Depósitos bancarios: grandes beneficios en intereses que se pierden en comisiones
Actualmente, las competencias entre ofertas financieras generan unos suculentos tipos de interés para depósitos a plazo o cuentas remuneradas, dentro de lo que se ha denominado la guerra del pasivo entre entidades. Pero en la letra pequeña, la contratación de un depósito bancario exige, en casi todos los casos, la contratación de otro tipo de productos, normalmente como mínimo la apertura de una cuenta corriente asociada al depósito. Esta guerra del pasivo es positiva para el cliente, siempre y cuando las comisiones de los productos asociados sean inferiores a los intereses que nos reporta nuestro depósito.
Comisiones de los productos asociados
Realizar un cálculo exhaustivo de las comisiones asociadas a la cuenta corriente no es sencillo, dado que se aplican dos tipos de comisiones generalmente:
- Comisión por mantenimiento.
- Comisión por operatoria, por ejemplo, transferencias de retirada de efectivo.
- Normalmente, se genera también una liquidación por intereses que suele ser negativa en la mayoría de los casos, al no depositarse un saldo vivo importante en la cuenta corriente asociada al depósito.
Ejemplo práctico de rentabilidad real de depósito
Imaginemos cualquier oferta que nos ofrece un depósito al 4,5% anual. Este tipo de interés no está libre de impuestos, por lo que al descontar el porcentaje de IRPF (19% al 21%) que pagaremos por los intereses obtenidos, podremos recibir entre un 3,64% a un 3,55%. Estos porcentajes reales de abono de intereses son los primeros que tenemos que tener en cuenta para comenzar a comparar con las comisiones.
Supongamos, además, que la entidad financiera me repercute un 2% de comisión por las transferencias con un mínimo de 15 euros y que me cobra una comisión anual de mantenimiento de cuenta de 30 euros. Suponiendo que realizo sólo una transferencia de salida de efectivo y el cierre de la cuenta corriente, se me queda la siguiente posición financiera:
Descuento del 2% sobre el total del capital más intereses obtenidos, por lo que la rentabilidad real de mi depósito disminuye en más de un 2%. Concretamente, la rentabilidad líquida anterior del 3,64% y del 3,55% pasa en simultáneo a una rentabilidad entorno del 1,01%. Ajustando la rentabilidad líquida con el efecto de la comisión de mantenimiento, vamos a tener un mínimo de capital a depositar en el plazo fijo para que la rentabilidad no sea totalmente negativa.
Dado que nos quedaba por cubrir una comisión de mantenimiento de 30 euros, el mínimo de depósito a realizar tiene que ser de 3.030 euros. En este sentido, para cantidades mayores, vamos a conseguir rentabilidades líquidas inferiores al 1%, cantidades incluso por debajo del efecto de la inflación, por lo que en este tipo de cambios de depósitos, los que realmente ganan dinero con estos depósitos son las entidades financieras que ofrecen la oferta, junto con Hacienda. Antes de tomar cualquier decisión financiera de depósito y captación de ofertas, es imprescindible ajustar perfectamente las comisiones de todos los pasos necesarios para cerrar nuestro depósito.