¿Cómo funciona un esquema Ponzi?
El esquema de Ponzi es un fraude con el cual los estafadores consiguen pagar los intereses de una inversión con el mismo dinero invertido.
Los esquemas de Ponzi se conocen por Carlo Ponzi, un famoso delincuente de origen italiano que estafó a muchas personas en los años 20 en Estados Unidos. Sin embargo, ya se utilizaban antes. En Madrid, el primer sistema de Ponzi del que se tiene noticia, se estableció por Baldomera Larra, hija de Mariano José de Larra.
Conocida por ser la autara del primer fraude piramidal de la historia, todo empezó con un negocio de préstamos. De familia precaria, tenía que pedir dinero por el que siempre pagaba un alto interés. Cansada de esta situación decidió ser ella quien emprendiese un negocio de préstamos que rápidamente cogió fama. Se cree que llegó a recaudar 22 millones de reales y fue conocida más allá de las fronteras nacionales.
Su negocio se fue a pique en diciembre de 1876, cuando decidió desaparecer con todo el dinero que pudo. Dos años más tarde fue detenida y llevada a juicio. El testigo lo recogió Carlo Ponzi, quien bautiza la estafa unos años más tarde creo su propio negocio piramidal.
Las características del sistema son las siguientes. En un sistema Ponzi nos encontramos que una persona (ya sea física o jurídica) ofrece gran rentabilidad a inversores, gracias a lo que consigue fácilmente convencer a la gente para que se le preste capital para ser invertido. Los intereses del dinero depositado o prestado son pagados con el dinero que invierten los nuevos clientes.
La rueda sigue funcionando hasta que deja de entrar dinero, y esto puede ser debido a una crisis, a que se acaben los estafados o a cualquier otro motivo. En ese momento, de desmonta el entramado que deja a los estafados sin el ahorro que habían invertido.
La mejor forma de no caer en un sistema Ponzi es desconfiar de rentabilidades demasiado altas con respecto a las que ofrece el mercado. Ya que este se convierte en el principal reclamo de los estafadores: ganancias exuberantes. También debemos de asegurarnos de lo que compramos, para lo que resulta imprescindible leer los contratos con detenimiento.
Por último, recordar que cuando compremos un producto financiero, debe ser en una entidad supervisada por el Banco de España, y de este modo, sabremos que hay un organismo público vigilándolo.