"Es necesario reequilibrar la regulación financiera, dando más peso a los objetivos de competitividad y menos a los de estabilidad”
Las elecciones europeas, celebradas en junio de 2024, parece que han traído nuevos aires en materia de regulación o así lo considera Santiago Fernández de Lis, responsable de regulación de BBVA. Un cambio de rumbo necesario tras “quince años de endurecimiento regulatorio tras la crisis financiera global”. El desarrollo y la implantación definitiva de un marco regulatorio en el mercado de criptoactivos, el euro digital o la mediática ley de Inteligencia Artificial son algunos de los proyectos que tienen en cartera las autoridades regulatorias europeas para los próximos meses. A nivel nacional, el Banco de España anunció recientemente la necesidad de aumentar el colchón de capital anticíclico de las entidades financieras al 1%, una medida que, según Fernández de Lis, se “debería compensar con la reducción de otro colchón”.
Pregunta: En junio se celebraron unas elecciones al Parlamento de la Unión Europea, ¿qué podemos esperar de esta próxima legislatura en cuanto a la regulación se refiere?
Respuesta: Hay aires de cambio en los debates regulatorios europeos. Después de quince años de endurecimiento regulatorio tras la crisis financiera global hay una cierta sensación de que quizá se ha ido demasiado lejos, y se está pagando un precio en términos de coste y disponibilidad de crédito. Se escucha cada vez más por parte de las autoridades europeas la necesidad de reequilibrar la regulación financiera, dando más peso a los objetivos de competitividad y menos a los de estabilidad. El Reino Unido ya se ha movido en esa dirección y es de esperar que la UE también lo haga, por el bien de la economía europea.
P: Una de las últimas iniciativas que se aprobaron antes de las elecciones fue la Ley de Inteligencia Artificial. ¿Qué supone para España y para los países europeos un reglamento como este?
R: Es una normativa pionera a nivel internacional al abordar la IA de forma específica e integral, prohibiendo algunas prácticas que se consideran contrarias a los valores europeos, como sistemas que manipulan subliminalmente a las personas; imponiendo requisitos específicos sobre casos de uso considerados de alto riesgo, como la evaluación de solvencia de personas físicas o algunas tareas de recursos humanos; y regulando también modelos de IA de propósito general (como ChatGPT) que pueden ser aplicados a distintos casos de uso. La norma responde a una preocupación creciente por los riesgos transversales que genera la proliferación de esta tecnología y a la voluntad de Europa de establecer estándares regulatorios que puedan servir de inspiración a otras jurisdicciones.
Santiago Fernández de Lis, responsable de regulación de BBVA
P: ¿Podría impactar negativamente a la productividad y a la competitividad europea una ley como esta en un sector que está todavía desarrollándose?
R: Con las nuevas tecnologías siempre hay un dilema sobre cuándo regular: si se hace demasiado pronto, puede frenar la innovación, pero, si se hace demasiado tarde, puede que algunos riesgos se descontrolen. Europa tiende a ser pionera en la regulación, en parte para evitar la proliferación de regulaciones nacionales que resulta difícil armonizar “ex post”. De todas formas, lo importante es que, en un ámbito como este, en plena ebullición y cambio constante, la implementación de la regulación sea flexible, para poder adaptarse a los desafíos que vamos a encontrar por el camino, y que los supervisores tengan una actitud abierta y colaborativa que ayude a las empresas en su proceso de adaptación. El objetivo debe ser garantizar una IA segura y confiable, en consonancia con los valores europeos, al tiempo que se promueve el desarrollo y adopción de esta tecnología en Europa.
P: Uno de los asuntos que más interés está despertando en los últimos años es el desarrollo del Reglamento MiCA. ¿Podemos esperar una revolución en los mercados de criptoactivos con esta normativa?
R: La revolución ha sido el surgimiento de la tecnología DLT y el desarrollo de los mercados de criptoactivos. La regulación va a aportar mayor seguridad, confianza y protección, principalmente a los inversores, asegurando por ejemplo que los ‘stablecoins’ son realmente estables y que los criptoactivos bajo custodia están bien protegidos, pero también a las empresas que operan o que quieren operar en este espacio, que hasta ahora no estaba regulado. No obstante, hay cuestiones que se han quedado fuera de MiCA, como las Finanzas Descentralizadas (DeFi), que requerirán nuevos desarrollos regulatorios. Y a nivel internacional sigue siendo necesaria una mayor armonización regulatoria, pues estamos hablando de mercados que son intrínsecamente transfronterizos.
El objetivo debe ser garantizar una IA segura y confiable, en consonancia con los valores europeos, al tiempo que se promueve el desarrollo y adopción de esta tecnología en Europa.
