países como EE.UU., México o Turquía, donde estamos sujetos a la supervisión del supervisor local. Entonces hay una doble capa del nivel de supervisión: la consolidada (Grupo BBVA) y la local, en cada geografía donde estamos. El supervisor consolidado establece lazos de cooperación con los supervisores de cada país. Y, por lo menos una vez al año, se encuentran en el Colegio de Supervisores, donde hacen la valoración conjunta de los riesgos del Grupo BBVA teniendo en cuenta cada uno de los supervisores locales.
P: Es decir, que están coordinados.
R: Están coordinados. Ellos además tienen sus lazos de comunicación. El Banco de España cultivó mucho esa relación, consiguió tener una relación de confianza entre los supervisores de los distintos países. Y ahora el reto que tiene el BCE, o el SSM, es mantener esos lazos de relación que consiguió cultivar el Banco de España. Nos consta que están en ello y es para nosotros un tema muy importante.
P: ¿Hay muchas diferencias entre la regulación europea y, por ejemplo, la de América Latina?
R: En América Latina no han sufrido la misma crisis bancaria que hemos sufrido en Europa y no han tenido necesidad de activar mecanismos como la normativa de resolución. Ellos ahora están más preocupados por temas como que los bancos impulsen la bancarización por vía del crédito. Tienen su hoja de ruta, a partir de los estándares que marcan el Financial Stability Board o Basilea, pero sus prioridades son otras.
En América Latina los reguladores están más preocupados por temas como que los bancos impulsen la bancarización por vía del crédito
P: ¿Echáis en falta algo más de armonización entre países?
R: El BCE tiene que dedicarle más tiempo a cultivar esa relación, y sabemos que están ello, pero es un proyecto de grandes dimensiones que requiere de tiempo.
Eduardo Ávila, Head of Global Supervisory Relations de BBVA desde 2013 - BBVA
P: Es demasiado nuevo, ¿no?
R: Es nuevo. Es un proceso de learning by doing. A nosotros nos ha tocado una supervisora holandesa, que es la que lleva el Grupo BBVA junto con otros tres bancos europeos, y tenemos un supervisor italiano, que lleva el 100% el Grupo BBVA. Él tiene un equipo de 10 personas en Frankfurt. Aquí en España tenemos 25 ó 26 supervisores del Banco de España, que forman el JST (Joint Supervisory Team), junto con un pequeño equipo en Portugal por BBVA Portugal, y un pequeño equipo en Holanda por Garanti Holanda.
Lo importante es que al visitar cada país se encuentren los mismos mensajes que les lanzamos aquí a nivel holding. BBVA sabe gestionar el Grupo en todos los países donde tiene presencia, y los niveles de control y las líneas de control funcionan muy bien.
P: Este equipo de supervisión tiene que empezar a conocer el banco desde cero.
R: Desde cero. El Banco de España nos conocía de toda la vida. Y de repente te encuentras con alguien a quien tienes que explicar todo de cero, todo un reto. El año pasado lo hicimos. Ahora toca explicar la transformación digital, la nueva estrategia y los retos de esa propia estrategia. Siempre frente al supervisor tienes que hacerle ver que eres consciente de que todo cambio estratégico conlleva un riesgo, que eres consciente de ese riesgo y que lo vas a estar gestionando.
P: Entonces, ¿lo que preocupa ahora es la regulación digital? ¿Es el próximo reto?
R: Yo creo que la principal preocupación del supervisor europeo con todos los bancos en Europa es sobre el modelo de negocio. Que sea un modelo rentable y sostenible en el tiempo. Bancos como BBVA, diversificados internacionalmente, tienen un modelo de negocio con una ventaja competitiva clara. Entonces, esa ventaja hace que la preocupación sobre nuestro modelo de negocio para ellos no sea la prioridad. Dicho eso, no solo tenemos un modelo diversificado que, por lo tanto, le da tranquilidad al regulador en ese sentido, sino que además tenemos una estrategia de transformación digital. Y eso les parece fantástico: no solo habéis diversificado sino que además tenéis las ideas claras, por eso dan la bienvenida a nuestra estrategia. El regulador nos pone como ejemplo de banco con las ideas claras, especialmente por nuestra transformación digital.
La principal preocupación del supervisor europeo con todos los bancos en Europa es el modelo de negocio. Que sea un modelo rentable y sostenible en el tiempo
P: O sea, que parte del trabajo está ya hecho.
R: El regulador europeo mira siempre tres vertientes: si el modelo de negocio es rentable hoy, sostenible en una visión a tres años, y sostenible through the cycle, o sea, a largo plazo. Yo creo que nosotros sí estamos presentando un plan que cumple con esas expectativas.
P: Y sobre los riesgos, ¿ahora mismo en el sector financiero va todo por lo cibernético o hay otras vulnerabilidad es a la vista?
R: Bueno, hay un propio riesgo que se está creando que es el riesgo regulatorio, la incertidumbre regulatoria. Por ejemplo, el nivel de capital Pilar II, ¿va a ser estable? Es decir, el nivel de capital ¿cómo va a evolucionar en el futuro? Y por otro lado, todavía hay incertidumbres regulatorias muy importantes, ¿cómo va a ser el famoso MREL o el TLAC?
