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Fondos de inversión Act. 30 may 2018

Economía conductual: cómo limitar las pérdidas en un fondo de inversión

La economía y las finanzas conductuales son disciplinas que consideran que existen sesgos emocionales y cognitivos que afectan a la toma de decisiones económicas o financieras. A la hora de gestionar una cartera de inversión, conocer esos sesgos es clave para mitigar las pérdidas en momentos de tensión en los mercados.

“Todos tenemos sesgos emocionales y cognitivos a la hora de tomar decisiones”, afirma Jaime Martínez, director global de Asset Allocation (asignación de activos) de BBVA Asset Management, la gestora de activos del Grupo BBVA. “Esos sesgos emocionales y cognitivos son inevitables muchos de ellos. Por ejemplo, el efecto manada, que te dejes llevar por lo que hacen todos los demás. O el exceso de confianza, creer que eres más listo que el resto y solo considerar los argumentos o eventos que confirman tu punto de vista. La mejor manera de combatir esos sesgos es el primer lugar, conocerlos”.

En los últimos tres años, BBVA Asset Management ha introducido mejoras en su proceso de inversión y ha adoptado principios que se inspiran en las finanzas y la economía conductuales, en cómo el poder de la mente afecta a las decisiones que tomamos.

Conocer esos sesgos que afectan a la toma de decisiones es el primer paso para evitar caer en ellos. El segundo es mitigarlos. “No lo vas a evitar del todo, porque somos humanos. Pero se pueden mitigar con disciplina, teniendo un proceso de inversión disciplinado en el que las decisiones se toman en base a criterios que se han establecido antes de estar en una situación de estrés”, explica Martínez. “En una situación de estrés estás influido por una serie de parámetros que afectan tu decisión. Es mejor no tener que decidir en caliente en ese instante, sino en tenerlo previamente pensado, procedimentado”, añade.

Jaime Martínez pone el ejemplo de un cirujano: puede ser mejor o peor, pero no coge el bisturí hasta que ha realizado una serie de acciones (lavarse las manos, esterilizar el instrumental…), con lo que el riesgo de equivocarse es menor. De esa manera, para evitar cometer errores o al menos reducirlos, se debe seguir un procedimiento.

“Eso es la economía conductual: identificar esos fallos que cometemos desde el punto de vista emocional y cognitivo; y mitigarlos por ejemplo con disciplina o con reglas básicas de cómo operar”, explica. “El tercer paso es aprovecharse de los errores que cometen los demás”.

"Para el control de riesgo queremos tener un perfil asimétrico de rentabilidad; es decir, intentar caer menos de lo que caigan los mercados"

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La economía conductual consiste en identificar los fallos que cometemos desde el punto de vista emocional y cognitivo, y mitigarlos con disciplina.

Un proceso de inversión disciplinado

La división de Asset Allocation de BBVA Asset Management comprende cinco áreas de negocio:

  1. El área de Multiactivos, que aglutina entre otras las gamas de Retorno Absoluto y las Quality, incluidos Quality Inversión Conservadora, Quality Inversión Moderada y Quality Inversión Decidida.
  2. El área de Asset Allocation Institucional, donde se engloban los planes de pensiones de empleo y otros mandatos institucionales.
  3. El área de fondos mixtos y fondos de inversión socialmente responsable (ISR).
  4. El área de Asset Allocation a Largo Plazo, con productos como la gama Mi Objetivo o el BBVA Consolidación 85.
  5. El área de Asset Allocation para banca privada, con las carteras de gestión discrecional, las SICAVs o las Carteras Multiestrategia

Todas estas áreas aplican a su cartera un proceso de inversión disciplinado, con el objetivo de mitigar las pérdidas que puedan provocar decisiones sesgadas en momentos de estrés.

“Para el control de riesgo lo que queremos es tener un perfil asimétrico de rentabilidad en la medida de los posible. Es decir, intentar caer menos de lo que caigan los mercados. Ser sensibles al lado de las pérdidas. Y eso se hace con herramientas de gestión dinámica de riesgo, que hemos desarrollado internamente, con herramientas de coberturas de manera discrecional y con todo el apoyo del equipo de riesgos que tiene la gestora”, explica Jaime Martínez.

"Hemos hecho mucho trabajo en investigar qué cosas funcionan bien en cada horizonte temporal"

A la hora de construir una cartera, lo primero es tomar la decisión de asignación de activos estratégica, de largo plazo. Cada seis meses, el equipo de asignación de activos se reúne con el equipo de estrategia para analizar las perspectivas de cada activo en el largo plazo, es decir, unos cinco años. Sobre esa cartera estratégica se toman decisiones tácticas, es decir, con un horizonte temporal más corto, de uno a nueve meses.

“Hemos hecho mucho trabajo en investigar qué cosas funcionan bien en cada horizonte. Para ello hemos desarrollado una serie de herramientas que utilizan algoritmos. Son modelos que nos dicen qué decisiones conviene tomar. Por otro lado, también se toman decisiones discrecionales, no basadas en un modelo, de modo que hay un equilibrio entre decisiones sistemáticas y discrecionales”, relata Jaime Martínez.

Control de riesgo ‘ex ante’ y ‘ex post’

A la hora de controlar el riesgo, el proceso de inversión de BBVA Asset Management tiene dos aproximaciones, una que los gestores llaman ‘ex ante’, y otra ‘ex post’. En el primer caso, se trata de decidir cuál es el presupuesto de riesgo que van a tener cada uno de los procesos de inversión que componen la cartera. Existen diferentes palancas para obtener rentabilidad, y semestralmente se decide qué peso va a tener cada una en cada cartera. “Es como si eres un entrenador de baloncesto y tienes un jugador que tira muy bien triples, otro que juega muy bien bajo la zona y otro que es excelente en los tiros libres.”, ilustra Martínez. “Tienes que decidir cuántos minutos juega cada uno. Tiene que haber un equilibrio, y ese equilibrio es lo que llamamos presupuesto de riesgo, que revisamos semestralmente”.

El control de riesgo ‘ex post’ se realiza a 'posteriori', y consiste en analizar el consumo de riesgo real de cada proceso y la evolución de las carteras a través de diversos parámetros para controlar el riesgo, como son simulaciones de escenarios de estrés o control de la volatilidad de la cartera.

“En definitiva, lo importante en el proceso inversor no es eliminar el factor humano, sino conocerlo, detectarlo y aislarlo, para mitigarlo y aprovechar los errores que cometen los demás”, concluye Martínez.