Las apariencias engañan... también en economía
Singapur es un país 34 veces más pequeño que Pakistán. Sin embargo, su Producto Interior Bruto es similar. Ante esa desproporción entre el tamaño de los países con relación a su riqueza, surge la pregunta: ¿por qué hay esos grandes desequilibrios?, ¿qué explica el nivel de renta per cápita que genera una economía? En este artículo intentamos encontrar la respuesta.
Singapur es un país de apenas 700 kilómetros cuadrados que no tiene recursos naturales ni materias primas. De hecho, ni siquiera tiene agua propia. Sierra Leona o Argelia, ricos en diamantes, petróleo y oro, tienen, sin embargo, una renta per cápita más baja que Singapur. Se podría concluir entonces que la clave de las diferencias no estaría tanto en los recursos naturales de un país sino en la educación y formación de sus ciudadanos. Pero esta conclusión se desmonta con una nueva comparación. En este caso, entre Ghana y Tailandia. Ghana expandió la escolaridad de sus habitantes mucho más que Tailandia y no por ello se ha reducido la brecha del PIB per cápita entre los dos países. Todo lo contrario.
¿Qué explica entonces el nivel de renta per cápita que genera una economía? ¿Es la disponibilidad de recursos naturales o el nivel educativo de su población? ¿Es acaso su grado de especialización?, ¿la disponibilidad de capital productivo, el entorno institucional y la facilidad para hacer negocios, las políticas económicas que se implementen?...
La mayor o menor renta de un país tiene que ver con todos estos factores. En definitiva, es la combinación de una diversidad de elementos del modo más apropiado para obtener renta y crecimiento.
La Teoría de la Complejidad Económica de Hausmann e Hidalgo se aproxima a esta idea. Relaciona las diferencias en el crecimiento del PIB per cápita con el distinto “saber hacer” acumulado por una economía. A esto lo denominan complejidad económica. Un concepto que se refleja, y se mide, a través del Índice de Complejidad Económica, a partir del catálogo de productos y servicios que un país es capaz de exportar. Cuanto más completo sea este catálogo, la tendencia es que sean más complejos y, por tanto, requieran mayores capacidades diversas para ser obtenidos. Además, estos productos más complejos son más difíciles de encontrar en el catálogo de otras economías más básicas. Todo ello hace que la mayor complejidad económica de un país se asocie a mayor nivel de renta per cápita.
La Teoría de la Complejidad Económica sugiere que hay dos maneras de ver los productos y servicios que genera una economía:
- los que se producen con mano de obra y máquinas a partir de materias primas
- y los que se producen con conocimiento productivo
Por ejemplo, un producto como la pasta de dientes no puede considerarse un bien económico que sólo tiene en cuenta la materia prima: la pasta y el tubo del envase. Este producto incluye el conocimiento: en este caso, conocer cuáles son las propiedades del fluoruro de sodio, cómo tratarlo y, sobre todo, cuál es su función en nuestros dientes. Estos factores son un componente clave para el desarrollo del dentífrico y, por tanto, un factor más del nivel de renta obtenido con su producción y venta.
Lo importante no son sólo los conocimientos que posee cada individuo, sino la diversidad de estos conocimientos y las capacidades para combinar los unos con los otros
Estos factores son los que dan pie a la innovación y el desarrollo de nuevos productos. El secreto de las economías modernas no reside en que cada persona posea mucho más conocimiento productivo que los habitantes de países con economías tradicionales. El secreto se basa en que la economía tenga un gran volumen de conocimientos colectivos, y que cada uno posea un pequeña parte de él.
Partiendo de la idea de Adam Smith, la división y especialización de las tareas es clave en la renta de un país. La reinterpretación moderna es que la división del trabajo nos permite acceder a una cantidad de conocimientos que ninguno de nosotros sería capaz de obtener de manera individual.
En este sentido, es importante diferenciar el conocimiento explícito del conocimiento tácito. El explícito se puede transferir fácilmente con solo leer un libro o escuchar una conversación. El problema reside en que la parte crucial del desarrollo económico es el conocimiento tácito, que es más difícil de transferir. Por ejemplo, aprender a solucionar problemas dentales (y no solo tener conocimientos explícitos de la salud bucal) o hablar un idioma extranjero (y no solo saber cuáles son sus reglas gramaticales).
