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El desarrollo rural es cosa de mujeres

Eladia Polanco ya ha conseguido darle a cinco de sus ocho hijos lo que sus padres no pudieron darle a ella: una carrera universitaria. Lo ha hecho gracias a un pequeño negocio de venta de ropa y de comida, y al apoyo de la Fundación Microfinanzas BBVA (FMBBVA). Mujeres como Eladia están cambiando la historia de República Dominicana y la de América Latina desde las áreas rurales, donde se concentran la pobreza, la desigualdad y la exclusión financiera, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“El mayor sueño y orgullo de nuestras emprendedoras es que sus hijos vayan a la universidad y que no hereden la vida que han tenido ellas”, afirma la responsable de Empoderamiento de la Mujer de la FMBBVA, Laura Fernández Lord, que acaba de intervenir  en la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW62), una cita anual en Naciones Unidas que se convierte cada año en el mayor evento del mundo sobre mujer y género. Allí, todas las voces han coincidido en que las mujeres son imprescindibles en cuestiones como la educación, la salud y la alimentación, especialmente las que viven en el entorno rural.

Una de ellas ha sido la del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres quien en la apertura del encuentro ha insistido en que: “Estas mujeres son pilares para el desarrollo de su comunidad: protegen los recursos naturales, promueven la agricultura sostenible y la resiliencia climática, entre otros. No se trata solo de empoderarlas, también hay que escucharlas”. Durante dos semanas, se ha hablado también de expandir las nuevas tecnologías y de potenciar el papel de la mujer rural para que mujeres como Eladia superen todas las barreras impuestas por el hecho de ser mujer.

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"No se trata solo de empoderarlas, también hay que escucharlas", António Guterres, Secretario General de la ONU

UN Photo- Loey Felipe

Una de cada tres emprendedoras a las que atiende la Fundación en América Latina vive en en zonas rurales y cuatro de cada cinco son vulnerables; no muchas superan la educación primaria. “Más allá de servicios financieros, necesitan también formación y redes de apoyo que refuercen la confianza en su capacidad para sacar adelante un negocio”, ha señalado Laura Fernández Lord, en una de sus intervenciones durante la CSW62.

“En Adopem, creen más en mi capacidad que en lo que tengo”, asegura Eladia, sobre el apoyo que recibe de la entidad dominicana de la FMBBVA. “Gracias a ellos, mis hijos han podido estudiar, porque yo no tenía nada que dejarles”, añade. Por eso, la Fundación trabaja en diseñar programas de ahorro que acompañen a los emprendedores en la planificación de sus gastos y para que puedan afrontar imprevistos. “La idea es que también ahorren para su jubilación; la poca cobertura social que hay en la mayoría de países en los que estamos les obliga a seguir trabajando más allá de los 60 años”, concluye Laura Fernández Lord.

Gracias a Adopem, mis hijos han podido estudiar, porque yo no tenía nada que dejarles”

Gracias al esfuerzo de Eladia, su hija Danilsa es profesora de niños en una escuela y los fines de semana, también da clase a adultos. Con su trabajo y el apoyo de la Fundación, contribuye al desarrollo del campo dominicano, donde según la FAO, casi una de cada dos personas vive en pobreza. Sus hijos serán la segunda generación de su familia que acceda a la universidad y Danilsa no olvida que ha sido gracias al empeño de sus padres, a quienes espera poder ayudar cuando la necesiten, segura de haber heredado una vida mejor.

Eladia Polanco, con su esfuerzo y el apoyo de la FMBBVA, ya ha conseguido que cinco de sus ocho hijos vayan a la universidad.