Drones: el futuro más cercano
Un repaso por los casos más llamativos del momento que nos permiten atisbar un futuro prometedor a los cada día más abundantes usos que se les da a los vehículos aéreos no tripulados.
Con la presentación en el último CES del dron que puede llevar pasajeros o las recurrentes aspiraciones de Amazon en el ámbito del reparto puede parecer que el futuro de los drones se puede divisar desde donde estamos aposentados.
Sin embargo, la innovación no se detiene y ya hay múltiples proyectos en marcha que esperan sacar de los vehículos aéreos no tripulados el máximo de su potencial.
Un dron en pleno vuelo al atardecer.
La naturaleza como fuente de inspiración
Si en la Grecia clásica ya se apuntaba a la mímesis como el camino hacia la virtud, a día de hoy la tendencia no ha variado demasiado. La biología resuelve muchos de los problemas reales a través de su expansión a campos como el de la tecnología.
Existe, por ejemplo, el caso de los llamados biodrones, realizados en un proyecto conjunto de las universidades de Stanford, Spelman y Brown junto con el centro de investigación Ames de la Nasa. Estos drones son biodegradables y están construidos enteramente por células. Todo pensado para su destrucción al cabo de 24 horas. Entre sus potenciales destacaría la investigación eco-friendly de nuestro planeta, pero también de lugares más inhóspitos como el planeta Marte.
La naturaleza se encuentra también presente en el estudio avanzado del comportamiento en vuelo de las avispas realizado por la Universidad Nacional Australiana, que podría ser utilizado para la mejora del diseño y concepción de drones inteligentes. Las avispas –en concreto las que anidan en la tierra- cotejan datos recopilados diariamente durante sus vuelos para detectar cambios en su ecosistema, a diferencia de otros insectos.
Para responder a la pregunta de cómo recopilan estos datos, el estudio -publicado en la revista de divulgación científica Current Biology- ha realizado un modelo 3D de una avispa basándose en imágenes de alta resolución que observaban el movimiento ocular de los himenópteros en pleno vuelo. Acto seguido se ha realizado una simulación del punto de vista de una avispa.
El resultado, visible en el vídeo incrustado, revela que las avispas sacrifican una alta resolución en favor de una amplitud de campo visual que les permite recopilar más datos.
Esto podría repercutir en las cámaras que se integran en los drones, que si siguieran el ejemplo verían su coste de producción considerablemente rebajado, además de conseguir ser más conscientes de su entorno.
Drones más baratos
En la búsqueda de la fórmula de construcción de drones más baratos para sus innumerables usos aparece un ejemplo reciente que destaca por encima de los demás.
La NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) es el organismo estadounidense para la preservación de los océanos que más acostumbrados nos tiene a apoyarse en tecnologías punteras para disparar su impacto, como hiciera en la aplicación de tecnologías de reconocimiento facial para la clasificación y seguimiento de ballenas.
Con el diseño del dron económico Coyote esta agencia pretende estudiar el corazón de los huracanes que azotan las distintas costas estadounidenses. La principal característica -y la más llamativa- de estos drones es que son de usar y tirar. Pese a ello, se espera que aporten un rendimiento mayor que los dispositivos anteriores, que también se veían destruidos por la fuerza de los ciclones aportando todavía menos datos.