Por su dificultad de transferir, el conocimiento tácito es el que limita el proceso de crecimiento y desarrollo económico
Los países poco desarrollados saben hacer pocas cosas. Y generalmente, simples. Los países desarrollados, sin embargo, saben hacer muchas cosas. Y muchas, complejas. Por tanto, más que tener una población con mayor tasa de escolaridad, el objetivo es tener una población con una mayor diversidad de saber-hacer. De ahí la explicación a por qué un aumento del nivel de escolaridad de Ghana no ha supuesto un salto comparable en términos de renta per cápita que lo acerque a Tailandia.
El Índice de Complejidad Económica (ECI, por sus siglas en inglés) tiene una relación directa con el PIB per cápita.
¿Cómo se mide el Índice de Complejidad Económica (ECI por sus siglas en inglés)?
Si un producto o servicio supone un tipo y una mezcla particular de conocimientos, entonces el país que lo produce evidencia que posee estos conocimientos. A partir de esta idea, concluimos que:
- el monto de Conocimiento Productivo de un país se refleja en la diversidad de sus productos y servicios (o número crea y genera)
- los productos y servicios que requieren un gran volumen de conocimientos son viables en pocos países ya que es más difícil que un país posea todos los conocimientos necesarios para poder llevarlos a cabo. Denominamos ubicuidad al número de países que crean el producto.
El Índice de Complejidad se mide a partir de la diversidad (y tiene una relación positiva con el ECI: mayor diversidad, mayor es el ECI del país) y la ubicuidad (tiene una relación negativa con el ECI: mayor ubicuidad de un producto menor es ECI del país).
Explicación gráfica de diversidad y ubicuidad - Atlas of Economic Complexity- Hausmann, Hidalgo et al.
El ejemplo de Singapur y Pakistán
Ahora que ya conocemos un poco mejor el Índice de Complejidad, volvamos a nuestra pregunta inicial: ¿cómo se explica que Singapur, 34 veces más pequeño que Pakistán, tenga aproximadamente su mismo PIB? La respuesta vendrá tras analizar la ubicuidad y la diversidad de los productos y servicios que exportan sus economías.
Como venimos contando, los productos y servicios que requieren un mayor volumen de Conocimiento Productivo se hacen en pocos países. Por ejemplo, los escáneres médicos los fabrican países como Estados Unidos o Alemania, que disponen de un gran volumen de Conocimiento Productivo. Al contrario, los troncos de madera los producen y exportan un gran número de países.
En el caso de Pakistán y Singapur, los dos países exportan aproximadamente el mismo número de productos y servicios diferentes (133), pero el grado de ubicuidad de los mismos es diferente.
Pakistán exporta productos que son producidos por 28 países más (sus productos tienen una ubicuidad promedio que se encuentra en el percentil 60 de la ubicuidad promedio del resto de países). Sin embargo, Singapur exporta productos que sólo venden otros 17 países (primer percentil). El Índice de Complejidad de Singapur es, por tanto, mayor que el de Pakistán, lo que se asocia con un PIB/cápita también mayor.
Entonces, ¿cómo se explica la 'maldición de los recursos'?
Los diamantes en bruto son un recurso natural escaso y, por tanto, extraídos y exportados por pocos países. Por ello, su ubicuidad es baja, algo potencialmente positivo para el crecimiento económico de estos países, que tienen un recurso que otros no tienen. Sin embargo, esto no significa que estos países tengan un gran volumen de Conocimiento Productivo. Sierra Leona y Botswana, aparte de exportar diamantes en bruto, no exportan una gran diversidad de productos. Y la razón por la que son los únicos que exportan diamantes en bruto no es otra que tener minas de una piedra preciosa escasa y muy demandada. En estos casos, aunque un país exporte algún producto con ubicuidad baja, no exporta una gran diversidad de productos, lo que se asocia con un PIB/ cápita comparativamente bajo.
¿Significa esto que un país con un ECI alto tiene también un PIB/cápita alto? No necesariamente. Un país que tiene recursos naturales abundantes puede tener una renta elevada sin necesidad de exportar productos relativamente complejos si estos tienen una baja ubicuidad de su producto (no muchos países lo exportan, con lo cual todos lo requieren). Sin embargo, la falta de diversidad en las exportaciones refleja un freno en la capacidad de crecimiento de esa economía.
La capacidad del ECI de ayudar a explicar el crecimiento económico sugiere que los países tienden a moverse hacia un nivel de PIB/per cápita que refleje el Conocimiento Productivo que poseen. Es ese intangible, ese saber-hacer, fruto de una combinación de muy diversos ingredientes (factores productivos, entorno institucional, políticas económicas…) es el que tiene que potenciarse para contribuir a la mejora del PIB per cápita y, en definitiva, al desarrollo de las economías.