Voluntarios de BBVA al servicio de la educación

Que dos estrellas de la escena deportiva mundial confluyan en una misma jornada, en una pequeña escuela de un barrio popular de un municipio que, a pesar de su vocación turística, no está acostumbrado a tener este tipo de visitantes, no es una coincidencia.

Es el caso de la Institución Educativa Técnica Sumapaz, a cuya sede del barrio 17 de Enero de Melgar, Tolima, llegaron la apneista colombiana poseedora de un récord mundial y de varios continentales y panamericanos, Sofía Gómez Uribe, y la otrora estrella de los arcos de equipos internacionales como Boca Juniors y Besitkas y hoy comentarista estrella de la cadena FOX, Óscar Córdoba, quienes junto a un grupo de 170 funcionarios de  BBVA Colombia realizaron en una sola jornada labores de adecuación de esta sede educativa.

Con antelación, los niños de este colegio esperaban expectantes: “Que nos pinten las paredes, están muy rayadas”, “que nos arreglen el parque infantil”, “la cancha ya no tiene marcas ni tableros”, fueron entre otras las solicitudes que hacían los pequeños y que estaban dirigidas a estos funcionarios de BBVA que llegaban a Melgar para hacer parte de la clausura de los Juegos Deportivos Nacionales de la entidad bancaria, que desde hace 10 años se realizan en este municipio tolimense.

"Es muy gratificante ver cómo los funcionarios de BBVA se unen a estas actividades que realizamos en el marco del apoyo a la educación desde el programa de Responsabilidad Corporativa de BBVA y que adelantamos en todo el país. En esta ocasión, hemos llegado a Melgar, precisamente dentro de los Juegos Deportivos Nacionales", señaló Liliana Corrales, gerente de Responsabilidad Corporativa de BBVA Colombia.

Las acciones adelantadas por este grupo de funcionarios incluyeron pintado de sus instalaciones, organización de los salones de clases, recuperación de los parques infantiles y en general, una readecuación de la sede educativa.

Y es que este grupo de Voluntarios BBVA es muy diverso. Desde vicepresidentes con sus familias, directores de zona, responsables de grupos y hasta funcionarios con pocos meses en la organización, quisieron unirse a esta labor.

Manos a la obra 

Desde muy temprano y pese a los presagios del clima que anunciaba tormentas, llegaron a la cita. A las 10:00 a.m. ya todos estaban en los buses y con los mejores ánimos a flor de piel. Al llegar a la sede educativa se organizaron en diferentes frentes de trabajo y comenzaron a pintar paredes, arreglar canchas, cambiar los tableros, limpiar y organizar salones de clase y dar una cara nueva al parque infantil que debido a su mal estado, no era utilizado por los niños.

A medida que iban trabajando, el clima fue cambiando. De menos a más. De las bajas temperaturas y la lluvia de la mañana, a mediodía en Melgar ya se vivía la tradicional temperatura de esta ciudad que ronda entre los 28 y 30 grados, pese a esto y aunque el trabajo y esfuerzo se notaba en cada uno de los voluntarios, no desfallecían: mano tras mano de pintura, tablero más tablero hasta cambiar los ocho de la sede, demarcación completa de la cancha y una cara nueva al parque infantil.

Con útiles nuevos para estudiar 

Terminada la obra, los voluntarios pasaron al auditorio para acompañar la entrega de más de 300 morrales con útiles escolares que les servirán a los niños de esta sede educativa para que tengan desde ahora todo lo necesario para iniciar las clases y puedan cumplir con sus deberes durante el próximo año.

Al pequeño auditorio de la Sumapaz 17 de Enero todos querían entrar: los niños, que pese a ser sábado fueron invitados para que vieran los cambios de su colegio y recibieran sus morrales; los padres que querían dar las gracias, los 'profes' que estaban ayudando; los voluntarios que eran los invitados, y hasta el secretario de Gobierno del municipio junto con el rector del colegio.

Los escasos ventiladores del salón no fueron suficientes para evacuar el calor que se concentró, pero tampoco fue motivo para que este incomodara a los asistentes. Con la dirección de Sofía Gómez, quien junto a Óscar Córdoba manejó la velada, se contó con actos artísticos por parte de los niños, quienes cantaron y bailaron. A ellos se sumó la apneista, que interpretó una canción infantil y presentó los contenidos de los morrales ante las exclamaciones de alegría de los niños que aplaudían cada vez que salía algunos de los elementos que componen el kit escolar.

Al final de la tarde, cuando el sol comenzaba a pintar sus arreboles, el grupo de voluntarios dio por terminada la jornada, que dejó en ellos la satisfacción de haber dado lo mejor de sí para las niñas y niños de este colegio. Cuando regresen nuevamente a sus clase, encontrarán sus salones, su cancha y su parque infantil como nuevos y sabiendo que esto significará para ellos un nuevo comienzo, una mejor manera de vivir su educación y de encontrar en su segundo hogar, un impulso más para estudiar.