¿Cómo se financian las empresas? Préstamos vs. bonos
Viniendo de un contexto de recientes subidas de tipos y ante la expectativa de bajadas en los próximos trimestres, es conveniente para cualquier empresa tener una visión de cómo pueden afectar estas circunstancias a sus fuentes de financiación. ¿Qué le conviene más en el entorno actual: pedir financiación a sus bancos de relación o emitir deuda en el mercado de bonos? ¿Son estos dos instrumentos realmente excluyentes entre sí?
En la financiación a largo plazo destacan principalmente dos instrumentos, el préstamo bancario (sindicado entre varias entidades bancarias o bilateral) y el bono colocado entre inversores institucionales. Ambos instrumentos pueden tener condiciones y dinámicas bastante diferenciadas principalmente en cuanto a tipología (tipo fijo versus flotante), plazo, precio, capacidad de cancelación sin coste, obligaciones de información…etc.
El universo de compañías con acceso directo a los préstamos bancarios es sin duda mucho más amplio que el de emisores potenciales en el mercado de bonos. Tradicionalmente, las pymes y empresas de menor tamaño han venido dependiendo en gran medida, sino exclusivamente, de las entidades bancarias a la hora de endeudarse, especialmente en Europa, donde la bancarización de la economía ha sido históricamente muy profunda. Muchas empresas no cuentan con un tamaño y un volumen de deuda o recurrencia suficiente para plantearse la conveniencia de diversificar sus fuentes de financiación y, por tanto, el número de compañías españolas con emisiones de bonos es relativamente bajo.
El entorno cambiante de política monetaria y la rápida y reciente subida de tipos de interés generó mucha volatilidad en los mercados de deuda a lo largo de 2022 y gran parte de 2023, un periodo que estuvo marcado también por la geopolítica y por eventos como la crisis de bancos regionales en EEUU o el rescate de Credit Suisse en Europa. Esta situación también ha afectado al mercado de préstamos bancarios, al haber subido el coste de fondeo de los bancos, lo que ha generado volúmenes de emisión sensiblemente inferiores al de ejercicios anteriores. Dicho esto, los mercados han gozado de buena liquidez para emitir nueva deuda en todo momento.
Una vez atajada la inflación en Europa y ante una mayor normalización de las curvas de financiación, se espera que las compañías se animen y se embarquen en nuevos proyectos que requieran acudir a ambos mercados.
Las grandes corporaciones, con altos volúmenes de facturación y de deuda en términos absolutos, siguen una estrategia muy marcada de diversificación de fuentes de financiación, que supone la gestión activa de i) su calificación crediticia, por lo general buscando mantener el grado de inversión o ‘investment grade’ (BBB- o superior), así como ii) sus vencimientos con acceso a mercado con cierta recurrencia.
Ventajas de la emisión de un bono
El mix de instrumentos renta fija versus deuda bancaria en este tipo de empresa suele estar inclinado en favor del primero, precisamente buscando uno de los principales atractivos del producto, como son los plazos más largos (vencimientos superiores a 5 años) a tipo fijo, que en el contexto actual se ven favorecidos como consecuencia del creciente apetito inversor por duración y que en precio compite con el mercado bancario. La emisión de un bono, además, ofrece otras ventajas que son bien reconocidas por el resto de compañías que, o bien por tamaño o bien por nivel de endeudamiento entre otras razones, se consideran ‘sub-investment-grade’ o ‘high yield’ (BB+ o inferior), como son el repago a vencimiento sin cuotas de amortización intermedias o una mayor flexibilidad en obligaciones financieras o ‘covenants’. Por otro lado, en este segmento, el coste de financiación ya no es tan competitivo con respecto al préstamo bancario.
Beneficios del préstamo bancario
¿Por qué entonces el préstamo bancario, en sus distintos formatos (préstamo dispuesto, línea de crédito, préstamo puente, etc) sigue siendo el instrumento de referencia para muchas compañías a la hora de endeudarse?
Ante todo por la flexibilidad que ofrece en términos de repago anticipado sin penalización alguna y de renegociación de condiciones (plazo, tipo de interés, calendario de amortización, etc) mediante novaciones. Esto queda especialmente patente en la financiación bancaria bilateral, entre una compañía y un banco, aunque también aplica al formato de préstamo sindicado donde las renegociaciones de condiciones y extensiones de plazo y calendario son muy habituales.
De alguna manera, el préstamo tiene la gran ventaja de ser estructurado a la medida de la compañía y adaptable durante la evolución de la misma, más si cabe cuando se trata de un banco de relación con una vocación de apoyo a largo plazo.
Dos productos complementarios que se pueden combinar
La idea de arbitrar entre el préstamo y el bono sí ha tenido sentido en algún momento reciente durante la rápida subida de tipos por las distintas dinámicas que los mueven. Sin embargo, entendemos que en un contexto más estable son dos productos muy complementarios, y así lo entienden las compañías más sofisticadas. Combinar las características de un formato con las del otro tendría como objetivo asentar una estructura financiera optimizada y diversificada en cuanto a fuentes de financiación.
Un buen ejemplo de cómo combinar préstamo bancario y bono es el de las financiaciones de adquisición, donde el fondeo de la compra está garantizado por un préstamo bancario asegurado por una serie de entidades financieras, generalmente llamado préstamo puente por su vocación de corto plazo, cuyo objetivo es ser cancelado y refinanciado en el mercado de bonos a más largo plazo, una vez la adquisición se ha hecho pública y completada.
Tenemos que señalar que, aunque nos hayamos centrado en las dos grandes tipologías de financiación, existen también otros mercados de deuda que combinan características de ambos productos como son los préstamos apalancados (Term Loan Bs’), las colocaciones privadas de renta fija, el ‘Direct Lending’, el mercado de Schuldschein etc. y que cuentan con sus propias dinámicas de mercado.