Financiamiento y políticas públicas para impulsar el nearshoring
Un tema central en el análisis económico actual es el fenómeno del nearshoring, donde se destaca a México como un país con una oportunidad histórica para incrementar la inversión y el crecimiento económico. Sin embargo, no hay indicios claros de que dichas oportunidades se hayan traducido en un impulso económico. ¿Qué hace falta?
De acuerdo con Gerónimo Ugarte Bedwell, economista principal de BBVA México en su artículo ‘¿Y las políticas públicas para garantizar el nearshoring?’, publicado en el periódico El Economista, existen dos aspectos relevantes a considerar en el fenómeno de relocalización. El primero son los indicadores de inversión y financiamiento empresarial; y el segundo, las políticas públicas existentes, que pueden facilitar o bien desincentivar las inversiones.
El economista explica que, de acuerdo con las cifras preliminares de la Secretaría de Economía, “el dinamismo de la Inversión Extranjera Directa (IED) en 2023 (crecimiento de 2.2% de los flujos en USD), si bien alentador en su conjunto, fue mayormente explicado por la reinversión de utilidades de empresas (74%) que ya se encuentran operando en México y, en menor medida, por las cuentas entre compañías (13%), lo que implica tan sólo un 13% de dichos flujos atribuible a nuevas inversiones”.
El efecto esperado de dichas inversiones se traduciría en derramas económicas y en un incremento de la demanda crediticia, lo que no se ha observado en la cartera empresarial de la banca múltiple. Ugarte detalla que “en particular, los saldos totales al sector manufacturero registraron en diciembre de 2023 un crecimiento interanual real (filtrando los efectos inflacionario y cambiario) de 0.0%, con el crédito vigente al sector aún por debajo de su nivel prepandemia en términos reales”.
La llegada de inversiones requiere de una coordinación de instituciones públicas y privadas
Existen factores que son requeridos para atraer las inversiones a México y son aquellos que garantizan la disminución de costos logísticos y de producción, acompañados de una certeza jurídica, facilidades financieras (acceso a créditos y a capitalización de la empresa) y políticas económicas que facilitan la generación de beneficios y ganancias tanto al inversionista foráneo como a los negocios locales.
Las empresas que buscan instalarse en México requieren de una red logística (vías y medios de transporte) eficientes y seguros que faciliten el transporte de mercancía hacia su destino intermedio o final. Asimismo, los requerimientos de acceso a energía más limpia y confiable a precios competitivos, (redes de transmisión y distribución eléctrica y de gas natural más eficientes, etcétera) no son satisfechos por la infraestructura energética e hidráulica actual, lo cual es un factor que afecta la relocalización de empresas a México.
La implementación de acciones que mejoren el entorno para garantizar la llegada de inversiones requiere de una coordinación de instituciones públicas y privadas que ayude a posicionar a país como un receptor ideal de inversión en plantas productivas transnacionales. Quizás el sector privado, y en particular la banca múltiple, ya ha reoptimizado su estrategia y no sólo otorga financiamiento a los nodos de la red productiva, sino a los sectores que conforman los vínculos dentro de dicha red y a los que apoyan la actividad de los mismos, como son los transportes, la infraestructura industrial y las energías renovables.
A pesar de los esfuerzos de la banca múltiple, una sola acción no es suficiente para que se presente el arribo de nuevos nodos de producción y se den los beneficios en el desarrollo económico regional y sectorial que esto implica. Para Ugarte, hay ámbitos complementarios e indispensables en los que no corresponde a los actores privados garantizar el ambiente idóneo para la inversión y la materialización de un escenario donde el nearshoring potencie a la red productiva nacional, como lo es la implementación de políticas públicas que disminuyan la inseguridad, garanticen el acceso a recursos hidráulicos y energéticos y aseguren un respeto a las reglas del juego para los inversionistas extranjeros.
El artículo se publicó en El Economista el 29 de febrero de 2024 y puede consultarse en este link.