P: Desde el banco ya se ha pedido en varias ocasiones más claridad sobre el MREL.
R: Sí, esta es una de las cuestiones que quedan por aclarar. ¿Qué va a suceder con el MREL? Este año, desde el 1 de enero, ya existe la autoridad de resolución, el SRM (Single Resolution Mechanism) que está en Bruselas. La obligación de estos señores es, llegado el momento, intervenir un banco y resolverlo. Pero antes de que suceda eso está la resolución preventiva. ¿En qué sentido? Van a querer asegurarse de que los bancos son resolubles, de que no sucede lo que sucedió por ejemplo con Lehman. Aquí es donde quieren asegurarse de que todos los bancos, llegado este momento, se puedan resolver de una manera ordenada sin que afecte a la estabilidad financiera. Ellos distinguen dos tamaños: bancos más pequeños que pueden liquidarse sin que afecte a la economía del país y entidades con cierto tamaño, para los que una liquidación no es viable porque produciría efectos de contagio. A partir de cierto tamaño se quiere asegurar que el banco tiene una estrategia de resolución, y dentro de esta estrategia, que sea fácil de resolver.
Se ha establecido como herramienta de resolución principal el MREL. El MREL busca asegurar que tienes una cantidad de capital - de Tier 1, de Tier 2 y lo que se viene a conocer como Tier 3 o bonos adicionales a los bonos subordinados o a los CoCos - suficiente para absorber posibles pérdidas. Llegado un momento, cuando vayan a intervenir o a resolver un banco, se pretende evitar un bail out, es decir, que no haya dinero del contribuyente que vaya a salvar a los bancos, sino que el propio banco se salve con un bail in. Por lo tanto, los bancos tendrán que emitir estos instrumentos, sobre los que no hay todavía consenso en Europa. Se trata de bonos que en el orden de prelación vienen antes de los depósitos, y lo que harían es, llegado el momento, un bail in, es decir, el tenedor del bono perdería un porcentaje del bono que en el fondo sería una capitalización directa al banco. El volumen de bonos que vamos a tener que emitir es lo que este año nos van a decir por primera vez, utilizando la nueva directiva, y el nuevo supervisor. El supervisor va a determinar la cantidad de estos bonos que tiene que emitir cada entidad. La banca tiene aquí otro reto: saber cuánto nos van a exigir en esos instrumentos y qué impacto va a tener en nuestra cuenta de resultados. Por tanto, el riesgo regulatorio es quizás el que está más encima de la mesa, que se tiene que despejar. Hay iniciativas todavía en Europa, donde quieren modificar el MREL tal como está, y aproximarlo más a la versión que se llama el TLAC, que es la versión del Financial Stability Board.
Llegado un momento, cuando vayan a intervenir o a resolver un banco, se pretende evitar un bail out, es decir, que no haya dinero del contribuyente que vaya a salvar a los bancos, sino que el propio banco se salve con un bail in
P: Muchas de estas regulaciones van enfocadas a que si vuelve a pasar un Lehman, no sean los contribuyentes los que respalden su rescate. ¿Cómo le podemos explicar a la gente lo importante que es la estabilidad financiera para la economía real?
R: Yo creo que el ejemplo más claro es que cuando se rescata un banco en el fondo se está rescantando a los depositantes, que son las familias que tienen ahí su dinero. Imaginaos el efecto que puede tener sobre las familias una incertidumbre sobre sus depósitos, o sus ahorros. Ese es un primer efecto. Otro efecto es, si un banco tiene lo que se definen como funciones económicas críticas, si es por ejemplo un banco con una cuota en ciertas carteras de préstamos, como el hipotecario, o es un gran jugador en tarjetas o juegas un rol muy importante como depositario, a lo mejor, y no es sustituible, es decir, no puede venir otro a que le sustituya, pues es que claramente va a dejar a la economía del país sin acceso a ciertas fuentes de financiación o a medios de pagos.
P: Pero de todas maneras, no volvería a suceder que los contribuyentes tengan que respaldar un rescate, por todas estas medidas que se están introduciendo.
R: Claro, lo que se pretende es que el banco se rescate a sí mismo con este bail in, que va a ser todo un reto, porque hay que encontrar inversores que compren este tipo de bonos. Y todos los bancos europeos vamos a salir a buscar estos bonos.
P: Porque hay que emitirlos, sin saber muy bien a qué precio...
R: Sin saber muy bien a qué precio y sin saber qué cantidad de inversores están dispuestos a invertir. Luego, adicionalmente, los bancos estamos constituyendo un fondo de resolución europea de 55.000 millones de euros, que va a ser la siguiente línea. O sea, va a ser una especie de mutualización de pérdidas, en la medida en que todos los bancos en Europa estamos haciendo esa contribución a ese fondo. Si de repente un banco cae en algún país, después de haber hecho el bail in y haber agotado todos los fondos propios, entraría en acción ese fondo común.
P: ¿Todavía cabría la posibilidad en un futuro de que nos sorprendiera a todos un escenario difícilmente pensable de quiebra de entidades?
