Las 25 fechas más relevantes del BCE en sus 25 años de vida
Durante un cuarto de siglo de historia, el Banco Central Europeo ha experimentado varios eventos y desafíos económicos significativos. Algunos de los hitos importantes incluyen la expansión de la eurozona con la incorporación de nuevos países miembros, la crisis financiera global de 2008 y la crisis de deuda soberana en algunos países europeos.
El Banco Central Europeo (BCE) está de cumpleaños. La entidad suma a sus espaldas una historia de 25 años plagada de anécdotas, decisiones monetarias y hasta cuatro presidentes.
El organismo rige la política monetaria de la zona euro: es el que se encarga de la estabilidad de precios —es decir de controlar la inflación—, también de determinar los tipos de interés que afectan al precio de las hipotecas y de supervisar a los bancos de la zona euro.
Para ello trabaja con los bancos centrales nacionales de todos los países de la UE. El 1 de junio de 1998 se inauguró oficialmente y abrió al público su sede en la ciudad alemana de Fráncfort. Su labor más inmediata y colosal era la de preparar el lanzamiento del euro, la moneda única que llegaría a las calles cuatro años después, en 2002.
En los mercados financieros mundiales ya se había introducido como una moneda de cuenta el 1 de enero de 1999. Fue el cambio de moneda más grande del mundo y bajo el liderazgo del BCE pasaron al euro once países: Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Finlandia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal.
De esta forma desapareció la peseta española, el marco alemán, el franco francés o la lira italiana por poner algunos ejemplos. Ni uno sólo de los implicados en el proyecto dejó de preguntarse: ¿Podrá realmente funcionar la moneda común? “Hoy, cuando celebramos el 25 aniversario de esta institución, sabemos que funciona y que el euro ha acercado aún más a los países que conforman Europa. Es más que una moneda”, afirmó Christine Lagarde, la actual presidenta del BCE y que en 1998 era parte del equipo de abogados.
Flickr BCE
La unión monetaria ha sido puesta a prueba muchas veces en el último cuarto de siglo. Europa se ha tenido que enfrentar a delicados momentos en los que se llegó a dudar del proyecto, entre ellos la gran crisis financiera, la crisis de la deuda soberana, la pandemia y en los últimos dos años, la inflación.
Pero la historia del BCE y de sus decisiones más relevantes es también la historia de quienes han llevado el timón en las decisiones, especialmente, las más delicadas.
”El BCE se ha convertido en una de las instituciones más sólidas y más reconocibles de la Unión Europea, un poco como lo es el programa Erasmus en el ámbito educativo”, afirma Miguel Jiménez, economista de BBVA Research. “Gestionó muy bien en su momento el lanzamiento del euro, cuyo éxito no estaba ni mucho menos descontado al inicio. El papel de Mario Draghi en 2012 para eliminar las dudas que pesaban sobre la posible desaparición del euro con una simple declaración es un modelo de actuación de política monetaria a través de la gestión de expectativas. En algún momento el BCE ha dado algún paso en falso, pero en general ha cumplido bien su objetivo de estabilidad de precios”, añade.
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En la misma línea, María Jesús Valdemoros, doctora en Economía y profesora del IESE, recuerda que “sin ninguna duda, la decisión más relevante tomada por el BCE a lo largo de su corta vida se produjo en la Gran Recesión tras la crisis financiera de 2008. Entonces, siguiendo los pasos de la Reserva Federal en EEUU, se adoptaron medidas de política monetaria alejadas de la ortodoxia”.
“Fue el momento en que, tras el anuncio de Mario Draghi sobre el compromiso para hacer lo que fuera necesario para salvaguardar el euro, la política monetaria del BCE viró hacia el Quantitative Easing”, añade.
Fue entonces cuando el BCE inició las compras masivas de títulos a medio y largo plazo, fundamentalmente deuda pública, y bajó los tipos de interés a mínimos históricos. “Este fue el mismo esquema que se aplicaría con la llegada de la pandemia del COVID-19”, otra de las grandes crisis que ha tenido que afrontar el BCE en sus 25 años de historia, dice Valdemoros.
Los expertos consultados coinciden en que el BCE tiene un enorme valor simbólico como institución en el marco europeo. Es un símbolo de unidad europea.
“Al compartir una moneda común y una autoridad monetaria, los países de la zona euro muestran su compromiso con la idea de una Europa unida y su disposición para colaborar en temas económicos y monetarios. También es un símbolo de soberanía compartida en ciertas áreas de la política económica, en concreto la monetaria. Se convierte así en una manifestación tangible de la interdependencia entre los países de la Unión Europea y su compromiso con la integración europea”, explica la profesora del IESE.