Diez trucos para buscar casa en internet
Toca emanciparse, o cambiar de piso, o de ciudad, o echar raíces y comprarse una casa… o un modesto apartamento. Sea como sea, acabamos buscando en internet (bueno, y mirando por la calle todas las ventanas a nuestro paso, por si encontramos algún anuncio interesante en el barrio al que queremos mudarnos).
En esa búsqueda vamos a parar siempre a los mismos portales online de compraventa y alquiler, en cuyos anuncios se repiten sistemáticamente algunas palabras clave que, si se saben leer entre líneas, pueden ahorrarnos unas cuantas visitas.
Si sumamos a esos indicativos semánticos alguna que otra recomendación de pepito grillo precavido, tendremos los siguientes 10 consejos para buscar casa, apartamento, habitación o piso:
1.- Calcular los gastos fijos
Tanto si alquilas como compras, acuérdate de mirar el IBI, el agua y los gastos de comunidad, que no siempre están incluidos y que tendrás que pagar cada año. Otro gasto fijo a tener en cuenta puede ser el ADSL o wifi.
De todo esto debe informarte el propietario o propietaria. El IBI además se puede calcular mediante herramientas online: solo hay que aplicar la base impositiva que corresponda al municipio donde se ubique la vivienda (comprobable aquí) a su valor catastral (a la que se accede aquí).
2.- Asegurarse del tipo de calefacción
Ten en cuenta el sistema de calor de la casa o piso, ya que esto incrementará o reducirá tus gastos, sobre todo en invierno. Si no hay calefacción de ningún tipo, este análisis de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) puede orientarte sobre el sistema que más te conviene.
3.- Preguntar por el aire acondicionado
Si te mudas a un ático o a un piso de altura en una ciudad donde los veranos son muy calurosos, es más que probable que te haga falta un sistema de aire acondicionado o similar, lo cual supondrá un gasto adicional. Puedes usar calculadoras online para hacerte una idea de este y otros gastos.
4.- Tener en cuenta las comunicaciones y servicios
Es decir, las opciones de transporte público, aparcamiento, mercados y supermercados (y sus precios) y otros servicios que puedas necesitar de manera habitual. Gran parte de esta información sobre transporte y variedad de servicios puede averiguarse con tan solo ubicar en Google Maps la zona en cuestión.
5.- Comprobar el estado de la vivienda y del edificio
Sobre todo si es centenario. De lo contrario, puede que te lleves una sorpresa y que justo cuando te mudes decidan apuntalarlo. O peor: reconstruir los pilares, lo que supondría una nueva mudanza y -según el caso- hasta pagar no uno sino dos pisos. El indicativo oficial para ello son las Inspecciones Técnicas de Edificios (ITE). Algunos municipios facilitan la consulta de esta información online. Por ejemplo, La Coruña, Sevilla o Madrid.
6.- Cuidado con los ruidos
Un barrio puede cambiar sustancialmente según la hora del día. Hay zonas de mucho tráfico diurno y otras con mucha vida nocturna. Mejor hacer varias visitas en diferentes franjas horarias, no vaya a ser que luego allí no haya quien viva, o quien duerma. También te puede orientar la web del Sistema de Información sobre Contaminación Acústica, donde se pueden consultar mapas de ruido en función de varios parámetros.
7.- Las cosas claras con las agencias inmobiliarias
Las agencias buscan generar la mayor cantidad de negocio posible y eso significa vender y alquilar cuanto antes. Por lo general, aconsejarán al propietario o propietaria fijar un precio asequible y acorde al mercado. Esto es un pro frente a particulares que ponen unas condiciones más o menos acordes en función de la prisa que les corra realizar la operación.
Otro pro es que pueden ahorrarte tiempo. En lugar de pasarte todo el día buscando actualizaciones en las plataformas web de siempre, contacta a las inmobiliarias de la zona o zonas que te interesen y pide que te mantengan al tanto de su cartera y de las novedades que puedan tener y que cumplan los requisitos.
Ahora bien, las agencias también tienen sus contras, esas sorpresas que te llevas cuando ya no hay vuelta atrás. Conviene asegurarse de las condiciones asociadas a la venta o al alquiler: por ejemplo, quién se hace cargo de su comisión, que no siempre es quien vende; o si, aparte del mes (o meses) de fianza, hay que pagar alguna mensualidad adicional en concepto de honorarios para la inmobiliaria.
Este informe de FACUA puede ayudarte a evitar problemas, o a orientarte sobre cómo actuar en caso de haberlos.
8.- Leer entre líneas
“Muy luminoso” suele equivaler a “interior”. Si no mencionan que es exterior, también suele significar que es interior. Si la mayoría del texto hace referencia a la zona y sus alrededores, es probable que eso sea lo único bueno que tenga la vivienda.
Olvídate de los metros construidos, lo que interesa son los metros útiles aprovechables.
Semisótanos: suelen equivaler a oscuridad, con ventanas pequeñas en la parte alta de la pared, casi llegando al techo. Son plantas que se han aprovechado para crear viviendas pero que no fueron diseñadas para ello. Las entreplantas interiores son las siguientes en el escalafón de apartamentos lúgubres. Si no pone nada acerca de la calefacción es que te va a tocar comprar radiadores o hacer la instalación.
9.- Cuidado con las fotos
Los fotógrafos buenos hacen maravillas. También con las casas y pisos. Un flash puede hacer parecer luminoso hasta un zulo. El Photoshop también sirve para retocar viviendas. Pinta paredes, arregla desperfectos, pone objetos donde no los hay… un verdadero artista del disimulo.
10.- Mirar con lupa el contrato
Compromisos de permanencia, penalizaciones por cancelación, necesidad de avales, quién corre con los gastos en caso de averías en casa o de obras en el edificio… Y, en caso de compra, especificar qué se lleva la anterior dueña o dueño, qué se queda en la vivienda (ej. electrodomésticos, espejos, etc.) y en qué estado (reformado, pintado…).
También es importante asegurarse de si hay o no derramas en el edificio y, en caso de haberlas, dejar constancia por escrito de quién se hace cargo de ellas.
Es esencial aclarar todo esto antes de firmar nada. Y, si necesitas ejemplos de contrato, aquí tienes uno de arrendamiento y aquí uno de compra-venta, facilitados por la OCU.