R: Yo creo que ese riesgo siempre va a existir en el sector, aunque ahora muchísimo más atenuado que antes, sin duda. Los niveles de capital son más altos, la supervisión está llamada a tener las mejores prácticas en Europa, y tener una visión con mejores herramientas y estar más pendientes de esa situación. Ya no existe algo que nos achacaban mucho en Europa, que era el sesgo nacional. Se tenía la duda de que los supervisores estaban protegiendo a su sistema bancario. Precisamente, tener un supervisor europeo único supone borrar ese sesgo.
P: ¿Y eso se ha conseguido?
R: Sí, pensamos que sí. Es una de las principales ventajas que tiene.
Eduardo Ávila durante un momento de la entrevista - BBVA
P: Otro de los temas que has mencionado y alrededor del que últimamente estamos viendo mucho debate, es el fondo único de garantía de depósitos europeo, que es como el gran tema que queda por resolver, ¿crees que será una realidad?
R: Yo creo que será una realidad. Para mí fue una decisión mucho más dura el SSM y el SRM y el fondo de resolución, en mi opinión, que esta última pieza que queda. En realidad, como en el fondo de resolución, viene a mutualizar también las pérdidas. Yo creo que sí se terminará por hacer.
P: Algunos países lo quieren vincular a la tenencia de deuda soberana por parte de las entidades. ¿Tú crees que eso tiene sentido?
R: Ese es otro de los grandes riesgos regulatorios que quedan por despejar: el tratamiento de la deuda soberana, que se está debatiendo.
P: Respecto a la sobrerregulación, desde BBVA en alguna ocasión se ha dicho que es necesaria una pausa regulatoria para evaluar qué se ha hecho, y para no excedernos. ¿Tú crees que el sector está sobrerregulado? ¿Cómo ves el futuro?
R: Yo creo que se ha regulado en exceso en el sentido en que la regulación que ha quedado, la que tenemos ahora mismo, es muy compleja. Yo creo que, efectivamente, hay que tomarse una pausa para digerir todos el single rule book, la CRR y la CRD-IV y la BRRD, con la que nos va a pasar algo parecido cuando empiece a funcionar este año. La BRRD es la directiva de resolución con la que, seguramente, nos enfrentemos a piezas regulatorias que nadie ha probado todavía.
La regulación que tenemos ahora mismo es muy compleja. Yo creo que hay que tomarse una pausa
P: Una pausa a nivel global.
R: Sí. Luego quedan otras reformas por hacer, y eso el área de BBVA Research lo sigue muy de cerca, como la separación estructural, que todavía queda pendiente. También viene ahora otra revisión, que es lo que se ha venido a llamar Basilea IV, que también genera incertidumbre.Y esto tiene efectos sobre la economía. Efectivamente, hay que hacer una pausa regulatoria y ver qué sucede.
P: Sobre la regulación digital, ¿se está trabajando en ello de forma incipiente?
R: Algo tiene que cambiar en el marco regulatorio. Nosotros desde el punto de vista de supervisión lo que tenemos que ver es, con el marco que existe actualmente, cómo explicar al regulador europeo que nuestros proyectos son seguros. Ya lo hicimos en el año 2012 con el Banco de España, cuando empezamos a utilizar el Google Mail. Fue un claro ejemplo de cómo el supervisor tiene un rol muy importante y que esos pasos hay que darlos con todos los niveles de control del riesgo y de seguridad que sean necesarios para que funcione, y el supervisor va a estar velando por ello. En el ámbito digital, en lo que se refiere a supervisores, quizá el reto más a corto plazo es darle la tranquilidad de que los pasos que se den en el viaje al cloud computing cuentan con las suficientes garantías.
P: Y además del reto digital, ¿qué otros desafíos crees que vienen por delante o preocupan a nivel global?
R: Preocupan los bajos niveles de márgenes, los tipos de interés tan bajos. Eso lleva a la reflexión de que se tendrán que subir las comisiones, tendrá que haber más consolidación, sinergias de costes, fusiones entre bancos... ese tipo de cosas son las que está todo el mundo ahora viendo como algo necesario. Nosotros tenemos la gran diversificación internacional, que es nuestra gran diferencia con cualquier otro banco puramente local.
P: ¿Cuándo crees que en Europa se relajará la regulación y habrá ya un modelo sostenido, en el que no habrá que seguir hablando continuamente de nuevas siglas, nuevas ‘basileas’?
R: Cuando digiramos Basilea IV, que está imparable y viene como nuevo estándar, a partir de 2019… Queda que se estabilice el MREL, que se defina el modelo de TLAC y MREL y que la autoridad de resolución empiece a tomar decisiones. Creo que a partir de 2019 habrá más estabilidad. De aquí al 2019 veremos si esa situación de márgenes tan bajos y si esas dudas del SSM sobre el modelo de negocio de los bancos, que es el principal riesgo que ellos identifican, se despejan. Por el camino a lo mejor vemos más consolidación bancaria. Veremos si para entonces ya estamos más consolidados, ya está la normativa definida y puede haber un poco más de tranquilidad.