BBVA Research revisa al alza el crecimiento del PIB español en 2024 desde el 1,5% hasta el 2,1%
BBVA Research ha revisado al alza su previsión de crecimiento para el PIB de España en 2024 del 1,5% al 2,1%. Este avance obedece, entre otros factores, al descenso observado de los precios del petróleo, del gas y de la electricidad, y su impacto sobre la inflación y la corrección subsiguiente de los tipos de interés. “Además, la política fiscal está siendo algo más expansiva de lo esperado, al tiempo que la ejecución de los fondos NGEU alcanza una velocidad de crucero”, señala el Servicio de Estudios de BBVA en su informe Situación España del mes de marzo. Para 2025, BBVA Research ha rebajado su previsión de crecimiento del PIB del 2,5% al 2,0% debido al previsible impacto del ajuste en las cuentas públicas exigido por Bruselas y a una mayor debilidad prevista de la economía de la eurozona.
Según el informe Situación España, el PIB ha acelerado un ritmo de crecimiento en la parte final de 2023 y el inicio de 2024, registrando incrementos cercanos al 0,5% trimestral. El avance de la afiliación a la Seguridad Social muestra una mejora progresiva desde el mes de octubre de 2023, después de la desaceleración observada en el tercer trimestre. La información en tiempo real apunta a que el consumo continúa creciendo, tanto el privado (0,5%, trimestral en el primer trimestre de 2024) como el de las Administraciones Públicas (0,2%). Las exportaciones de bienes y servicios también muestran un comportamiento mejor del que se esperaba, sobre todo en un contexto de estancamiento de la actividad económica en algunos de los principales socios comerciales. Asimismo, la producción industrial parece recuperarse, impulsada por la desaparición de cuellos de botella en el sector automotriz, la reducción en el coste de la energía y el transporte, además del punto de inflexión en la oferta del sector agroalimentario.
Los economistas de BBVA Research destacan la recuperación de las exportaciones de servicios que se ha producido desde el año 2021, tanto de los turísticos como, sobre todo, del resto. “A esto ha ayudado el cambio en los hábitos de consumo de las familias a partir de la pandemia, que han incrementado el peso de los servicios en su gasto”, apuntan los economistas. “Esto parece una tendencia compartida en las economías desarrolladas y explica, en parte, que el gasto con tarjeta realizado por los extranjeros en España adelante que el consumo de no residentes continuaría avanzando de manera importante en el inicio de año (+5,6% trimestral en el primer trimestre de 2024).
La inflación retrocede
El informe pone de relieve la caída que se ha producido en el coste de la energía, que, de consolidarse, supondrá mejoras en la competitividad, sobre todo de la industria electrointensiva y de las empresas exportadoras. A pesar de las tensiones geopolíticas, el precio del petróleo ha descendido respecto a los niveles observados a finales de septiembre. Por otro lado, los inventarios de gas se mantienen elevados, gracias a la falta de dinamismo de la economía europea, a una climatología favorable y a los rendimientos de las inversiones hechas en años anteriores. En total, se estima que estos cambios podrían añadir hasta 0,4 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en 2024.
En este contexto, la inflación retrocede y podría alcanzar el 3,1% en 2024 (casi medio punto por debajo de lo previsto en noviembre) y el 2,3% en 2025. Así, el Banco Central Europeo (BCE) comenzará a reducir el tipo de interés de política monetaria en junio, seis meses antes de lo previsto en noviembre. Al descenso de la inflación, que también se observa en el resto de la eurozona, se ha ido añadiendo cierta preocupación por el comportamiento de la actividad en el continente. La previsión para final de año apunta a que el BCE podría empezar el proceso de reducción de la tasa de política monetaria en el segundo trimestre del año, y llevarla al 3,75% hacia finales de 2024, completando una disminución de 75 puntos básicos en total.
Política fiscal expansiva
“La política fiscal está siendo más expansiva de lo que se preveía” afirma BBVA Research. La formación de un nuevo Gobierno no ha traído un acuerdo para tener unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) desde inicios de año. Asimismo, se ha anunciado la prórroga parcial de rebajas impositivas en la compra de gas y electricidad, además de en la producción de esta última. De la misma manera, se mantienen los subsidios al uso del transporte público. Medidas estas últimas que no se revertirán, como pronto, hasta junio de este año. Entretanto, el acuerdo alcanzado sobre las nuevas reglas fiscales en la UEM ha evitado que hayan entrado nuevamente en vigor en 2024 las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, lo que habría conducido a un ajuste inmediato e importante.
Los economistas perciben que las licitaciones y subvenciones del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia (PRTR) han alcanzado una velocidad de crucero, lo que podría ser suficiente para ejecutar los fondos en su totalidad hacia 2026. De acuerdo a BBVA Research, desde el inicio del Plan y hasta finales de 2023 se habrían licitado contratos y convocado subvenciones financiadas con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) por un importe superior a 70.000 millones de euros, lo que supone más del 88% del total planificado inicialmente en el PRTR y en las transferencias de la Adenda. Sin embargo, sólo se habrían resuelto, y por tanto es dinero que ya está a disposición de familias y empresas, más de 33.500 millones de euros, que equivalen al 42% del total del Plan.
