BBVA Research eleva su previsión de crecimiento para España en 2023 al 1,6%
El servicio de estudios de BBVA ha revisado nuevamente al alza su estimación de crecimiento del PIB español para 2023 hasta el 1,6% (desde el 1,2% anterior). Aunque 2024 probablemente será mejor que 2023 en términos de crecimiento, las perspectivas de una política monetaria más restrictiva de lo esperado hace tres meses han motivado una revisión a la baja de las estimaciones. En concreto, el PIB español avanzaría un 2,6% en 2024 (frente al 3,4% esperado en diciembre pasado). Así lo indica el último informe ‘Situación España’, presentado este martes por Jorge Sicilia, director de BBVA Research y economista jefe de BBVA; Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico; y Miguel Cardoso, economista jefe para España.
El informe de BBVA Research señala que la economía española continúa resistiendo mejor de lo que se preveía, lo que reduce la probabilidad de una contracción. De hecho, el servicio de estudios de BBVA estima que el PIB podría aumentar entre un 0,3% y un 0,5% en el primer trimestre de 2023 (frente a un avance del 0,2% en el último trimestre de 2022). El principal factor que explica la mejor evolución del PIB es, en su opinión, la capacidad de la economía europea para evitar escenarios de restricciones en el uso de energía y la disminución en el coste para generarla, con medidas como la importación de gas desde fuentes alternativas a Rusia, el incremento de la generación de electricidad proveniente de tecnologías alternativas, o las mejoras en eficiencia energética tanto de hogares como de empresas, unidas a un invierno más benigno de lo habitual.
Se espera que esta resiliencia continúe y que, en el escenario más probable, el PIB español crezca un 1,6% en 2023, gracias también a un entorno global más favorable. Por un lado, BBVA Research prevé que el PIB de la eurozona aumente un 0,6% en 2023, frente a la caída de 0,1% que apuntaba hace tres meses¹. Por su parte, China, que se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de España, ha dejado atrás el confinamiento y la actividad parece recuperarse con fuerza, lo que hace ahora más probable que su PIB avance por encima del 5%. En EE. UU., BBVA Research ha revisado al alza la previsión de crecimiento del PIB en 0,5 puntos porcentuales, hasta el 0,8%. Todo lo anterior debería dar soporte directo a la actividad de las empresas enfocadas en el comercio exterior e indirecto al resto de la economía.
La desaparición de los cuellos de botella es otro de los factores que ayudarán a que la economía continúe mostrando tasas de crecimiento positivas, según apunta el servicio de estudios de BBVA. Las empresas comienzan a acumular inventarios y, como resultado, las cadenas de valor se normalizan. Uno de los sectores donde esto es más evidente es el del automóvil. Entre enero y julio del pasado año, la producción del sector fue un 22% menor que en el mismo período de 2019. Esta situación implicó que se vendieran un 40% menos de turismos que en los siete primeros meses de 2019. Sin embargo, desde entonces se observa un punto de inflexión: entre agosto de 2022 y enero de 2023 la industria manufacturó sólo un 8% menos que en los mismos meses de 2019 y la brecha en automóviles vendidos disminuyó al 27%. Otros sectores, como el aeronáutico, también comienzan a beneficiarse de la mayor disponibilidad de bienes intermedios y los de construcción naval o de otro material de transporte deberían hacerlo pronto.
Pasando al plano interno, hay factores idiosincráticos que parecen estar contribuyendo a que España muestre un mejor crecimiento que el del resto de la eurozona. BBVA Research señala que la fuerte recuperación del sector servicios tras el confinamiento (principalmente, del turismo), así como de otros sectores particularmente afectados por las restricciones, la falta de celebraciones y el teletrabajo, como el textil, el calzado, la joyería o el de las bebidas, explica buena parte del diferencial positivo, junto con una evolución particularmente favorable del sector exportador. A esto se suma el apoyo que supone para la demanda interna el uso del ahorro acumulado durante la pandemia o el impacto de algunas políticas públicas.