P: Otro de los objetivos principales para los próximos meses es la regulación sobre identidad digital. ¿En qué situación se encuentra y qué próximos pasos podemos prever?
R: La nueva regulación (eIDAS2) se publicó oficialmente en abril y en los próximos meses se tiene que desarrollar la normativa técnica en base a la cual los Estados miembros tendrán que ofrecer a los ciudadanos carteras europeas de identidad digital, que les permitan identificarse frente a entidades públicas y privadas y poder compartir atributos personales. El sector financiero es uno de los que va a tener que adaptarse para permitir que los clientes utilicen esas carteras, si lo desean, como un medio de autenticación electrónica.
Santiago Fernández de Lis, responsable de regulación de BBVA
P: Se ha hablado mucho del ‘Proyecto Agorá’, en el que los bancos centrales y el sector bancario en general van a analizar cómo la tokenización de pagos podría mejorar el funcionamiento del sistema financiero. ¿Cómo ves el proyecto?
R: Es un proyecto con un potencial de transformación enorme, en un ámbito, el de los pagos transfronterizos, donde hay muchas oportunidades para ganar eficiencia. El proyecto se basa en la tokenización, por un lado, de depósitos bancarios y, por otro, de reservas bancarias en el banco central, y su integración en una plataforma público-privada programable. Es un enfoque que respeta el sistema monetario actual de dos capas (el banco central frente a los bancos y éstos frente al público) y, al mismo tiempo, permite aprovechar las ventajas de la programabilidad y automatización de la tecnología DLT. Las monedas digitales de bancos centrales (CBDCs) mayoristas permiten llevar los beneficios de la tokenización hasta la última capa de las transacciones financieras: la liquidación interbancaria en dinero del banco central. Su potencial innovador es muy superior al de los modelos de CBDCs minorista, como el euro digital, aunque es sobre estos últimos sobre se concentra el interés del público y los medios.
P: Respecto al euro digital, que efectivamente despierta mucho interés en los medios de comunicación, las autoridades europeas continúan en sus trabajos de preparación y desarrollo para dar luz verde a este proyecto. ¿Qué papel juega España? ¿Cómo puede ayudar Bizum?
R: El BCE ha enfocado el euro digital hacia casos de uso que están bastante bien cubiertos en el mundo minorista. En este sentido, desde la industria se insiste en que, si se decide ir adelante con el proyecto, es importante que se apalanque en infraestructuras existentes, en particular en el mundo de los pagos instantáneos, como Bizum, para evitar duplicidades y abaratar los costes de infraestructuras. El proceso legislativo (en el Parlamento Europeo y en el Consejo) está avanzando con cierta lentitud, que contrasta con la rapidez de los trabajos técnicos en el BCE. Esta disparidad puede complicar el proceso.
El BCE ha enfocado el euro digital hacia casos de uso que están bastante bien cubiertos en el mundo minorista
P: A nivel doméstico, el Banco de España ha solicitado a los bancos nacionales aumentar su colchón de capital anticíclico al 1%. Esta medida, ¿qué impacto puede tener en las entidades financieras?
R: En el corto plazo un impacto limitado, puesto que las entidades españolas tienen una cierta holgura de solvencia y se han dado 30 meses para la dotación de este colchón. La noción de un colchón positivo en una situación cíclica neutral, que pueda ser liberable en la parte baja del ciclo tiene sentido, pero se debería compensar con la reducción de otro colchón, para evitar un endurecimiento regulatorio que no está justificado. Además, es algo que se está estudiando a nivel internacional y europeo, por lo que quizá se podría haber esperado a ver en qué se materializan estas reformas, para asegurar la armonización con otros países. Las entidades españolas están adecuadamente capitalizadas, como se ha visto en los test de estrés, por lo que no era necesario imponer requisitos adicionales, especialmente en un entorno de atonía del crédito a nivel sistema.
P: A finales de junio, se anunció la creación de la Autoridad de Lucha contra el Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo (AMLA, por sus siglas en inglés). ¿Qué competencias tiene este nuevo supervisor y qué puede aportar al sector financiero?
R: Este nuevo supervisor, que comenzará a operar a mediados del año que viene en Frankfurt, será el encargado de monitorizar a un cierto número de entidades europeas, las más significativas, aunque el grupo concreto de entidades aún no se ha decidido. Como ocurrió con la supervisión prudencial cuando se trasladó al BCE desde las autoridades nacionales, la existencia de una autoridad única europea ayudará a que el marco sea más homogéneo entre países. A esto también ayuda el recientemente publicado reglamento de antiblanqueo de capitales, de inmediata aplicación por todos los países, siendo éste un ámbito que tradicionalmente se regulaba con directivas que luego cada país solía transponer a su manera.