Bonos y préstamos: dos modelos de financiación diferentes
Los bonos y los préstamos son instrumentos de financiación a los que en algún momento de su vida recurren las empresas. Dos productos de crédito que, aunque son diferentes en su concepto, a veces pueden confundirse. Es importante distinguir entre ambas vías de financiación, conocer sus características y, en consecuencia, comprender su verdadera esencia.
Un préstamo bancario es aquella operación financiera por la cual una entidad bancaria (prestamista) otorga, mediante un contrato o acuerdo entre las partes, una cantidad de dinero a un tercero (prestatario) a cambio de un interés, llamado coste del dinero. Mientras que el bono se define como un instrumento de deuda emitido por una empresa o administración pública que se vende a inversores en los mercados financieros con el mismo objetivo de obtener recursos para financiarse. El emisor del bono promete devolver el dinero prestado más unos intereses fijados previamente (cupón) al comprador del bono.
Ambos formatos no son incompatibles, es decir, estas dos formas de financiación pueden ser complementarias. Sin embargo, es importante saber distinguir cada una de ellas para comprender realmente su significado.
Principales diferencias
- ¿A quién se solicitan? Las empresas piden un préstamo bancario a un banco. No obstante, en el caso de los bonos, la compañía, también con la ayuda de las entidades bancarias que actúan como colocadores, emite valores de deuda en el mercado financiero que serán adquiridos por los inversores.
- ¿Varían los plazos de los pagos en cada uno de los formatos? La modalidad bono permite plazos más largos, mientras que los préstamos suelen tener plazos más cortos.
- ¿Son igual de flexibles los dos modos de financiación? Los préstamos son estructurados a medida de la compañía y se van adaptando a la evolución de la misma. Destaca su flexibilidad en términos de repago anticipado y renegociación de condiciones, siendo capaces de modificarse en beneficio del prestatario. No es el caso de los bonos, cuyas condiciones de refinanciación son más complejas y restrictivas.
Ambos formatos no son incompatibles, es decir, estas dos formas de financiación pueden ser complementarias.
Estas son las diferencias más significativas que existen entre ambos productos establecidos en un mundo financiero en constante cambio y evolución que no cesa de innovar. Prueba de ello es el crecimiento sin precedentes de los productos y servicios de la modalidad verde o ‘green’ en ambos formatos.
Sin lugar a dudas, 2017 fue un año significativo para el desarrollo e impulso de la financiación sostenible. Por un lado, los bonos verdes batieron todos los récords obteniendo un incremento del 52 % en el volumen de sus emisiones respecto al año anterior. Los préstamos verdes por su parte no se quedan atrás, y aunque su progresión sea más paulatina, alcanzaron cifras inéditas hasta el momento, prueba de su sólido y firme crecimiento.
BBVA, un referente en financiación sostenible
BBVA tiene la capacidad, el conocimiento y la experiencia para proveer a sus clientes con un asesoramiento superior de soluciones de financiación sostenible, tanto en bonos como en préstamos, y está jugando un papel clave en el desarrollo de ambos mercados.
El banco ha sido el 'bookrunner' más activo en el mercado de bonos verdes en Iberia en 2017 y es una entidad de referencia global tras haber asesorado, colocado y estructurado bonos verdes para clientes de distintos sectores en México, EE.UU. y Europa, tanto en divisa local como en euros y dólares.
En el negocio de préstamos verdes, en el que BBVA ha sido pionero y está siendo un impulsor fundamental, el banco ha cerrado 2017 como la entidad más activa a nivel global con un total de 12 operaciones en Europa y América Latina para clientes de diversos sectores y siendo el líder indiscutible en España.
BBVA ha anunciado recientemente su Compromiso 2025, la estrategia de cambio climático y desarrollo sostenible del Banco para avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.