BBVA Research estima que, entre los factores que podrían llevar a un mayor crecimiento durante los próximos meses, se encuentra el descenso adicional en los costes de producción como resultado de las inversiones que se han realizado para aumentar la oferta de energía renovable y la eficiencia en el uso de la electricidad. También es posible que se produzca una aceleración en la inversión si se consolidan reformas para reducir el coste que suponen algunos trámites, sobre todo en el sector inmobiliario. Además, se mantiene una demanda embalsada de equipo de transporte, que podría resurgir en la medida en que se reduzca la incertidumbre sobre la adquisición de vehículos eléctricos. Por último, la inmigración podría continuar y, en la medida en que sea complementaria al capital humano residente en España, impulsar el empleo y la productividad.
Restricciones de oferta en el empleo
Con respecto al mercado laboral, BBVA Research observa que permanecen distintas restricciones de oferta que limitarán el avance del empleo. La inmigración y el avance de la tasa de actividad han permitido que la creación de puestos de trabajo continúe. Sin embargo, no parecen haber ayudado a mejorar la productividad. Esto puede ser síntoma de que se mantiene la dificultad para encontrar ciertos perfiles en industrias y servicios de alto valor añadido. Adicionalmente, el envejecimiento de la población está reduciendo la disponibilidad de trabajadores en edad de trabajar. Esto se une a la sorprendente disminución que se viene produciendo en la tasa de participación de los españoles entre 35 y 54 años. “En ausencia de políticas que mejoren la empleabilidad de estos trabajadores o de una política de inmigración que atraiga capital humano complementario al de los residentes en España, estos factores pueden ser un cuello de botella para el crecimiento”, señalan.
Efectos nocivos de las políticas de vivienda
“Las políticas de impulso a la demanda de vivienda o de fijación de precios pueden tener efectos nocivos a largo plazo en el sector”, señala BBVA Research. El Gobierno ha anunciado avales para los jóvenes, a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), con el objetivo de facilitar el acceso a una vivienda. Pero los economistas entienden que la medida adolece de varios problemas. Por un lado, se encuentra diseñada con los mismos defectos que aquejan a otras y que pueden generar desigualdad. Al poner límites rígidos a la edad (35 años), al ingreso (37.800 euros anuales) o para solicitar el crédito (31 de diciembre de 2024), se discrimina en contra de aquellas personas que apenas sobrepasan esas barreras (o que quieran comprar a partir de 2025). Asimismo, es muy posible que la medida termine beneficiando a jóvenes que en la actualidad ganan menos que la renta especificada, pero que en el futuro tendrán unos ingresos por encima de la media. Aunque se requieren límites al patrimonio acumulado por los compradores, no se exige lo mismo para el de los padres, lo que, nuevamente, podría terminar favoreciendo a hogares de rentas altas. Otro problema a tomar en cuenta es que no es recomendable incentivar créditos que financien el 100% del valor de la vivienda, ya que puede llevar a un incremento en la toma de riesgo de las entidades financieras. “Finalmente, y más importante, sin políticas que incrementen la oferta de vivienda, las ayudas a la compra llevarán a incrementos en precios, sin mejorar la accesibilidad de los jóvenes. Lo mismo sucederá con las políticas de fijación del coste del alquiler, que pueden incluso incentivar la salida del mercado de viviendas”, apuntan los economistas.
2025, ralentización en la eurozona
Los economistas de BBVA Research temen que hacia 2025 la ralentización del crecimiento en ciertos sectores y países de la eurozona sea más estructural de lo inicialmente pensado. La economía alemana prácticamente no muestra avances desde hace dos años. La mejora de la francesa es magra si se toma en cuenta el elevado desequilibrio en sus cuentas públicas. El modelo de crecimiento exportador industrial parece agotado. Tanto en España como en Alemania, las empresas que peor comportamiento han tenido son aquellas intensivas en el uso de energía o que forman parte de la misma cadena de valor. Asimismo, en un entorno de consolidación fiscal y, todavía, con tipos de interés elevados, será difícil que la demanda interna de países con déficits por encima del 3% del PIB aporte al crecimiento.
En paralelo, las nuevas reglas fiscales en Europa requerirán de ajustes importantes y sostenidos en el tiempo en varias economías, incluyendo la española, a partir de 2025. Países como Francia, España o Italia, con déficits superiores al 3% del PIB y niveles de deuda pública por encima del 90% tendrán que comprometerse a implementar medidas estructurales de consolidación entre 0,4 y 0,6 puntos porcentuales de PIB por año. En el caso de España, las previsiones prevén un ajuste estructural de 0,5 puntos porcentuales del PIB en 2025, lo que, junto con la recuperación económica esperada, llevaría el déficit público hasta el 2,9% del PIB a finales del siguiente año y la deuda, al 102% del PIB.
El Servicio de Estudios de BBVA ha rebajado el crecimiento del PIB estimado para España en 2025 del 2,5% al 2,0%, debido a la necesidad de iniciar el ajuste en las cuentas públicas y la mayor debilidad prevista de la economía de la eurozona. A esto se añade el mal comportamiento de la inversión en España, sobre todo en comparación con lo que se observa en el resto de la eurozona. Asimismo, se prevé que la productividad se estanque al tiempo que los costes laborales aumenten, lo que puede limitar el avance del empleo. BBVA Research observa que persisten restricciones de oferta ante la falta de mano de obra cualificada o la regulación, que impide el crecimiento de la oferta de vivienda, sobre todo, asequible. Finalmente, estiman que la incertidumbre de política económica se mantendrá elevada.