En relación a esto último, el servicio de estudios de BBVA Research destaca en su informe que durante 2023 podrían llegar a ejecutarse entre 15 y 20 mil millones de euros relacionados con los fondos Next Generation EU (NGEU), tras un 2022 en el que habrían llegado a la economía real unos 13 mil millones de euros. Asimismo, el incremento de las pensiones y del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) habrían tenido un impacto positivo sobre el consumo privado. A esto hay que añadir el efecto que pueda tener la aportación de 200 euros a familias de bajos ingresos para hacer frente al aumento en el precio de los alimentos, así como la extensión de las reducciones impositivas para contener el alza en el coste de la electricidad y de los alimentos. Finalmente, la reforma laboral habría reducido la volatilidad del empleo y cabría esperar, según BBVA Research, un incremento en la productividad a medio plazo por la mayor inversión en capital humano que harán las empresas y los trabajadores gracias a la mayor estabilidad en las relaciones contractuales.
BBVA Research espera una política monetaria más restrictiva
De cara a 2024, la persistencia de la inflación y la expectativa de mayores tipos de interés hacen que el servicio de estudios de BBVA haya rebajado sus expectativas de crecimiento con respecto al escenario previsto hace tres meses. De esta manera, sus economistas estiman que la economía española crecería al 2,6% en 2024 (frente al 3,4% anterior).
El informe de BBVA Research señala que aunque la inflación total desciende, lo hace principalmente por la evolución del precio de un número reducido de bienes (básicamente el gas y el combustible). La inflación subyacente, que incluye más del 80% de la cesta de consumo de las familias, continúa aumentando y se encuentra en niveles elevados (alrededor del 7%). Esto implica que la pérdida de poder adquisitivo es generalizada y que, dada la persistencia que suelen mostrar los crecimientos de los precios en el sector servicios, reducir la inflación hasta el 2% será difícil y llevará tiempo. En ausencia de reducciones adicionales en el coste de la energía, se espera que, aunque la inflación total caiga hasta niveles en promedio alrededor del 4% este año, la subyacente se mantenga entre el 5 y el 6%, para que ambas se sitúen en el 3% el siguiente año.
Como consecuencia, las previsiones de BBVA Research apuntan a que el BCE continuará aumentando el coste de financiación, al menos, hasta niveles de entre el 4% y el 4,25%. Esto implica entre 125 y 150 puntos básicos más que lo que el servicio de estudios esperaba en diciembre, lo que podría redundar en que la economía deje de avanzar más de un punto porcentual en 2023 y 2024, afectada por las repercusiones negativas sobre el consumo y la inversión del sector privado.
Asimismo, no se puede descartar que el impacto positivo que sobre el consumo están teniendo el uso del ahorro acumulado o medidas como el aumento del SMI se torne negativo en el medio plazo. En particular, conforme el SMI converge al 60% del salario medio, BBVA Research considera probable que el aumento en los costes salariales comience a ser significativo para las empresas menos productivas y en los sectores donde la proporción de trabajadores cobrando el salario mínimo es mayor. Esto puede llevar a mayores presiones sobre la inflación, pérdidas de competitividad y, eventualmente, menor creación de empleo. Por eso BBVA Research recuerda la importancia de que se haga una evaluación de los efectos de esta medida, que dé paso a la elaboración de un plan que permita ayudar a aquellos colectivos que puedan verse perjudicados.
La corrección del desequilibrio fiscal puede ayudar a contener la inflación
En opinión de BBVA Research, la política fiscal debe contribuir a la reducción de la inflación, en un entorno donde la tasa de paro es baja, los fondos del NGEU apoyarán la evolución de la inversión, existen dudas sobre la sostenibilidad de los ingresos y el déficit continúa siendo elevado. El desequilibrio en las cuentas públicas (alrededor del 4% del PIB) parece excesivamente elevado dada la evolución reciente de los ingresos públicos (43,9% del PIB en 2022, el máximo histórico), el descenso de la tasa de paro (12,9% en 2022, en mínimos desde 2008) y el nivel de deuda de las administraciones (113,1% del PIB, 20 pp por encima del promedio de la UEM en el tercer trimestre de 2022). Además, la acumulación de capital y el cambio de modelo productivo tendrán el sostén de las transferencias provenientes de la Unión Europea. Si no se aprovecha esta oportunidad para continuar reduciendo el déficit fiscal, el ajuste que se deba hacer el siguiente año -cuando las reglas fiscales volverán a aplicarse- puede tener repercusiones más negativas que si se realiza de manera prolongada en el tiempo.