¿En qué consiste el IFRS9, la nueva normativa contable?
El IFRS9 es una nueva normativa contable internacional, que entrará en vigor a principios de 2018. Ana Rubio, de BBVA Research, explica sus características y peculiaridades.
La normativa IFRS9 es muy amplia, pero se la conoce sobre todo por la parte de riesgo de crédito. Durante la crisis, muchas voces decían que las provisiones, que es el dinero que los bancos se guardan por si sus clientes entran en mora, eran pocas y llegaban tarde. Por eso, lo que se ha hecho esta vez es pasar de un concepto de pérdida incurrida, por el que solo se guardaban provisiones cuando ya había una pérdida, a un concepto de pérdida esperada; los bancos hacen una estimación de cuáles van a ser sus pérdidas en el futuro y se guardan esas provisiones desde ya.
¿Qué inconveniente podría tener esta nueva regulación?
El principal inconveniente podría ser su prociclicidad; es decir, que en momentos malos del ciclo, cuando está empeorando la situación económica, obliga a hacer unas provisiones más altas y, por lo tanto, deja a los bancos sin capacidad de reacción ante el ciclo que viene.
Esto ocurre sobre todo por tres motivos. En primer lugar, cuando un cliente tiene un incremento significativo de su riesgo, hay que calcular su probabilidad de pérdida no para el próximo año, sino para toda la vida del contrato. En segundo lugar, todo lo que se estima tiene que ir ligado a la situación económica del momento y no a una media de ciclo, como en la normativa de capital. Y en tercer lugar, los analistas son humanos y tienden a ser más pesimistas en momentos malos del ciclo. Y esto es algo que las autoridades deberían tener en cuenta. Primero para mitigarlo, porque existen instrumentos para ello, y segundo, por ejemplo, para interpretar los resultados de un estrés test, que consiste en simular que se está en un momento malo del ciclo para calcular el impacto que puede tener en los bancos.
¿Cómo afecta esta normativa a los bancos españoles?
En el corto plazo, el impacto sobre los bancos españoles es relativamente moderado, porque se trata de un buen momento económico. Según las estimaciones de BBVA Research, en términos de capital CED1, a los bancos españoles les supondría unos 67 puntos básicos, que si se comparan con la media europea, que puede obtenerse de algún estudio de la Autoridad Bancaria Europea, sería de unos 45 puntos básicos. Es decir, que en España un poco más y muy heterogéneo entre entidades.