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Actualidad 02 julio 2024

"Basilea III: una buena noticia para los conductores prudentes"

Tras años de deliberaciones, Europa ha conseguido trasponer la finalización de Basilea III, el nuevo estándar para el cálculo del capital regulatorio bancario. Desde el primer borrador, quedó claro que su impacto iba a ser muy desigual entre bancos, dependiendo de su jurisdicción de origen, su modelo de negocio y de otras características. Lo mismo sucede cuando en una carretera se instaura la prohibición de circular a más de cierta velocidad. Los conductores que solían circular a más velocidad se verán más impactados, mientras que los que tenían costumbre de conducir por debajo del límite no tendrán un impacto significativo. Eso sí, todos se beneficiarán del incremento de la seguridad vial, puesto que los accidentes que suelen generar los más arriesgados pueden acabar involucrando a los más prudentes, como ocurre en las crisis bancarias.

En resumen, lo que pretende esta reforma es evitar que el uso excesivo de modelos internos por parte de algunos bancos les permita reducir exageradamente el denominador de sus ratios de capital, de manera que parezca que tienen unos mayores ratios. Así, el marco será más simple y más sensible al riesgo y los ratios serán más comparables entre bancos.

Analizando los modelos de negocio, entre los más impactados estarán los bancos de inversión. El amplio uso de modelos internos, generalmente complejos, típico de este negocio hace que las reducciones del denominador del ratio de capital que obtenían fueran muy significativas. Por el lado contrario, los bancos universales con un negocio más basado en los préstamos simples a familias y empresas se verán menos afectados.

Los países “host” europeos, que son los que tienen filiales de bancos extranjeros en su país, también ganan. En la negociación consiguieron que la evaluación del ahorro que se consigue con los modelos se realice no sólo a nivel consolidado, como pedía el texto original, sino también a nivel de bancos individuales. Así, se aseguran de que las filiales extranjeras en su país tienen el capital adecuado, y que los grandes bancos no compensan tener unas sucursales con muchos modelos internos y otras con muy pocos. Eso sí, el texto final afirma que podría volverse a una aplicación sólo consolidada cuando se avance en la Unión Bancaria.

Los bancos universales con un negocio más basado en los préstamos simples a familias y empresas se verán menos afectados.

Los conglomerados financieros, que son grandes grupos empresariales generalmente con negocios de banca y seguros, también se cuentan entre los ganadores. Estos operadores cuando tienen una supervisión reforzada están sujetos al llamado “compromiso danés”, que les permite aplicar una ponderación en riesgo del 370% a sus tenencias en empresas de seguros. Tras la reforma este porcentaje pasa a ser un 250%, más beneficioso, por lo que las ventajas de ser conglomerado aumentan.

Y, por último, ¿ganan los bancos europeos frente a los de otras regiones? Eso aún está por ver. Ante las fuertes críticas de su industria, las autoridades de Estados Unidos se han visto obligadas a retirar su borrador de ley, mientras consideran si es necesario reformularlo o escribir un borrador nuevo, con la incertidumbre añadida de estar en un año electoral en el que compiten dos candidatos con ideas muy opuestas sobre la regulación bancaria. Y el borrador de ley en Reino Unido no es muy diferente al de la Unión Europea, pero la cercanía de las elecciones en el país hace que su publicación final sea también incierta. Lo que parece claro es que en Europa se implementará antes, pues la fecha en la que el grueso del paquete es de aplicación es el 1 de enero de 2025, mientras que en las otras dos regiones los borradores apuntaban a mediados de 2025, y esta fecha podría retrasarse aún más. En vista de esta situación, la Comisión ya ha anunciado que la parte de riesgo de mercado del paquete europeo se retrasa al 1 de enero de 2026, intentando así preservar la competencia en un segmento de negocio global por naturaleza. 

En definitiva, las normas, como los límites de velocidad en carretera, afectan más a unos que a otros. De lo que sí nos beneficiamos todos es del aumento en la seguridad, y esperemos que Basilea III permita a los mercados, autoridades y entidades tener una mejor imagen de la solvencia de cada jugador, y que eso nos permita minimizar la probabilidad de la siguiente crisis bancaria. Y esperemos que cuando sepamos el grado de solvencia de cada banco, podamos centrarnos en lo importante, en atender a nuestros clientes y financiar a nuestras economías.